¡No más venganzas personales, ni simulaciones de respeto a la ley. No más “Píos.” No más “cajas chinas”, ni “Yo tengo otros datos”!
El pésimo manejo de la pandemia por Covid-19, que en la sumatoria con la ola de violencia y crímenes arroja más de 130 mil muertos en lo que va del año, así como los abusos presidenciales y la baja en la popularidad del presidente López Obrador, prevén la debacle de Morena en las elecciones del 2021.
Al arranque del proceso electoral 2020-2021, considerado por el propio Instituto Nacional Electoral como “el más grande y complejo de la historia”, la ciudadanía buscará, por la vía de las urnas, el regreso de los contrapesos de poder.
Se trata de acotar al presidencialismo, de atajar pretendidos afanes dictatoriales, así como parar en seco la escalada de corruptelas que en abierto ejerce la llamada Cuarta Transformación.
Nuevas mayorías legislativas, la renovación de gubernaturas, así como nuevos aires de poder municipal en la república regresarán a la república al equilibrio democrático.
Por la vía del voto se acotará el poder de Morena.
Se atajará la improvisación. Se pondrá un alto al nepotismo, y se regresará al orden en el manejo presupuestal evitando, con nuevas leyes y mandatos constitucionales, el dispendio que hoy se registra con el regalo de dinero a los chairos.
A partir del 2021, nuevas corrientes de poder y sabiduría y un adecuado manejo de la administración pública oxigenarán al país. Sentarán al mismo tiempo las bases del 2024.
Se levantará una nueva cultura democrática. Se impondrán nuevas formas de convivencia social marcadas por el azote de la pandemia y nos adecuaremos a la nueva realidad económica.
Por la vía del sufragio se avizora ya desde ahora, un esperanzador cambio en las reglas de juego para el combate de los Cárteles. No existirán más los abrazos o el perdón a los criminales, ni dejarlos que compartan el poder que ha llevado a México a convertirse en una narco república.
Una verdadera lucha contra la corrupción estará por librarse a partir del 2021 al quedar en claro que esta parte de Palacio Nacional.
El retorno al respeto a la división de poderes, marcarán nuevos derroteros en la conducta democrática de México, trastornada en 2018 por un error histórico del cual al menos el 42 % de votantes en favor de López Obrador –de acuerdo a la última encuesta- están arrepentidos.
México regresará a la unidad nacional.
No más venganzas personales, ni corajes. No más simulaciones de respeto a la ley. No más “Píos.” No más “cajas chinas”, ni “Yo tengo otros datos”, o consultas públicas chafas para justificar afanes autoritarios corruptelas e incapacidades.
Los nuevos monumentos a la ignominia y el capricho serán, a partir del 2021, “Dos Bocas”, “Santa Lucia” y el “Tren Maya”, que se quedarán acompañando a Texcoco como símbolos de un pasado que nunca debieron pasar.
El nuevo marco legal será dará por mandato ciudadano desde en las urnas.
Y así como poco más de 30 millones de mexicanos salieron a votar por la esperanza, hoy con un nuevo padrón enriquecido con más de 3 millones de jóvenes, el 51 por ciento mujeres, saldrán en defensa de la República extraviada un mal día de diciembre del 2018.
En las próximas elecciones cerca de 95 millones de electores podrán acudir a las urnas, 12 millones de mexicanos serán convocados para organizar y vigilar el proceso comicial; un millón 480 mil funcionarios de casillas tendrán listas las boletas para la renovación de 21 mil cargos de elección popular, entre ellos 500 diputados federales, 15 gubernaturas, mil 63 diputaciones locales y 2 mil ayuntamientos en 30 estados.
Esas son las cifras.
No es el “enchílame la otra” que adelanta AMLO, quien de manera reiterada ha dicho que “me convertiré en el guardián de las elecciones”, pretendiendo brincarse al INE y a la misma voluntad ciudadana.
Lo que seguirá tras el primer domingo de junio del 2021, será ¡Por fin! el acotamiento de poder, el regreso al orden institucional, un hasta aquí a las ocurrencias y la reconciliación nacional.
Eso, si no se roban la elección estos tramposos.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo