*Sheinbaum será víctima del nuevo Maximato amlista
*Aquí vive la Presidenta pero en Tabasco su consciencia
QUIZA LA frase más lapidaria que ha calado en el ánimo de la morenista Claudia Sheinbaum Pardo, virtual candidata de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República, fue la que le recetó la opositora Xóchitl Gálvez, a propósito de las nueve candidaturas que disputarán el mismo número de gubernaturas el próximo año. Y es que con la picardía que le caracteriza, la hidalguense se pitorreo de quien ahora, en teoría, tiene el mando tras aquella entrega virtual por parte del tabasqueño: “A @Claudiashein le dieron el bastón, pero claramente no el mando”, algo que hizo reaccionar a las busca chambas Tatiana Clouthier, exsecretaria de Economía, y a la robusta Citlalli Hernández, secretaria general del Movimiento de Regeneración Nacional que salieron en defensa de la consentida del Presidente Andrés Manuel López Obrador, solo con el afán de agradar a la científica a ver si les echa un lazo cuando llegue a la gloria, aduciendo que: “El mando no es imponer, sino respetar procesos, algo que no pudiste hacer de entrada”, le respondió la hija de Manuel de Jesús Clouthier del Río, quien se volvería a morir si se enterara que su hija es parte, ahora, de un comunismo simulado que tanto detestó en su lucha en favor de la derecha, mientras que Citlalli trató de ser más puntillosa: “¿Según tú, por qué? La doctora @Claudiashein es la dirigente del movimiento más grande y activo de México, tú, en cambio, te prestaste a ser vehículo de los peores intereses políticos y económicos de este país”, vomitó la rolliza lideresa. Pero el golpe de Xóchitl ya estaba dado, negadas a entender que López Obrador pretende un gobierno como el Maximato ejercito por el fundador del PRI, Plutarco Elías Calles tras el asesinato del presidente electo, Álvaro Obregón Salido, aquel 17 de Julio de 1928 en el restaurante La Bombilla de la, ahora, delegación Álvaro Obregón. Se trató de un periodo histórico y político de México que abarcó desde 1928, con el gobierno de Emilio Portes Gil como presidente interino, hasta 1934, con el inicio del gobierno de Lázaro Cárdenas. Ese lapso se caracterizó por la influencia de Elías Calles en la política mexicana, de cuyo apodo como “Jefe Máximo de la Revolución” deriva el nombre de ese periodo en el que tres personas fueron presidentes de México: Emilio Portes Gil, que gobernó como presidente interino tras el asesinato de Álvaro Obregón; Pascual Ortiz Rubio, que fue presidente tras las elecciones convocadas por Portes Gil, y Abelardo L. Rodríguez, quien fue presidente sustituto tras la renuncia de Ortiz Rubio, todos manipulados por el sonorense, pero en 1934, Lázaro Cárdenas del Río fue elegido presidente Constitucional de México y echo del País al sonorense junto con los militares que le seguían y hasta los dirigentes obreros, alentando la creación de su propia organización, la CTM. La influencia de Calles sobre la vida política del país dio origen a que las personas que ocuparon la presidencia de la República durante esos años fueran consideradas meros títeres cuyas decisiones no eran propias, sino que respondían al modo en que Calles manejaba los hilos de la política. De hecho, había una frase que decía: aquí vive el Presidente, pero el que manda vive enfrente, en alusión a que adelante del Castillo de Chapultepec, antigua residencia presidencial, estaba la colonia Anzures, donde Calles tenía su hogar.
Y ES lo que pretende AMLO: Peleles en la Presidencia y en las Gubernaturas, de tal suerte que, como siempre ha ocurrido con quienes resultan beneficiados por el patriarca, esto es, pagar su cuota, mantenerlo para cuando se le acabe la chamba aun cuando dice que se ira a su rancho y nunca más volverá a participar en política, aunque no necesitará hacerlo ya que la pensión de ex presidentes que extinguió en un falso combate a la corrupción se la reembolsarán los gobernadores de MoReNa que logren imponerse en las elecciones de 2024, incluida la Presidenta de México si finamente se impone en las urnas (con el apoyo de las fuerzas armadas, que para eso les ha dado tanto) Claudia Sheinbaum. Ese ha sido el estilo de siempre de López Obrador, y lo seguirá ejerciendo, pues de otra manera no hay forma que demuestre de que vivió, y bien, tras ser jefe de Gobierno de la ciudad de México, hasta ahora que regresó al poder envestido como Presidente, con cuatro hijos que viven como millonarios, pese a que nunca tuvo fortuna. Y si no, basta leer El Rey del Cash, de Elena Chávez, una crónica nítida y sin concesiones a través de la cual se reconstruye la historia secreta política, personal y financiera de AMLO y su círculo más cercano, indispensable para entender el ADN del mandatario de la llamada 4T y de Morena, en cuyo prólogo sostiene la autora que se trata, “de un testimonio sobre los 18 años que viví cerca del presidente Andrés Manuel López Obrador, al ser pareja de su entonces jefe de prensa César Yáñez. Ellos dos son los protagonistas de esta historia llena de traiciones políticas, ambiciones personales, infidelidades, abusos laborales, corrupción y autoritarismo. Mi propósito es evidenciar cómo el poder ha sido el gran amor y la obsesión de López Obrador, y cómo el odio y el resentimiento han sido el alimento que lo sostiene”, y agrega: “Cuento aquí a detalle cómo los operadores del presidente consiguieron durante mucho tiempo miles de millones de pesos para cumplirle a su jefe, y de paso también se sirvieron con la cuchara grande. No busco denostar a ninguno de los personajes que aquí aparecen, sino tan solo romper un pacto de impunidad”. Y rubrica: “Los mexicanos tienen derecho a conocer la verdadera cara de la nueva mafia del poder o, mejor dicho, de la secta en el poder. Que vea quien quiera ver, y escuche quien quiera escuchar”.
Y VAYA que no le falta razón, pues el testimonio de viejos seguidores de AMLO revelan como parte de los emolumentos de algún diputado local o federal o, incluso alcalde impulsado por López Obrador, tenía que mocharse para mantenerle sus caprichos, práctica común que no se perderá ahora que deje de ser Presidente, ya que por ello buscó imponer a sus favoritos, por encima de las decisiones de Sheinbaum que pretendía colocar a su ex secretario de seguridad pública, Omar García Harfuch que, a decir verdad, se impuso en las encuestas sobre la exalcaldesa de Ixtapalapa, Clara Marina Brugada Molina, pero debido a la “regla de género” resulto ser la elegida virtual candidata a la jefatura de la Ciudad de México, aun cuando corre el riesgo de perder, y de igual manera se repitió en Veracruz donde Manuel Huerta Ladrón de Guevara obtuvo mejores porcentajes en todas las encuestas, pero al final Rocío Nahle fue impuesta, en tanto el ex superdelegado se conformó con la candidatura al Senado.
EN FIN, esa es morena con un Maximato emanado del viejo PRI, donde nada cambia, por el contrario se acentúan los vicios del antiguo caudillismos que rallan en dictadura, y que los morenos aplauden como focas, todo por unos pesos o por la ambición de un cargo que les permita seguir medrando. López Obrador demostró con la imposición de candidatos a gobernadores que seguirá gobernando cuando termine su periodo, y hay de aquel que lo desobedezca, que para ello dio privilegios a las fuerzas armadas, para tenerlas a su dispersión como Gobernó Plutarco Elías Calles en su tiempo, con sus aliados en el Ejército. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com