Cartas a la redacción:
Buenas tardes, somos un grupo de trabajadores de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Veracruz entre administrativos y operativos, quienes alzamos la voz para que nuestra queja llegue a oídos y manos de la gobernadora la Ing. Rocío Nahle García. Nosotros somos personas de trabajo, de las que no andamos calentando la silla en la oficina o de los policías que sólo se la pasan matando el tiempo en las calles, somos personas trabajadoras que a lo largo de tantos años al frente de distintas áreas de la SSP hemos demostrado con trabajo y dedicación que somos de confianza y de lucha. Es por ello, para que el gobierno de Morena tuviera continuidad, decidimos apoyar en la campaña de la en ese entonces candidata Rocío Nahle, sacrificando fines de semana y días entre semana, llenándonos de más trabajo administrativo, porque se nos convocaba a cualquier hora a hacer diferentes actividades proselitistas con los anteriores jefes, como lo era el jefe de la Unidad Administrativa Ulises Rodríguez Landa, la delegada administrativa Elvia Ohemi García y demás titulares de cada oficina de la SSP.
Y no se nos hace justo el trato del que estamos siendo víctimas por parte de los nuevos funcionarios públicos aquí en la SSP. Tal es el caso del propio Secretario de esta dependencia, el Contralmirante Alfonso Reyes Garcés quien evita el trato con el personal tratándonos como la peor escoria, su particular el Cap. Miguel Aduna Longoria, quien en menos de dos meses perdió el suelo y anda en los cuernos de la Luna, la Lic. Esther Huesca Piñera, quien como buena dinosauria en la SSP, se les coló a los nuevos como la mejor en sus funciones y ya con poder, de nueva cuenta anda sobre pasada de ego y con ello trata de manera déspota a la gente.
Otro personaje que ya se llenó de ego y para mal es el tal Rafael Martínez Cisneros, quien a voz populi grita a quien entre a su oficina causando en el personal tensión y miedo, ya que no tiene formas de dirigirse a la gente; pese a tantas circulares que se envían de que el trato hacia el personal debe ser humano y él no lo pone en práctica; les hace falta cátedra de lo que es el buen actuar de un servidor público.
También el titular de Operaciones Gustavo Romero Cuevas, quien con palabras altisonantes y mentadas de madre siempre se dirige así al personal, sean mujeres u hombres, se pasan de altaneros, no tienen la más mínima educación y eso no se aprende en la MARINA, eso se trae desde el núcleo familiar. Estos dos se les ha inflado el ego y en tan pocos días ya se sientes hechos a mano y que el estado de Veracruz no los merece.
Otro caso es el del nuevo jefe de Tecnologías de la Información el Ing. Luis Felipe Ramírez Flores, quien tiene a su personal hasta altas horas de la noche y hasta que a él se le hincha la gana. También el nuevo jefe de la Unidad Administrativa, el Lic. Andrés Augusto Rosaldo Díaz, quien en lugar de exigirle cuentas claras a Ulises Rodríguez Landa, como “manso corderito” casi, casi le abrió hasta la puerta de la camioneta y se anda desquitando con los empleados.
Gobernadora Rocío Nahle es por esto que hacemos un atento llamado para que a través de usted los haga entender y los concientice a que somos HUMANOS y nos merecemos un trato respetuoso y digno, muchos de sus nuevos titulares o encargados de áreas no terminarán su sexenio porque irán reventando y por ellos mismos. Queremos que nos dejen de amedrentar, de causar estrés psicológico y paranoia, pues si no cumplimos con algo que quieren hacen BERRINCHE y seremos movidos a municipios lejanos de Xalapa o los alrededores.
¡Somos personas no burros! Sabemos entender, trabajar y coordinar, no sólo como ellos que mandan y no tienen noción del “teje y maneje” de esta Secretaría. Déjennos trabajar y demostrarle con hechos de lo que somos capaces. Así que este es un atento llamado a esos jefes que se dicen ser jefes sólo por tener un nombramiento: Alfonso Reyes, Miguel Aduna, Esther Huesca, Gustavo Romero, Rafael Martínez Cisneros, Luis Felipe Ramírez, Andrés Rosaldo y demás jefes de oficina que no saben serlo y les hace falta un curso de ética y derechos humanos. Y recordarles que los cazadores de hoy, serán las reses del mañana.