Juan Carlos Molina Palacios murió asesinado el 9 de noviembre de 2019 en Medellín, siendo diputado local y dirigente estatal de la Liga de Comunidades Agrarias. Poco antes había denunciado la introducción ilegal de ganado por la frontera sur del país.
El 2 de septiembre de 2015, al destaparse como aspirante a dirigir la Liga Agraria ante cientos de priistas encabezados por su entonces dirigente Alfredo Ferrari Saavedra, dijo que sería un líder incómodo para algunos personajes, pero que buscaría darle fuerza al organismo, que estaba abandonado y relegado.
Expresó entonces que antes tenían más de 80 alcaldes en toda la entidad “y ahora, si bien les va, les entregan una Dirección Municipal de Fomento Agropecuario”.
Denunció entonces “coyotaje”, que estafaba a los productores. “La gente está hasta la madre de que le estén robando su dinero por meterle sus proyectos. Hemos tenido una CNC, una liga corrupta, donde solo se benefician los que están a cargo de los proyectos, que les roban 10, 20, 30 y hasta 40 por ciento para bajarles los recursos”.
No se anduvo por las ramas: “Eso nos da vergüenza a los campesinos, eso lo tenemos que cambiar, cambiando nosotros mismos. El cambio lo tenemos que lograr todos. Desde ustedes, en sus ejidos; al vival que vean por ahí, que les quiera chingar un dinero por meter un proyecto ¡mándenlo a chingar a su madre! y vayan a vernos directamente a nosotros”.
Denunció que la liga estaba prácticamente acéfala y que no lograba bajar recursos para los productores veracruzanos. “Como ejemplo de esto, en este 2015, la CNC nacional destinó cuatro mil tractores para todo el país, de los cuales solamente pudieron traer dos a Veracruz. Esa es una cuestión grave que no puede continuar”.
Diez años después, el lunes pasado en la guardia que montaron lo que queda del PRI, de la CNC y de la Liga Agraria ante el monumento a Venustiano Carranza en el puerto de Veracruz, nadie se acordó de Juan Carlos, menos de lo que denunció en su momento.
Tanto la secretaria general del CEN del PRI, Carolina Viggiano, como la dirigente nacional de la CNC, Leticia Barrera, como el dirigente estatal de la Liga Agraria, Manuel Guerrero, acudieron a un discurso ya muy desgastado, huero, que no dice nada: “… hoy el campo está abandonado… el gobierno solo da excusas… la deuda con el campo sigue creciendo… por el campo vamos con todo a su defensa… estamos llamados a la lucha… queremos que la justicia social llegue al campo…”, y más bla, bla y bla.
El viejo edificio lo pueblan solo fantasmas, si es que existen
Ya lo había hecho antes, pero ayer me asomé de nuevo al viejo edificio de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos, frente a la iglesia y el mercado San José, en Xalapa. Salvo en un cubículo-oficina donde estaba una empleada sin hacer nada, aquello estaba vacío, incluso la oficina de la presidencia estaba cerrada, con un panorama desolador, que confirma lo que dije ayer: la Liga ya solo era un cadáver que el lunes sepultó, por fin, la gobernadora de Morena, Rocío Nahle.
Juan Carlos Molina, como dirigente, se presentó solo dos días, dos, a dar audiencia. Cómo lo recuerdo, porque al segundo día lo visité para preguntarle cómo iba. Aquello estaba lleno, había verdadera romería para verlo. Me apartó y me confesó que ya no veía la hora de salir corriendo. Me dijo que no había habido una sola persona, “incluidos tus compañeros periodistas”, que no hubiera ido a pedirle dinero. Se fue y nunca regresó. En adelante atendió a quienes iban a tratarle verdaderos asuntos del campo en un hotel de Veracruz.
La Liga Agraria –cómo no voy a saberlo si como reportero cubrí muchos de sus actos y mantuve relación con casi todos los que fueron sus dirigentes–, con el tiempo abandonó su lucha original para convertirse en la fábrica de votos del PRI en el campo, y su dirigencia se convirtió en una agencia de colocaciones: de candidatos a presidentes municipales, síndicos y regidores. Era el famoso sector agrario al que obligadamente le tocaba una cuota en el reparto de candidaturas, con el negocio económico que todo ello implicaba.
Hoy ya no queda nada de todo ello. El vacío de sus oficinas, el desierto de su edificio, es fiel reflejo del caballo flaco, “lechero”, en que está convertido el PRI. En esas condiciones llegará a la elección municipal del 1º de junio. ¿Alguien le da posibilidades de triunfos significativos?
Don Agustín sugería ponerle una bomba
Otra verdad es que ya desde su administración (1980-1986), el gobernador Agustín Acosta Lagunes, economista que había cursado un posgrado en Nueva York y que había hecho cursos de la ONU en Ginebra, Suiza, culto, inteligente, que sí sabía del campo; don Agustín había propuesto ponerle una bomba a la Liga Agraria y desaparecerla.
Hablaba en sentido figurado. Quería decir que había que hacer estallar el edificio y con ello, simbólicamente, desaparecer la organización, porque, con lógica, preguntaba cuáles eras los dos países cuyos campos producían más en el mundo. Cuando se le repondía que Estados Unidos y la entonces URSS (Rusia), respondía con otra pregunta: ¿y ellos tienen y necesitan una liga agraria para producir?
Estuve cerca de aquellos hechos. Recuerdo que, escandalizado, Ángel Leodegario Gutiérrez, “Yayo”, le explicaba el papel de la liga en nuestra realidad política (era el dirigente estatal del PRI), cómo era el sistema político, el papel que jugaba, etcétera. Ahora falta por ver si luego de que ya tomó control de la conmemoración del tradicional acto agrario, Rocío Nahle no se apropia de la liga, la revive y le da vida con programas de Bienestar… y con ello echa a andar de nuevo la fábrica de votos en el campo, aunque ahora de color guinda.
Foros, para hacer ruido y calentar la plaza
Este miércoles, en Orizaba, tendrá lugar el primero de seis foros regionales para “consolidar” el Plan Veracruzano de Desarrollo; concluirán el día 12 en Papantla. Otros tendrán lugar en Tuxpan, Boca del Río, Xalapa y Coatzacoalcos.
El 16 de diciembre, la gobernadora Rocío Nahle fue precisa: tras su triunfo, se celebraron 22 asambleas informativas y mesas de trabajo con los integrantes de su gabinete en las que se recibieron peticiones ciudadanas; ahora se escuchará a otros actores para nutrir el documento de documentos.
Irreverente, como parte del ejercicio crítico que realizo, consideré en su momento que en el fondo se trata de calentar la plaza política a favor de Morena en pleno año electoral municipal cuando habrá elecciones el próximo 1° de junio.
Si bien, como dijo la gobernadora, la elaboración del plan está dentro de la fecha legal, resulta difícil que haya quien dude que el borrador del documento no está ya listo. Pero mientras se pueda, tienen que hacer ruido entre la ciudadanía, que no es más que el electorado.
Y tienen que hacer ruido ya, el más que puedan, porque solo disponen prácticamente de enero y febrero pues en marzo entrará en vigor la veda para promocionar obras y servicios del gobierno, con algunas excepciones, lo que solo podrán retomar hasta pasadas las elecciones.
El primer semestre del año, pues, será de ruido electoral municipal, y cabe pensar que, por ahora, no habrá nada significativo en lo material, pues primero tienen que caer los recursos federales y luego no hay todavía, se supone, un plan maestro de desarrollo oficial, de trabajo sobre el cual avanzar.
En Emiliano Zapata habría o hay 47 aspirantes de Morena a alcalde
Emiliano Zapata es un municipio ya prácticamente conurbado con Xalapa. Lo he llegado a considerar el San Pedro Garza García conurbado con Monterrey, en Nuevo León, por su rápido crecimiento y desarrollo; o bien el Boca del Río con Veracruz o el Cholula con Puebla.
Resulta que, según quien estuvo atento a los interesados en registrarse para ser alcalde del municipio, había 47, entre hombres y mujeres, y estima que se registraron por lo menos 25. Esa batalla campal de todos contra todos puede resultar una verdadera carnicería, y en una de esas la solución resulta un externo, del PVEM, por ejemplo, que los una, pero habrá que esperar para ver si se acuerda una coalición. Si Morena va solo, entonces muchos inconformes se irán a otros partidos, sobre todo a MC.