Decíamos ayer que la vida es bella, siempre y cuando te haya tocado nacer en una cuna de seda o con una torta bajo el brazo o ya de perdis en un pesebre de medio cachete. De otro modo, hay que sobrevivir. ¿Nada nuevo bajo el sol? Claro que sí, pero por desgracia poco alentador. Pero ahora no me referiré a temas terroríficos, como la violencia, la criminalidad, la pobreza, la pandemia, la corrupción, la impunidad, el fin del mundo… ¡Uuff! Esta vez, les comento sobre el próximo relevo en la Rectoría de la Universidad Veracruzana, nuestra alma mater, que no es una cuestión menor, sino todo lo contrario, pos implica el futuro de Veracruz, de México y, por qué no, del mundo. No en balde el lema de la U. V. es: “Lis de Veracruz: Arte, Ciencia, Luz”. Hágase la luz y pronto habrá Rectora o Rector.
Es un encargo de total responsabilidad, sin duda. Poniéndonos académicos, “universidad”, según la RAE, es “la institución de enseñanza superior que comprende diversas facultades, y que confiere grados académicos correspondientes. Según las épocas y países puede comprender colegios, institutos, departamentos, centro de investigación, escuelas profesionales, etc.” En la página web de la U. V., leo: “Visión al 2030”: “La Universidad Veracruzana es una institución líder de educación superior, con presencia regional, nacional e internacional, socialmente responsable, innovadora, intercultural e incluyente, con visión sistémica y compleja, que contribuye al desarrollo sustentable, que se distingue por sus aportes en la transferencia de la ciencia y la tecnología, el respeto y la promoción de la cultura; así como por la vinculación efectiva con los sectores social y productivo; con una gestión eficiente y eficaz al servicio de la academia, conformando una institución que promueve los comportamientos éticos, los derechos humanos, el arte y la creatividad, la salud integral, la equidad de género y el respeto a la diversidad cultural, para la formación de ciudadanos éticos y competentes en el ámbito local y global.” ¡Vientos huracanados! ¿Lo está logrando? ¿Lo logrará? Depende de lo que se haga ahora.
Son trece los aspirantes a la rectoría de la U. V.: Dr. Martín Gerardo Aguilar Sánchez, Dr. Héctor Francisco Coronel Brizio, Dr. José Luis Cuevas Gayosso, Dr. Alejandro de la Fuente Alonso, Dr. Darío Fabián Hernández González, Mtro. Carlos Lamothe Zavaleta, Dra. Ana Beatriz Lira Rocas, Dr. Jorge Manzo Denes, Dra. Yolanda Méndez Grajales, Dr. Héctor Venancio Narave Flores, Dra. María del Rocío Ojeda Callado, Dr. Salvador Francisco Tapia Spinoso y Dr. Rafael Vela Martínez.
Me di a la tarea de checar los CV de cada uno de ellos y los Planes de Trabajo que proponen. Hay de todo y, claro, las propuestas y estrategias no faltan. La mayoría de los aspirantes son “Doctores”; solo uno es Maestro. Cada uno tiene posibilidades de llegar a la meta. ¡Y qué bueno! La Universidad Veracruzana anda enfermita y necesita de atención profesional, científica, cultural, humanística y, sobre todo, control y equilibrio presupuestario, transparencia, honestidad, etcétera.
Dos aspirantes me llamaron la atención en su Plan de Trabajo. Ahí está la página web para que la consulten. Les dejo sólo algunos párrafos de los Doctores José Luis Cuevas Gayosso y Héctor Venancio Narave Flores.
El Dr. José Luis Cuevas Gayosso dice: “Concluyendo el presente Proyecto de Plan de Trabajo que presento y pongo a consideración de la comunidad universitaria, refleja el pensar, sentir y anhelo de llevar el quehacer universitario a un mejor escenario y transitar de manera colectiva a la construcción de proyectos plurales, interculturales, humanísticos, artísticos, científicos y tecnológicos, en todas sus modalidades y sistemas de enseñanza, en beneficio de la sociedad presente y futura de Veracruz.
“Por lo que los objetivos, estrategias y acciones propuestos son el punto de partida para sumar e incluir la participación de todas y todos como universitarios en aras del crecimiento y desarrollo de nuestra alma mater.”
El Dr. Héctor Venancio Narave Flores apunta: “La Universidad Veracruzana es una Institución pública de Educación superior comprometida con la formación profesional de calidad, con la producción rigurosa y sistemática de conocimiento, con la difusión de la ciencia, la cultura y extensión de los servicios a la sociedad, destacando su pertinencia social en los municipios de la entidad veracruzana. En este sentido, esta propuesta de Plan de Trabajo busca potenciar la capacidad de la Universidad Veracruzana para contribuir en el desarrollo de la sociedad, en el marco del diálogo, inclusión, equidad y transparencia, con lo que se refrenda el compromiso de la Institución.”
Así sea. Son trece aspirantes. Aspiremos a que gane el mejor, por el bien de nuestra alma mater, por Veracruz y por México. No hay de otra. El tiempo se acaba.
Pero no nos pongamos solemnes. Les comparto lo siguiente.
-¿Qué pasa si te expulsan de cuatro universidades?
-…
-Que estás perdiendo facultades.
***
-Papá, papá ¿vendrás a mi graduación?
-No, hijo. Cuando llegues a casa ya me enseñarás tus gafas nuevas.
Me quedo con lo que escribió Thomas Carlyle: “La verdadera universidad de hoy en día es una colección de libros”.
Los días y los temas
En entrevista, a la pregunta “¿Qué puedes decir de las instituciones judiciales, pero también sociales, que se niegan a escuchar o que son torpes escuchando, que no ven o son miopes para detectar a los perpetradores de los feminicidios?”, la escritora Cristina Rivera Garza contestó: “La cuestión es que muchas veces estas cosas se cuentan en la clave del monstruo, que parece ser que a los perpetradores tendríamos que reconocerlos por sus perfiles monstruosos. Pero lo que nos enseñan una y otra vez estas historias es que se trata de hijos sanos del patriarcado, y por lo tanto sus actos pueden confundirse con cualquier otra experiencia. De ahí la importancia de producir mapas que señalen desde los asuntos menos peligrosos hasta los más peligrosos; lo que en México se conoce como el “violentómetro”, que produjo el Instituto Politécnico Nacional, o lo que produjo la enfermera Rachel Louise Snyder, quien realizó el estudio No Visible Bruises [Sin moretones visibles] en Estados Unidos con ejemplos y evidencias para reconocer los niveles de peligro. Todo eso nos hace falta, porque nos permite reconocer el peligro y una vez reconocido nos permite actuar en consecuencia. Esto no quita la responsabilidad del Estado, la responsabilidad de las instituciones cuyo fin es impartir la justicia. No quita que existe un grado de impunidad macabro en México, donde siguen existiendo feminicidios porque el feminicida sabe que se puede salir con la suya, sabe que no le va a pasar nada. Y mientras ese siga siendo el caso, seguirá habiendo feminicidios en México y en el mundo. Así que es un trabajo conjunto, del Estado pero también de nosotros mismos, porque todos participamos en el proceso de irnos alertando, de irnos diciendo que no debemos buscar al monstruo, sino al hijo sano del patriarcado.” (milenio.com, 06/08/21).
Eso: el grado macabro de la impunidad. ¡Gulp!
De cinismo y anexas
Pa’ no variarle; ahí les va:
Profesor: “¿Qué tengo que hacer para repartir 11 patatas entre siete personas?”
Pepito: “Puré, profe.”
***
Profesor: “Dígame Pepito, ¿qué nombre se da a una persona que sigue hablando, aunque los demás no demuestran interés?”
Pepito: “¡Docente!”
***
Profesor: “Pepito, tu redacción “Mi perro” es exactamente igual a la de tu hermano. ¿Le copiaste?”
Pepito: “No, profe, tenemos el mismo perro.”
***
Profesor: “En la oración: ‘María goza intensamente’ ¿dónde está el sujeto?”
Pepito: Y… ¡arriba de María!
Ahí se ven.