*Empresarios lo culpan de futuros cierres
*Partidos se rehúsan a dar prerrogativas
EN MEDIO de la contingencia por el Coronavirus y de acusaciones fatuas en torno a “quién da más” para contrarrestar la pandemia, las amenazas no se han hecho esperar, y en ese sentido el Presidente Andrés Manuel López Obrador advierte a partidos y dirigentes de estos que los exhibirá si no aportan el 50 por ciento por ciento de sus prerrogativas como ya lo hizo el Movimiento de Regeneración Nacional, cuando la obligación de aportar lo necesario para la salud es del Estado, que para eso capta recursos por contribuciones y servicios, además de venta de petróleo y otros minerales. Los institutos políticos, en consecuencia, han dicho que el Presidente está aprovechando el momento para desmantelarlos de cara al 2021, sobre todo porque MoReNa no necesita dinero ya que cuenta con la promoción que a diario le hace el titular del Ejecutivo Federal con la entrega de programas sociales que no son otra cosa que dinero proveniente de impuestos y otros ingresos, y con todo y ello desea arrebatarles la mitad de los recursos que percibirán este año, y si no cedieran los exhibirá en el llamado: Quién es quién para que la sociedad se percate quién sí apoya y quién le da la espalda. AMLO ya lo dijo en la mañanera: que dará a conocer una lista con las aportaciones económicas o en especie de los institutos políticos, y su llamado incluye a los poderes Legislativo y Judicial para que también aporten recursos, pero enfatiza en los partidos políticos porque “son entidades de interés público, de acuerdo a la Constitución; entonces, mañana ya ponemos aquí en la pantalla quién está dispuesto a aportar la mitad de su presupuesto, quién lo va a hacer en efectivo y quién lo va a hacer en especie a la beneficencia de salud”, en suma, el Presidente se ha tornado autoritario y amenazante, a tal grado que quien no aporte lo muestrea ante el pueblo bueno como si se tratara de los malos de la película, en tanto el Estado sigue adelante con proyectos no prioritarios que podría parar como el Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía, el tren interoceánico y la refinería de Dos Bocas.
AL PRESIDENTE, sin embargo, los empresarios le acaban de dar una sopa de su propio chocolate ante la negativa de tomar en cuenta el plan de acción del sector privado, y por si llegaran a suscitarse despidos masivos durante y después de la contingencia, los hombres del dinero han dejado en claro que ellos presentaron al Presidente López Obrador un plan de acción a 90 días “que no quiso tomar en cuenta”, y que consistió en: 1.-Proteger el empleo, los salarios y los ingresos de las familias; 2.-Sentar las bases para una recuperación inmediata y, 3.-Evitar que la crisis de liquidez de familias y empresas se convierta en una de solvencia. En pocas palabras, los empresarios dejan en claro a quienes podrían perder sus fuentes ocupacionales que en caso de que eso suceda no es culpa del sector privado sino del mandatario nacional a quien plantearon, paralelamente, “utilizar la caja actual del sector público y cambiar concepto de deuda neta por deuda bruta”, ya que eso liberaría 425 mil millones de pesos, además del uso de fondos de estabilización por un total de 243 mil millones de pesos”, y postergar el objetivo de las finanzas públicas del 2020 a fin de incrementar el endeudamiento 4 por ciento del Producto Interno Bruto, con lo que se podría hacer frente a los gastos de salud, compensar caídas de ingresos y sentar las bases de la recuperación. Pero los empresarios fueron más allá al proponer sustituir importaciones, sobre todo en los sectores ligados al comercio exterior; tener un programa de infraestructura con fondos públicos y privados; dar una definición y anuncio inmediato de los proyectos de inversión privada en infraestructura energética y permitir la depreciación acelerada de nuevas inversiones.
EN NINGÚN momento le plantearon la condonación de impuestos sino aplazar o prorrogar el pago de los mismos en tanto se recuperan de la improductividad por paros obligados que no les permiten ingresos y, sin embargo, siguen pagando salarios. Por ello le dejan en claro a los futuros afectados que López Obrador será el responsable de que pierdan sus fuentes ocupacionales, así como AMLO busca exhibir a los partidos que no se sumen con el 50 por ciento de sus prerrogativas al combate de la Pandemia, como si no fuera obligación del Gobierno Federal que, por otra parte, presume finanzas sanas y un ahorro sin precedentes, así como a las administraciones Estatales y hasta municipales.
LOS EMPRESARIOS, sin embargo, no desean llegar al despido de trabajadores, y aun cuando el Presidente les dio la espalda, el dirigente el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) convocó a todos los organismos, cámaras y asociaciones del sector productivo a hacer un Acuerdo Nacional junto con los trabajadores para enfrentar la crisis causada por el Covid-19, y en ese sentido refiere la cúpula que sin un programa de rescate gubernamental, el panorama es tener un decrecimiento de entre 7 y 10 por ciento; entre 800 mil a 1 millón de desempleados; un tipo de cambio de 25 pesos por dólar y una inflación de entre 6 a 10 por ciento, pero de haberse aceptado la propuesta las cifras de caída económica serían de -2.5 por ciento; una paridad peso dólar de entre 21 a 22 pesos por divisa, y entre 300 mil a 400 mil desempleados. Y es que queda claro que si la economía se frena, también se pausarán los cobros en el sector privado, del gobierno y no se contará con recursos para continuar programas sociales actuales, y en ese tenor seguirán insistiendo en que se concrete un mecanismo de implementación para que el sector privado, la sociedad, el gobierno y los sindicatos tengan un convenio, y que éste se convierta en un Consejo Económico Permanente.
AMLO NO aceptó la propuesta de los empresarios, y hasta los calificó de ambiciosos y otros epítetos, y estos ya le respondieron. Por lo pronto, el Presidente busca el apoyo de otros empresarios ajenos al grupo que encabeza Carlos Salazar Lomelí, y este martes invitó a comer a los del norte del País, tal y como lo hizo ya con Carlos Slim, Alberto Bailleres y Germán Larrea, los hombres más ricos de México. En pocas palabras, el Presidente está recurriendo al afamado divide y vencerás para reinar, que no es otra cosa que ganar y mantener el poder mediante la ruptura en piezas de las concentraciones más grandes, que tienen individualmente menos energía. El concepto se refiere a una estrategia que rompe las estructuras de poder existentes y evita la vinculación de los grupos de poder más pequeños. Podría ser utilizada en todos los ámbitos en los que, para obtener un mejor resultado, es en primer lugar necesario o ventajoso romper o dividir lo que se opone a la solución o a un determinado problema inicial. La estrategia habría sido utilizada por el gobernante romano Julio César y el emperador corso Napoleón Bonaparte. En pocas palabras, AMLO apapacha a unos y desdeña a otros, en el entendido de que nadie desea pelearse con el Presidente que, por otra parte, quiere un País dividido incluso entre sectores de un mismo rubro. OPINA carjesus30@hotmail.com