*Mantiene al pueblo en torno a él por las limosnas que les da
*Maquiavelo y El Príncipe, libro del que abreva su sabiduría
NO ES secreto que Nicolás Maquiavelo (Niccolò di Bernardo dei Machiavelli), el diplomático, funcionario, filósofo, político y escritor italiano estudió durante 15 años el arte de gobernar para poder traducirlo en una obra de veintiséis capítulos conocida como El Príncipe, veinticuatro de estos dedicados al arte del Estado y dos a la exhortación final, en la que reclama la necesidad de una unidad nacional de Italia y su liberación del dominio extranjero, y algunos ejemplos acerca de la concepción política y social que llegó a concebir, que aun en nuestros días constituyen sabias sugerencias y grandes consejos al momento de tomar decisiones, serían las siguientes. Acerca del pueblo razonaba: 1.-Al príncipe le es necesario tener al pueblo de su parte, porque, si no, no tendrá remedio en las adversidades. 2.-La mejor fortaleza de un príncipe es la de no ser odiado por el pueblo. Porque, por muchas fortalezas que tengas, si el pueblo te odia, no te salvarán. 3.-Un príncipe sabio debe pensar en un modo por el cual sus ciudadanos, siempre y en cualquier circunstancia, tengan necesidad del estado y de él; así le serán siempre fieles. 4.-El príncipe se asegura en gran medida evitando ser odiado o despreciado y manteniendo al pueblo satisfecho y, 6.-No desesperar de los poderosos, y satisfacer al pueblo y tenerlo contento. Y aunque ignoramos si el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha estudiado la magnífica obra del florentino, es indiscutible que pone en práctica esas enseñanzas que han quedado para la posteridad, regalando pan (dádivas disfrazadas de programas sociales) y dando y circo al pueblo (con sus mañaneras donde ofende, agrede y sentencia sin pruebas), lo que le permite destinar gran parte del día a sus asuntos personales como escribir libelos en los que vomita todo su rencor contra los adversarios, sin prestar mayor importancia a la Gobernanza.
Y ES que de acuerdo a los archivos sustraídos a la Secretaría de la Defensa Nacional por el grupo de Hacker conocido como Guacamayas, el Presidente AMLO rara vez tiene alguna actividad laboral después de la mañanera. Los documentos a los que ya tuvo acceso Sandra Romandía, periodista de investigación, coautora de Narco CDMX (2019, Grijalbo) y Los 12 mexicanos más pobres (2016, Planeta), además de ser ganadora de la beca María Moors Cabot de la Universidad de Columbia, revelan que el Tabasqueño se despierta todos los días a las 4 de la mañana, pero en la práctica se mantiene inactivo durante sus jornadas laborales, dejando dormida así a la cabeza que lidera México. Diariamente a las 6 de la mañana recibe puntualmente a los integrantes del gabinete de seguridad para llevar a cabo su reunión donde se informa de la situación a lo largo y ancho del territorio nacional; no parece haber avances, pero eso es otra cosa y el ejercicio puntualmente se realiza. Después se traslada al salón Tesorería, del mismo Palacio Nacional para sostener su monólogo diario con los representantes de los medios de comunicación. Terminando sus reflexiones cotidianas, las actividades del Presidente, por lo general, se terminan. A menos que salga de gira y participe en una “supervisión” o una visita hacia algún estado, su agenda permanece vacía, en blanco; sin otra cosa programada para hacer más que recibir las terapias físicas que el cuerpo de médicos militares le proporcionan a él y a su esposa, a veces también a su hijo menor, generalmente por las tardes. Según la documentación obtenida después del hackeo de #GuacamayaLeaks, las agendas de actividades de López Obrador son muy cortas, dos actividades diarias en la mayoría de los casos y el resto del día nada más por hacer, según las bitácoras de Sedena.
POR EJEMPLO, citan los textos plagiados a SeDeNa, en los reportes del 29 de abril al 29 de mayo de 2019, donde se contienen 31 días de actividades para López Obrador, en 18 de los 31 días, es decir el 58 por ciento del tiempo, lo único que hizo el Presidente fue reunirse de 6 a 7 am con el gabinete de seguridad y después su mañanera. Los otros 13 días entre los que se cuentan los sábados y los domingos, los dedica a supervisar alguna obra o bien asistir a inaugurar algo en el interior de la República, nada más. En los días que existe cruce en las agendas entre Zeus (Nombre clave del Presidente como el padre de todos los dioses griegos) y Argento (Nombre clave del Secretario de la defensa nacional), las actividades del jefe del ejecutivo son limitadas, inclusive, en algunos casos, la oficina del secretario de la defensa ya no incluye la conferencia mañanera como parte de las actividades, lo que hace aparecer aún más desierta la agenda presidencial. De acuerdo con las agendas obtenidas por el hackeo, el Presidente rara vez tiene alguna actividad laboral después de la mañanera.
ACERCA DE las Leyes, Maquiavelo escribió: 1.-Un príncipe necesita buenos cimientos, ya que, si no es así, se hundirá, y los principales cimientos que tienen todos los estados […] son las buenas leyes y las buenas armas (AMLO ya tiene de su lado al Ejército, la Marina y Guardia Nacional y hasta al Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a base de aporrear a ese poder). 2.-Los príncipes deben hacer que otros ejecuten las disposiciones impopulares, y ejecutar ellos mismos las disposiciones favorables a los súbditos (AMLO solo se dedica a repartir dinero), y respecto al comportamiento de los Príncipes, el considerado padre de la Ciencia Política moderna sostiene: 1.-Es mejor ser impetuoso que precavido, porque la fortuna es mujer, y si se la quiere tener sometida, es necesario castigarla y golpearla. […] pero como es mujer, es siempre amiga de los jóvenes porque son menos precavidos, más feroces y la dominan con más audacia (por ello las millonadas a Jóvenes construyendo el futuro). 2.-Es mucho más seguro ser temido que amado, en el caso de que haya de prescindirse de una de las dos. Si el príncipe no consigue el amor del pueblo, es preferible ser temido que odiado (y vaya que a AMLO le teme la oposición al usar los mecanismos de la procuración de justicia en contra de sus enemigos y a favor de sus familiares y amigos). 3.-Como al príncipe le es preciso saber utilizar bien su parte animal, debe tomar como ejemplo a la zorra y al león; pues el león no sabe defenderse de las trampas ni la zorra de los lobos. Es imprescindible, pues, ser zorra para conocer las trampas y león para asustar a los lobos. 4.-Todo esto debe hacer un príncipe sabio: no estar ocioso en tiempos de paz, sino antes bien con ingenio conseguir un capital del que pueda echar mano en la adversidad, para que, si cambia la fortuna, lo encuentre preparado para resistirla (AMLO en la pandemia se dedicó a ahorrar evitando ayudar a los impulsores del empleo). 5.-Una de las cosas que un príncipe debe guardar es la de ser despreciable y odioso; y la liberalidad te lleva tanto a lo uno como a lo otro. Por tanto, es más sabio tener fama de mezquino, que provoca una infamia sin odio, por querer ser calificado de liberal, verse obligado a que te llamen rapaz, que engendra una infamia con odio. 6.. Todo príncipe debe desear ser tenido por compasivo y no por cruel; sin embargo, ha de estar atento a no ser mal uso de su compasión. Un príncipe no se debe preocupar de que le tachen de cruel, si a cambio mantiene a sus súbditos unidos y leales (y AMLO lo hace repartiendo dádivas). Y acerca de la moral-política, decía: 1.-A menudo para conservar el estado, necesita obrar contra la fe, contra la caridad, contra la humanidad y contra la religión (y AMLO lo hace a la perfección contra el clero). En fin, un reflejo de AMLO, el Presidente que contra lo que todos suponen, dedica el tiempo libre a todo, menos a Gobernar mientras mantiene al pueblo embelesado con limosnas.
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NOS LEEMOS hasta el jueves. Son días de recordar a los que ya se fueron, a los nos dejaron un gran dolor con su partida, pero una gran enseñanza con todo lo que nos aportaron en vida. OPINA carjesus30@hotmail.com