A propósito de la placeada que le ha dado López Obrador a la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, por la ciudad que gobierna la señora y en la que tiene una popularidad que ya la quisiera un rapero, no faltó quien me dijera que a pesar de tanta miel no sucederá al presidente, en lo cual coincido, sino el señor Canciller. Y aquí levanté la ceja.
A menos que ocurriera un milagro, lo que no se da mucho en política, Marcelo Ebrard sería candidato de Morena a la presidencia. No lo será porque es superior a López Obrador, lo que éste no tolera. Además, no es un morenista puro (aunque nadie lo sea en ese partido principiando por el propio Andrés Manuel) y no le tiene confianza. Sin contar con que sabe que Ebrard mandará al diablo la continuidad de la 4T.
Marcelo es un tipo de valía que se ha convertido en pieza fundamental de un Gabinete compuesto por puros floreros, pero no será el elegido. López Obrador le seguirá sacando el máximo provecho y semanas antes del destape lo mandará a volar.
Intuitivo como es, Marcelo dijo que será candidato y aparecerá en las boletas. Y yo le creo, pero…
En el patio de enfrente la oposición ni pinta ni da color. Si en tiempos pretéritos contaban con candidatos aceptables para puestos de elección popular, en la actualidad cojean y se les nota a leguas. Ni por asomo tienen un líder carismático y talentoso para el 2024.
¿Ricardo Anaya? Por Dios, está tan muerto como un cementerio. ¿Miguel Ángel Osorio Chong? Ni con mucho tiene el poder de hace seis años. ¿Enrique de la Madrid Cordero? Se dejó ver unas semanas y se apagó.
Puedo darte una docena de nombres lector, pero ninguno como para hacerle sombra a quien abandere Morena. Y menos con el poder que se carga el presidente.
Ante lo famélico de la caballada, Marcelo comienza a sonar como la opción del PAN, PRI y PRD. Y la idea no es nada descabellada. El hombre ha hecho un excelente trabajo en la cancillería, es conocido en todo el país y tiene buena imagen en Estados Unidos, Latinoamérica y la Unión Europea; muy por encima de la que tiene su jefe. Además, en las propias encuestas de Morena va en segundo lugar, pegadito a Claudia Sheinbaum.
¿Qué pero le pondrían tricolores, azules y amarillos a su candidatura? Creo que ninguno, pero…
Sería un candidato fuerte, inteligente y pragmático, nunca uno de relleno o del montón. La sola invocación de su nombre haría que varios grupos que militan en Morena se fueran a la oposición con lo que ésta tendría más fuerza. Sí, pero…
Sería el candidato de la clase media, tan bocabajeada por el presidente. También de los universitarios, los profesionistas, los desempleados, los médicos y enfermeras, los empresarios. Los gremios magisteriales, campesinos y obreros lo voltearían a ver. Sí, sí, pero…
Como Jefe del entonces DF tuvo una excelente calificación. Y no hay que olvidar que en las encuestas internas del PRD en 2012 iba arriba de Andrés Manuel como candidato a la presidencia. Sí sí sí, pero…
Marcelo sería una excelente opción. Sería un candidato con amplias posibilidades de triunfo. Sí caramba sí sí, pero… su futuro político pende de la Línea 12 del Metro.
Lo que conocemos hasta ahora sobre la tragedia que costó la vida de 26 personas, dejó más de 100 heridos y de la que se responsabilizó a un perno, es apenas una parte del informe dado a conocer por la empresa noruega DNV. El informe completo habla de fallas garrafales desde su construcción.
Por su parte, la Fiscalía de la Ciudad de México tiene (desde los tiempos de Miguel Ángel Mancera), un informe donde se detalla la corrupción y malos manejos de millones de pesos en la compra de materiales; desde tuercas hasta rieles. Aparte de presiones gubernamentales para que la obra se terminara antes de tiempo. Y en todo se presume responsabilidad del entonces Jefe de Gobierno.
Sí, en efecto, Marcelo puede ser una excelente propuesta de la oposición, quizá la mejor. Pero el día asome la cabeza como candidato, Andrés Manuel dará a conocer completa la investigación sobre la Línea 12 y lo aplastará sin la menor contemplación.