*Desaparece oficialmente Fonden tras 24 años
*Dinero “ahorrado”: para comprar consciencias
EN ESE afán desenfrenado de ahorrar para seguir regalando a unos cuantos el dinero que no es suyo (para comprando la consciencia del pueblo bueno), sino de todos los mexicanos, el Gobierno Federal dio por finiquitado este miércoles el Fondo de Desastres Naturales (Fonden), instrumento financiero que tenía como finalidad apoyar a los Estados, así como a dependencias y entidades de la Administración Pública Federal en la atención y recuperación de los efectos que producen los fenómenos naturales. El Fonden estuvo casi 24 años en operación, pero al no estar exento de señalamientos de corrupción sobre el manejo de los recursos (un ardid presidencial para desaparecer todos aquello que le estorba y le recuerda al pasado), fue extinguido el 8 de Octubre del año pasado por la Cámara de Diputados, esto a pesar de que México es uno de los 10 países a nivel mundial que presentaban más pérdidas derivadas de fenómenos naturales, y aunque la Secretaría de Hacienda informó que pronto emitirá las disposiciones específicas que establezcan y regulen los mecanismos presupuestarios que permitan el adecuado ejercicio de los recursos, todo ello para asegurar acciones de prevención que atiendan los impactos causados por fenómenos naturales y para que “la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana establezca el marco normativo para la conducción y ejecución de las políticas y programas para la prevención, auxilio, recuperación y apoyo a la población en situación de desastre, lo cierto es que México podría enfrentar las consecuencias de los desastres naturales sin que la ayuda fluya, esto es, que Estados y Municipios se las arreglen como puedan ya que el objetivo de la Cuarta Transformación es seguir ahorrando para continuar manipulando al pueblo bueno mediante migajas que les entrega bimestralmente, cuando podría sentar las estructuras para la creación de empleos duraderos y bien pagados.
COMO BIEN se recuerda, el Senado de la República aprobó la extinción de 109 fideicomisos el 21 de octubre del 2020, entre estos el Fonden, y con esa decisión, el gobierno Federal podría obtener 68 mil 400 millones de pesos adicionales para sus programas sociales, esto es, para mantener el voto clientelar rumbo al 2024, cuando no se sabe si AMLO dejará el camino franco a sus colaboradores o ampliará su periodo constitucional, como ordenó hacerlo con el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación bajo el argumento de que aún no están sentadas las bases para el destierro de la corrupción, algo que pregona, solo él puede lograr. Pero para ello se requiere mucho dinero, en principio 50 mil millones de pesos más para la guardia nacional que pasará a ser la tercera fuerza de la Secretaria de la Defensa Nacional, ya que AMLO, al igual que Nicolás Maduro, en Venezuela; Daniel Ortega, en Nicaragua; Miguel Díaz-Canel en Cuba,, que no deja de ser un pelele de los Castro Ruz, desea unas fuerzas armadas sólidas, satisfechas y leales por si llegara a necesitarlas en caso de una eventual ampliación de su Gobierno dos o cuatro años más.
POR ELLO la desaparición del Fonden y de otros 108 fideicomisos, pues de acuerdo al Presidente Andrés Manuel López Obrador, el organismo el Fonden presentaba una deuda de 13 mil 123 millones de pesos hasta Octubre pasado. Aunque ese pasivo resultaba de los efectos que habían dejado los huracanes y los sismos del 2017, algo que ni el titular del Ejecutivo Federal ni la Secretaría de Hacienda quisieron reconocer. Por esa razón, desde el pasado 1 de Enero de 2021, el Fonden ya no contaba con la autorización para asumir compromisos adicionales, salvo aquellos relacionados con sus propios gastos de operación.
LOS PRETEXTOS para desaparecer al fondo fueron muchos, y hasta se hizo creer que solo se beneficiaba a unos cuantos y se soslayaba a otros –como ocurre con los programas sociales que se destinan a cierta población, cuando deberían invertirse en obras de beneficio colectivo, pues a decir verdad, carreteras y caminos del País se encuentran destrozados, y al menos en Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez sigue sin hacer nada, solo criticando a un pasado que en dos años hizo más obras que muchos gobiernos en seis-. Y es que en lo individual, respecto al Fonden las personas no requerían hacer ningún trámite directo, pues ese Fondo no operaba a través de particulares, sino mediante las dependencias de los gobiernos federales y estatales como la Secretaría de Gobernación que estaba a cargo, y éste se activaba a través de la emisión de una Declaratoria de Emergencia o Declaratoria de Desastre, que es el reconocimiento de la dependencia de que uno o varios municipios o delegaciones políticas se encontraban ante la inminencia o alta probabilidad de que se presentara un fenómeno perturbador de origen natural que provocara un riesgo excesivo para la seguridad e integridad de la población. Y era a través de la emisión de una declaratoria de desastre que el Fonden buscaba proporcionar recursos a las Entidades federativas y dependencias federales para la reconstrucción de los daños ocasionados por un fenómeno natural perturbador a la vivienda de la población de bajos ingresos, así como a los servicios e infraestructura pública federal, estatal y/o municipal.
LO CIERTO es que el clima en México favorece el desarrollo de fenómenos naturales severos, como huracanes o terremotos. De hecho, es uno de los países que más sufre esos episodios, pues de acuerdo al informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la república mexicana es una de las naciones con más pérdidas económicas por este tipo de fenómenos desde 1998 cuando en total se perdieron 46.5 mil millones de dólares por desastres relacionados con el clima. En Latinoamérica, México sólo es superado por Puerto Rico con unas cifras que alcanzan los 71.7 mil millones de dólares. Estados Unidos es el país que lidera el ranking mundial con 944 mil millones de dólares. El estudio de la ONU relaciona el impacto económico de los desastres naturales con la pobreza y recursos que posee cada país. Por ejemplo, Haití, Honduras o Cuba tuvieron un gran impacto en proporción.
Y SOLO para tener una idea, basta señalar que en México, como en muchos países de América y el mundo, el impacto de los desastres desencadenados por amenazas de alta magnitud y baja frecuencia ha involucrado cuantiosas pérdidas. De 1900 a 2018 se registraron 231 desastres en los que más de 20 mil personas perdieron la vida y aproximadamente 18 millones de habitantes fueron afectados, lo que puso en evidencia la necesidad urgente de transformar el actual Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc), meramente reactivo, en un Sistema Nacional de Gestión Integral del Riesgo de Desastre (Sinagird). En fin, ya ni sugerir es bueno, pues con la desaparición del Fonden, que Dios nos agarre confesados ante un desastre natural de magnitud inimaginable, como las inundaciones o sismos que se están engendrando en el mundo. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com