“La conducta es un espejo en que cada uno muestra su imagen.” – Johann Wolfgang von Goethe.
Veracruz es un crisol de formas y pensamientos, su más de 700 kilómetros de litoral nos permiten contemplar la majestuosidad de la naturaleza en todas y cada una de sus formas; esa condicionante hace por lo mismo que la idiosincrasia del veracruzano sea distinta de norte al sur, o de la costa al altiplano.
De igual manera, sus autoridades municipales desarrollan también formas y acciones muy distintas de ejecutar lo que consideran son una prioridad en la demanda de necesidades públicas.
Mientras en Xalapa, el tema de las vialidades y su abandono se han convertido en el eje central de la política desarrollada por su alcalde Ricardo Ahued Bardahuil –heredada de la pésima administración de Hipólito Rodríguez Herrero-, la realidad es que con el paso de las semanas y meses pareciera que alguien no quiere apoyar a su alcalde, siempre comprometido y dispuesto a dar la cara ante la ciudadanía.
La mala planeación y logística con que se están ejecutando algunas obras en la capital, han provocado el incremento del factor social de aceptación, hoy por más que preguntemos a los ciudadanos si se encuentran satisfechos con sus autoridades, la respuesta es casi categórica de reproche y criminalización, acusando una especie de indiferencia, que a la larga pesa en los niveles de aceptación y reconocimiento a la autoridad municipal en funciones, esto a pesar del inmenso esfuerzo desarrollado para la ejecución de las obras.
Por desgracia, la sociedad se mueve por emociones, no por razonamientos, y eso a la larga repercute en el ánimo social respecto a determinado proyecto político.
Otro caso sui generis se presenta en la zona conurbada de Boca del Río, en donde su autoridad municipal a cargo de Juan Manuel de Unanue Abascal, también ejecuta acciones para garantizar el mejoramiento de calles y avenidas, así como el pleno disfrute y desarrollo de la niñez al rescatar recientemente las estancias infantiles de ese municipio a cargo del Ayuntamiento.
El más reciente anuncio de obra pública implica la pavimentación con concreto hidráulico de más de 13 mil metros cuadrados de la avenida Juan Pablo II, importante arteria entre la zona turística y la zona académica de la Universidad Veracruzana (UV).
Aunado a dicha obra se realizarán 2 mil 510 metros lineales de señalamiento vial horizontal, con pintura termoplástica en flechas y pasos peatonales; y la colocación de 419 vialetas sobre el pavimento, la cual se espera esté lista para mediados de diciembre de este mismo año.
El otro caso, lo impuso este mismo lunes el alcalde de Camerino Z. Mendoza en la región montañosa central de la entidad, en donde su alcalde, Héctor Rodríguez Cortés, realizó la entrega de 9 mil 750 uniformes a igual número de alumnos de escuelas públicas de dicho municipio de los niveles preescolar, primaria, secundaria y bachillerato.
Acto que encabezó el mismo titular de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), Zenyazen Escobar García, quien, acompañado del mismo presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, Juan Javier Gómez Cazarín acudieron a protocolizar y dar fe de tan loable acto.
Garantizar vestido para uniformes a los menores, implica que en cada familia se dé un ahorro mínimo de mil 500 pesos por alumno, algo que para familias de más de tres personas representa un importante ahorro, más sí esas familias las encabezan madres solteras.
Mientras estos tres municipios y sus autoridades dan muestras de su actuar público, el mensaje enviado precisamente desde Ciudad Mendoza por parte del presidente de la Jucopo, Juan Javier Gómez Cazarín alude tiempos de turbulencia, pues al parecer el oriundo de Hueyapan de Ocampo, ha develado el velo de los malos manejos y tremendos negocios que desde el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) se venían realizando para limpiar cuentas públicas.
Menudo escándalo el que se avecina… pues ya hay nombres de funcionarios ligados a los altos mandos del Orfis implicados y corridos por dicho proceder.
Al tiempo.
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