Bastó una ironía de nuestra parte al insinuar en las redes sociales que el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, sería el próximo gobernador de Veracruz, para que se desatara una campaña de insultos y desprecios en su contra.
Es un rechazo y repudio a todo lo que huele a 4T, chairos y Morena. Es el termómetro del sentir veracruzano. Es la resultante de un gobierno fallido.
Es el no querer más experimentos, ni la presencia de veracruzanos desarraigados que llegan en una tómbola política más animados por la sed venganza y el apetito por el saqueo a las arcas públicas, que para servir a un pueblo humillado.
Lo del llamado “Bola #8” manifiesto en las redes sociales, no es más que el espejo de la realidad.
Es hacer de manifiesto que Veracruz ya quedó curado de espanto con el proyecto de Morena que solo ha traído más pobreza y abandono.
Sirvió, además -en tan solo tres años- para mostrarnos de lo que es capaz un gobierno incapaz en donde toma carta de naturalización la ingobernabilidad, la corrupción, el nepotismo y la escaldad de venganzas contra los enemigos.
Lo del llamado “Bola #8” es un recordatorio de lo que no debe existir más en política.
Su sola presencia nos regresa al presente su breve pero sustancioso historial de corruptelas que en tan solo 36 meses consumó al frente de la segunda oficina más importante del gobierno de Cuitláhuac García.
Y es que, cómo olvidar sus rapacerías hechas públicas.
En lo político, es el responsable de demoler a la oposición, particularmente al PRD, con sus amenazas, campañas intimidatorias y de violencia física en contra de su dirigencia, militancia y hasta el 6 de junio pasado, a los aspirantes a diputados y alcaldes.
“¡Cooperas o cuello!” fue la advertencia sardónica lanzada por el llamado “Bola #8” en contra el PRD y las dirigencias partidistas, así como localizados aspirantes a cargos de elección popular del PAN, el PRD y el PRI.
Cisneros fue el responsable de la operación electoral de Veracruz el pasado 6 de junio, el mismo que hoy es señalado por la Procuraduría Fiscal por “defraudación fiscal” y esconder su “Declaración Patrimonial”.
Lo de Floricel, lo de Rogelio Franco; la desaparición frustrada de Goyo Durán, quien salva su vida -no la prisión en la que se encuentra- gracias a un video tomado a cien metros de la escena, donde se observa el levantamiento de parte de la policía ministerial que impidió se le imputara la desaparición a manos del crimen organizado.
El ajusticiamiento de Melquiades, las amenazas cumplidas hacia el aspirante del municipio de Cuitláhuac y 42 más, los cuatro crímenes contra políticos en lo que va del año (dos mujeres y dos hombres).
Documentado además y nunca desmentido el moche que el “Bola 8” exigía a los alcaldes para agilizar la entrega de participaciones federales, denunciado por los propios ediles.
El apropiarse de los salarios de la nómina de su propia oficina cada vez que despedía a los colaboradores; el quite de hasta el 50 por ciento de la quincena a los trabajadores de nuevo ingreso, y el no comprobar ni el jabón de baño de su ostentosa casa las afueras de Coatepec.
Sus negocios con los desechos sólidos, en manejo discrecional del presupuesto anual de 487 millones de pesos y su injerencia política en las Participaciones y Aportaciones Federales para municipios que ascienden a 25 mil 701 millones de pesos.
Son muchas las rapacerías de Eric Cisneros que el espacio no alcanza.
Basta dejar sobre la mesa el último reclamo de los diputados de oposición hace un par de días en donde se le entregaron pruebas fehacientes de los acosos al personal femenino de su propia oficina convertida en una agencia de colocaciones a cambio de favores sexuales.
A la recopilación de las denuncias por acoso sexual, que se suma la laboral presentada por la oposición legislativa contra servidores públicos pertenecientes a la oficina que encabeza, sólo guardó silencio, igual que cuando asesinaron a la alcaldesa de Jamapa, Floricel Ríos, quien denunció horas antes a Eric de haberle retirado a la policía y dejarla en indefensión.
Igual que cuando asesinan a la alcaldesa de Mixtla de Altamirano, Marisela Vallejo a su esposo y chofer, por razones políticas cuyo entramado bien supo cómo se orquestó.
Muchas más fechorías se suman a la curricula de quien hoy se deja querer en la búsqueda de la gubernatura 2024-2030.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo