“El amor, las mujeres y la vida.”
Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.
Siendo muy joven Mario Benedetti leyó un libro de Schopenhauer titulado: “El amor, las mujeres y la muerte” y la lectura de la obra de este gran filósofo alemán no le agradó, porque en esa colección de ensayos filosóficos Schopenhauer muestra su espíritu pesimista, malgeniado, malhumorado, afirmando que la vida no tiene ningún sentido ni mucho menos ningún valor, para Schopenhauer la realidad es absurda, el mundo está lleno de vicios, ambiciones, somos seres insaciables y por ello el amor es un deseo permanente de querer que nunca se satisface, siempre queremos más y más, sin embargo, a pesar del pesimismo planteado, Benedetti años después releyó la obra y se encontró con la siguiente expresión de Schopenhauer más equilibrada y esperanzadora: “El amor es la compensación de la muerte; su correlativo esencial.”
Partiendo de esta frase más ilusionante Mario Benedetti seleccionó gran cantidad de poemas que había escrito en un promedio de cincuenta años, muchos de ellos publicados en distintos libros y los publicó en un libro que lleva el título parecido al de Schopenhauer, sólo que Benedetti a la inversa del filósofo apuesta y defiende la belleza de la vida anteponiéndola a la muerte, la característica particular que tienen los poemas que integran el libro es que Benedetti los dedica a elogiar el tema del amor, la mujer, la hermosura de vivir, realmente son poemas preciosos, sublimes, que te hacen reflexionar, incitan a la vida, a la meditación exquisita y delicada que nos puede ayudar a vivir mejor, a entendernos con nosotros mismos y con la otredad,por lo hasta aquí expuesto me permitiré compartir algunos poemas seleccionados que considero hermanados por la temática planteada.
Poema: “Todo el instante.”
“Varón urgente
Hembra repentina
No pierdan tiempo
Quiéranse
Dejen todo en el beso
Palpen la carne nueva
Gasten el coito único
Destrúyanse
Sabiendo
Que el tiempo pasará
Que está pasando
Que ya ha pasado para los dos
Urgente viejo
Anciana repentina.”
Este bello poema nos recuerda que la vida puede ser un breve suspiro, y por ser tan efímera debemos vivirla, lanzarnos a fondo, sacarle el mejor provecho al tiempo amando, sintiendo, entregándonos, robarle un beso profundo, sincero, apasionado a la existencia es rebelarnos bellamente ante la segura y muy pronta inexistencia, porque el poema titulado: “Apenas y a penas” nos expresa lo siguiente:
“Apenas y a penas”
“Pensó
Ojalá que no
Pero esta vez acaso sea la última
Con el deseo más tierno que otras noches
Tentó las piernas de la mujer nueva
Que afortunadamente no eran de carrara
Posó toda su palma sobre la hierbabuena
Y sintió que su mano agradecía
Viajó moroso y sabio por el vientre
Se conmovió con valles y colinas
Se demoró en el flanco y su hondonada
Que siempre era su premio bienvenido
Anduvo por los pechos eligiendo al azar
Y allí se quedó un rato descifrando
Con el pulgar y el índice reconoció los labios
Que afortunadamente no eran de coral
Y deslizó una mano por debajo del cuello
Que afortunadamente no era de alabastro
Pensó
Ojalá que no
Pero puede ser la última
Y si después de todo es la última vez
Entonces cómo cómo haré mañana
De dónde sacaré la fuerza del olvido
Para tomar distancia de esta orografía
De esta comarca en paz
De esta patria ganada
Apenas y a penas
A tiempo y a dulzura
A ráfagas de amor.”
Lo anterior es parte de las bellas letras, reflexiones, pasiones y sentimientos, que contienen los poemas del libro de Mario Benedetti: “El amor, las mujeres y la vida”. Una hermosa manera de invitarnos a no estar muertos en vida, a vivir entregada y apasionadamente, porque recordemos la bella canción del trio Los Panchos: “Sin un amor, la vida no se llama vida, sin un amor le falta fuerza al corazón, sin un amor el alma muere derrotada.”
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