¡Inventa que le dio coronavirus para evadir rapacerías!
La reforma constitucional que desecha la revocación del mandato de Cuitláhuac García Jiménez entró en el descrédito ciudadano al imponer el Congreso del estado supuesta aprobación mayoritaria de los municipios con documentación ilegal.
Y para esconder sus transas del líder de los diputados Juan Javier Gómez Cazarín, Presidente de la Junta de Coordinación Política, se declara como enfermo… imaginario.
Quesque le dio coronavirus.
Ya desde el primer filtro para la aprobación de dicha modificación constitucional, la opinión pública veracruzana conoció presunta entrega de dinero bajo la mesa para ciertos diputados, entre ellos, Andrea Yunes, hija del también diputado Héctor Yunes, Rodrigo Escalante y el oportunista Alexis Sánchez, para que entregaran su voto en favor de la cuestionada Reforma Electoral.
La segunda llamada a esta comedia del absurdo se dio al pretender la legitimación por la vía del respaldo de los 212 municipios -en realidad la ley marca 117 para que se publique su legalidad- y no encontrar eco.
Aun así, se dio por buena la aprobación mayoritaria dando lugar a la denuncia de presidentes y cabildos de los ayuntamientos en el tenor de que fueron obligados a firmar por la vía de las amenazas, advertencias de auditorías de ORFIS, amedrentamientos de juicios de procedencia e incluso el envío de patrullas a los ayuntamientos para disuadirlos.
Mientras en el Congreso, al no completar las 117 aprobaciones municipales, se dedicaron al relleno de hojas aprobatorias para dar validez a documentos que cuando mucho llevan la firma del alcalde y el secretario del Ayuntamiento, mas no del síndico y los regidores como exige la ley.
Aquí el tema es la ausencia de pericia de los morenos al violentar la ley manoseando un tema no que no se gana por mayoría y si por albazo legislativo que a futuro en nada ayuda a su gobernador al estar en la tablita por su cuestionado desempeño.
Tan mal lo hacen los morenos quedabien, que el artífice de esta cuestionada Reforma Electoral busca distractores por la vía del argumento que “el espíritu de la modificación constitucional fue para ahorrar dinero recortando al 50% las prerrogativas a los partidos”.
Y el colmo.
Hace una semana, el 15 de junio, Gómez Cazarín, anunció en redes sociales que decidió mantenerse a resguardo luego de “presentar síntomas de COVID-19”.
Desde su lecho de contaminado por coronavirus asume que está a la espera de los resultados. “Para todos mis amigos que han estado preguntando por mi estado de salud, estamos resguardados aquí en casita”, justificó.
La afirmación es acompañada de una foto en donde no muestra asistencia médica alguna, personal médico, solo recostado con un cubre boca levantando los índices en señal de “¡Ya la hice!”.
Una fotografía parecida mostró el fin de semana al Presidente López Obrador, visitando un hospital en el estado de Morelos para atender a pacientes por Covid-19, en donde se ve a un supuesto contagiado ya después identificado como guarura del propio Peje.
¡Todo al madrazo!.. como si la gente fuera estúpida.
Regresando al punto, Gómez Cazarín -analfabeta funcional, así calificado por aspirantes a Fiscal General- se ha convertido así, con su estilo rupestre, en el principal operador político de Cuitláhuac.
Todos los trabajos sucios los hace más sucios.
Este último, dar validez a documentos municipales ilegales, para legitimar lo que no consiguieron por los medios legales.
Así sucedió con parecidas maniobras para tumbar al Fiscal Jorge Winckler, en lo oscurito y para elegir a Verónica Hernández como Fiscal General.
De la misma manera actuó la banda Morena para la elección de la Presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Sofía Martínez, y en la elección de la titular del ORFIS, Delia González Cobos, o la dama encargada de la Transparencia, IVAI, Naldia Patricia Rodríguez.
En la sumatoria pues, han sido muchas las rapacerías puestas al descubierto desde que llegaron al poder. Lo bueno de todo es que, como ellos mismos dicen, solo van a estar al frente de las instituciones los próximos 25 años.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo