“Todo el sentido del mundo de hoy cabe en dos frases dichas o mejor desdichas: Ganarse la vida, dicen los pobres. Matar el tiempo, dicen los ricos”. (Max Aub).
Clarito como el agua; bueno, no tan clarito: después de ahogado el niño, a cerrar las compuertas. Porque agua que no has de beber, déjala correr… ¿Hacia a dónde? Pos a donde menos daño ocasione, y por lo general es hacia los pobres, pos no dicen ni pío y no sucede nada. Sobre el muerto las coronas. Como en la película Un mundo maravilloso, dirigida por Luis Estrada: aniquilar a los pobres y el hambre se termina; en vez de luchar contra la pobreza, eliminar a los necesitados. Muerto el perro, se acabó la rabia. Luego entonces, el muerto al pozo y el vivo al gozo, aunque nos digan que hasta lo que no comemos nos hace daño. O sea, cuando un político dice que acabará con la pobreza, ¿se refiere a la suya? Es pregunta. Como mi amigo Crisóforo, el taxista, que me comenta que ya está hasta la madre y agrega, en son de broma: “Me preocupa que se haya inundado Dos Bocas, ahí donde harán la refinería, y el rancho “La chingada” de Amlo. Porque si no, pos los demás que nos chinguemos, al jodido acabarlo de joder”.
En el artículo “Nos refundieron en el agua por Villahermosa, lamentan en Centla”, leo: “La calle Camino del Amor es la más olvidada en todo el municipio de Centla, o al menos eso es lo que dicen sus habitantes: gente dedicada a la siembra y la pesca que resultó afectada por las inundaciones en Tabasco, sin que hasta ahora hayan recibido apoyo alguno de las autoridades.
“La decisión del gobierno federal de haber cerrado las compuertas del río Carrizal para que no se desbordara en Villahermosa, le costó caro a la colonia Caparroso, donde está la calle Camino del Amor, porque ahí se acumuló el agua y arrasó con casas, cultivos y fuentes de empleo.
“Enojados y tristes, los pobladores de esta zona aún no aceptan que el gobierno haya decidido salvar la capital tabasqueña a costa de Centla, Nacajuca y Jalpa.
“Esto fue una mala decisión, [el Presidente] salvó Villahermosa, pero a nosotros nos refundió al agua”, se queja Magali Méndez. “Apoyan a los del centro, a los que tienen dinero, y a los pobres nunca los apoyan”, lamenta”. (eluniversal.com.mx, 17/11/20).
Ahora presentarán una iniciativa de decreto para controlar las presas. Ojalá y funcione, por el bien de todos, sobre todo de los pobres. Porque pienso, con Gustavo Gutiérrez Merino, que en este mundo de información, de técnica, el pobre está marginado del circuito económico.
Llueve sobre lo anegado. Según “datos de la Secretaría de Salud federal (Ssa) proporcionados a MILENIO en respuesta a una solicitud de información, vía transparencia, revelan que hasta el 9 de septiembre pasado 81% de las defunciones por covid-19 se centraliza en nueve categorías de ocupación, entre las que destacan las amas de casa, los jubilados y pensionados y los desempleados”. (milenio.com, 17/11/20). Me lleva la que me trajo.
Como dice un chistecito: “¡Era tan pobre que la última vez que comió carne fue cuando se mordió la lengua!” ¡Aguas!
Los días y los temas
En entrevista, al cuestionamiento: “…si estamos en una especie de cuenta regresiva hacia la destrucción del mundo como lo conocemos. Gobiernos colapsando, el sentido de comunidad se va perdiendo…”, el escritor Emiliano Monge expresó: “Y no solo los gobiernos, los sistemas políticos en general, los sistemas religiosos; todos están mostrando un agotamiento. Obviamente los sistemas económicos: el neoliberalismo, que es la distopía que nos tocó vivir, está también tocando su fin. Hay muchos síntomas para pensarlo”.
Y agregó: “De algún modo tenemos que llamar la atención sobre, por ejemplo, que el punto de no retorno del cambio climático está ahí entre el 2028-2030. El punto en que ya no se va a poder hacer nada si seguimos como vamos. Ve el mundo que les dejamos a las siguientes generaciones. ¿Por qué van a querer estar en ese mundo que destrozamos, que no es más que un lugar peligroso, cuando pueden estar en ese otro mundo? ¿Qué les vamos a decir? ¿De verdad tenemos cara para decirles que se salgan cuando lo que les dejamos es mucho peor? Tenemos que tomar consciencia. Nos agotamos una forma de estar en el mundo, tenemos que buscar otra”.
Emiliano Monge, que acaba de publicar su novela Tejer la oscuridad, señala: “No es solamente un ir y venir por ese mundo destruido, sino también ir descubriendo el renacer de ese mundo y cómo el problema de ese renacer seguimos siendo los seres humanos, aunque seamos los responsables de salvarnos como especie. Y ahí sí, se meten las grietas. Que además es curioso porque son las grietas de nuestras contradicciones, que al mismo tiempo son las cosas que damos por hecho siempre. Cuando pensamos en cambiar el mundo, quizá lo que debe cambiar es el concepto de familia. No pensamos que lo que tenemos que cambiar quizá es la idea de amor, de amistad. Estas ideas que damos tan por sentadas es donde deberíamos empezar a rascar, a quitarles luz y comenzar a buscar la oscuridad que hay detrás de ellas”. (sin embargo.mx, 14/11/20).
¿Dónde el camino del amor y la amistad?
De cinismo y anexas
Hablando de pobres, ¿qué le dice una silla rica a una silla pobre? Pobrecilla… Y hablando de Covid:
Primer acto: Muere un espermatozoide. Segundo acto: Mueren cien espermatozoides. Tercer acto: Mueren 1000 espermatozoides.
-¿Cómo se llama la obra?
-El Semen terio.
Ahí se ven.