Esta es una historia para contar.
Son las andanzas de Jenifer “N” y su hermana Jessica en México, una trama que involucra gallos, narcos y extrañas desapariciones.
La historia de Jenifer “N” en México, joven venezolana cuya ficha en la Comisión Estatal de Búsqueda es la 21/SB 1488U-21ZC, inicia con su matrimonio con el empresario Omar “M”, quien la sacó de Venezuela.
Este país gobernado por Nicolás Maduro, quien se sabe tiene a su pueblo sumido en una crisis social y económica ha obligado a que más de dos millones de venezolanos a migrar.
A lo largo de más de una década ha sido un imparable éxodo en donde se observa el gran escape de todo tipo de ciudadanos, desde los atropellados por el abuso de poder, hasta localizados lastres sociales.
La manera que encontró Jenifer “N” fue su matrimonio con Omar “M”, quien le dio una residencia legal en el país. Ya estando en México, Jenni, a quien le dicen “La amarilla”, le aplicó el famoso “cubanazo” a Omar “M”, es decir, ya fuera de Venezuela esa relación marital le resultó un estorbo.
Omar “M” le brindó a la joven venezolana la posibilidad de radicar legalmente en México, particularmente en la entidad veracruzana, sin embargo, a consecuencia del maltrato y violencia mutuos se divorciaron.
La ruptura no estuvo ausente de conflictos personales por la disputa de los bienes mancomunados que generaron durante su matrimonio. Finalmente, el matrimonio fue disuelto en mayo de 2019, por el Juzgado de materia Familiar con número de expediente 89/2019.
Los orígenes de Jenifer “N” se encuentran principalmente en la Isla Margarita en el estado de Nueva Esparta, donde a su padre se le vincula con temas delincuenciales de aquella región, incluso se ha documentado su amistad con Teófilo Rodríguez Cazorla, alias “El Conejo”, uno de los capos de la droga más conocidos en Venezuela.
Teófilo estuvo preso varios años antes de que un comando le quitara la vida. Sin embargo, mientras estuvo preso logró que le construyeran una gallera y hasta una discoteca dentro de la cárcel de San Antonio de la Isla Margarita en el Mar Caribe.
De ahí parte el vínculo con el padre de Jenni y Jessi, pues las peleas de gallos es una de las aficiones del padre de las jóvenes venezolanas hoy en serios problemas.
La estrecha relación entre ambas familias surge luego de que el padre de Jenni, alias “La amarilla”, organizara peleas de gallos dentro del penal para Teófilo Rodríguez, alias “El Conejo”.
Y es que con los años su relación con el capo que controló el tráfico de cocaína de Colombia a Venezuela, principalmente desde la Isla Margarita en el estado de Nueva Esparta, fue haciendose más estrecha.
Según reportes, a pesar de la muerte del líder delincuencial la relación de la venezolana y su hermana Jessica “V” con los cárteles ha permanecido al paso de los años.
Las hermanas venezolanas realizaban constantes viajes a Cancún junto con la esposa del sucesor de “El Conejo”, quien es conocido como “El Justin”.
Los frecuentes viajes “La amarilla” a la Riviera Maya y a zonas colindantes con la frontera sur de México, se comenta, tenían como objetivo encontrarse con la esposa del Justin para llevar a cabo negociaciones del trasiego de droga.
Hoy se sabe que durante su estancia en México estas mujeres han tenido nexos con cárteles mexicanos con quienes han buscado alianzas para el traslado de drogas, instalándose por una temporada en la región con miras a crear fortunas.
Es una historia que tiene muchas aristas.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo