En una elección derecha Morena no tiene la mínima posibilidad de repetir el triunfo del 2018 en Veracruz porque su gobernador ha resultado una nulidad, sus diputados son catalogados como los más incultos e ignorantes en la historia de la Legislatura local y sus alcaldes han resultado un fiasco.
Por ese lado Morena está en la lona.
Pero la orden de Palacio Nacional es que repitan como mayoría en el Congreso y, a pesar de que en la actualidad tienen 18 alcaldías, la meta es que amanezcan el próximo 7 de junio como dueños de 100 de los 212 municipios.
¿Cómo lograr semejante hazaña con un gobernador impopular, unos diputados pésimos para legislar y unos alcaldes que han defraudado a la ciudadanía? Con dos argumentos de mucho peso: dinero y labor de convencimiento.
El dinero no será problema porque será repartido casa por casa por los Servidores de la Nación entre la gente pobre y muy pobre, que son casi las son dos terceras partes de los veracruzanos.
Donde les está fallando y muy feo a los morenos, es en el personaje que escogieron para convencer a los alcaldes de la oposición (principalmente los del PRD), de las bondades de que sus gobernados voten por los candidatos de Morena.
“En el papel la labor era muy sencilla. Era sentarse a platicar con cada uno de los alcaldes, ofrecerles obra para sus municipios, condonarles adeudos y ofrecerles también una ‘gratificación’. Pero escogimos a Eric Cisneros Burgos, el menos indicado para ejercer esa tarea”, me dijo un funcionario cercano al gobierno estatal, 24 horas después del asesinato de la alcaldesa de Jamapa, Florisel Ríos Delfín.
Y en efecto, en lugar de dialogar, Eric desenvainó el machete verbal y comenzó a amenazar, uno por uno, a los alcaldes perredistas a los que prometió “ahorcamiento financiero, hostigamiento policiaco y que se atuvieran a las consecuencias” si no se plegaban a sus exigencias.
Los alcaldes de Papantla, San Rafael, Apazapan, Espinal, Ixhuatlán del sureste y Coatzintla, no se quedaron callados y lo denunciaron en la Cámara de Senadores junto con el gobernador Cuitláhuac García. Como era de esperarse Cuitláhuac negó el hecho, pero luego vino el asesinato de la presidenta municipal y esto hizo crujir el plan electoral de Morena. Crujir en serio.
Horas después del asesinato y en conferencia de prensa, las alcaldesas perredistas de Chacaltianguis, Zacualpan, Tatahuicapan y Villa Aldama negaron que Eric las amenace o las trate mal, pero nadie les creyó. De hecho, quedó flotando en el ambiente la certeza de que el propio Eric las envió a esa conferencia.
Cuitláhuac salió a prometer que no habrá impunidad en el crimen, pero tampoco le creyeron. La Fiscalía estatal está tan devaluada que no pocos aseguran que con tal de dar una respuesta rápida, presentará a un par de infelices como responsables de un crimen que no cometieron.
Un borrego salido de no sé dónde dio por hecho la llegada de Ricardo Ahued a la Secretaría de Gobierno y la dimisión de Eric. Esto puso felices a los veracruzanos hasta que el propio Ricardo desmintió la versión.
Pero las voces que exigen que se vaya el Secretario de Gobierno se multiplican. El tipo es un patán sin capacidad de diálogo que no tiene por qué estar en el segundo puesto más importante de la entidad. Él y nadie más se ha convertido en un verdadero peligro para Morena y la 4T.
Si se empecinan en sostenerlo, Eric Cisneros hará que estalle en pedazos el sueño electoral de López Obrador para Veracruz.