“Cuentos para cruzar el puente de madera”: Una obra colectiva de niños

’10/08/2025’
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Hernández López, Alejandro, et al. (2025). Cuentos para cruzar el puente de madera. ImpresionARTE. México, 54 páginas. Así sería la ficha bibliográfica de la novedosa obra escrita en un taller infantil en la cabecera municipal de Jalcomulco, Veracruz. Un pequeño municipio en el centro del estado, de carácter campesino y turístico por su oferta de deportes extremos alrededor del río, en los últimos 40 años; cabe destacar la trayectoría de coordinador, quien se proclmado como escribidor, con un par de obras publicadas tanto en novela como cuento.

Los autores de la obra —niños que actualmente cursan educación básica en la primaria “Úrsulo Galván” de Jalcomulco— son 21 alumnos: Azalea Pozos Cid, José Yael Castañeda Jiménez, Dalaina Cristiana Morales Hernández, Adrián Reyes Sosa, Melainen Sánchez Hernández, Cloe Kimberly Cniguil Xotla, Eloísa Soriano Quezada, Katia Morales Lucido, Ainara Kimberly, Nayara Nicole Tepetlán, Brandon Galán Anell, Eithan de Jesús, Jacob Jeremy Xotla Pozos, Jorge Antonio Milán Tejeda, Roxana Nahir Poca Acatecatl, Roxxana Rivera Hurtado, Yerón Nicholas Morales Lucido y Samir Guadalupe Hernández Cid. Como invitado, participó Jairo García Valdez. Estos ejemplares niños del siglo XXI tienen entre cinco y trece años de edad.

“Cuentos para cruzar el puente de madera” es resultado del Taller Infantil de Animación a la Escritura, surgido en el kiosco de Jalcomulco. Como siempre, las instituciones educativas y culturales carecen de visión para promover la literatura extramuros. Hernández-López, fundador del concepto “Biblioteca Popular Ambulante” —que ha recorrido varios municipios veracruzanos promoviendo lectura y escritura con infantes—, lidera esta iniciativa. Ni siquiera la mal llamada “Nueva Escuela Mexicana”, donde la comunidad es el centro del proyecto ideológico del régimen, ha logrado algo similar.

La presentación estaba programada para el jueves 31 de julio, pero debido a la 35° Feria Nacional del Libro Infantil y Juvenil de Veracruz —la primera organizada por los nuevos funcionarios de la Secretaría de Cultura—, un funcionario sin ética cambió la fecha al domingo 3 de agosto a las 11:00 horas. Cabe destacar el invaluable trabajo de los equipos logísticos con más de 30 años en la feria: para ellos, todo mi respeto y admiración.

Presentaciones como esta dan sentido a la Feria del Libro: un proyecto terminado donde los niños son protagonistas de su obra escrita. Sin duda, esta experiencia marcará sus vidas, especialmente al provenir de una zona rural del centro de Veracruz. Allí, como en muchas áreas rurales, los docentes no siempre “tienen bien puesta la camiseta” para impulsar a los infantes.

A los niños se les permitió acceder al Paraninfo del Colegio Preparatorio de Xalapa. Fue su primer encuentro con este histórico edificio porfirista. Durante la presentación, estuvieron impecables, siendo el centro de atención del público asistente. Al finalizar, hubo una sesión de preguntas y fotografías con sus familiares, quienes los acompañaron en este hito: su primer libro colectivo.

Alejandro Hernández López, recuerdo como en juventud tuvo la oportnudad de conocer como pupilo en la casa de una tia, el antropologo y escritor Julio César Martínez Garcia, quien le introduce al mundo literario, quien el pasado jueves cumplió 5 años de su muerte, solicito un aplauso. Recordo que la infancia es patria para los seres humanos.También se hizo recordar a mis escritores que los 16 años me llevaron a los caminos de la literatura: Carlo Carlo Castro Guevara, (1926-2010). Miguel Andrade Huerte,  ex poeta de la lluvia, y Raul Hernández Viveros,  en agosto de 1982, asistí a la presentación de sus libros de cuentos, bajo el sello editorial Amate, una editora independiente.

En su página de Facebook se afirma: “Estos niños y niñas —al escribir ‘Cuentos para cruzar el puente de madera’— dan un paso adelante en su reconocimiento como creadores. Ahora ocupan un lugar en la producción de bienes culturales: son autores. Florece en ellos la curiosidad, amplían su mirada, son lectores de ‘libros sin letras’, despliegan talento y aprenden a ver más allá de lo visible. Escribir es sentir y pensar, resultado de la hospitalidad de la lectura. Nada hubiera sido posible sin la colaboración de sus maestros de la primaria ‘Úrsulo Galván’, quienes les enseñaron a leer. Son integrantes del Taller Infantil de Animación a la Escritura de la Biblioteca Popular Ambulante, impartido en Jalcomulco por Alejandro Hernández López, como parte de la iniciativa ciudadana ‘Jalcomulco: Tierra de Escritores’”. Esperemos que las próximas autoridades municipales puedan darle apoyo institucional. Hay experiencias como el municipio de Jilolotepec, Ver, tuvo la oportunidad de apoyar al proyecto literario. Ya muchos de esos niños ya son universitarios.

Tras el evento, recorrieron la feria con mirada curiosa ante cada libro. Como recompensa, sus padres les ofrecieron un desayuno con deliciosas pizzas acompañado con resfresco de cola.  Esta generación de niños escritores llevaran en su vida este sello de la magia de la literatura.

 

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