*Pepe Yunes debió ser Gobernador pero fracasó por Duarte
*Cuitláhuac: promesas pisoteadas y cambios que no llegaron
EN JUNIO del 2018, José Francisco Yunes Zorrilla perdió la elección de Gobernador de Veracruz que debió ganar si los electores reflexionaran, realmente, su voto, y no se dejaran inducir por promesas que no se cumplen o cambios que nunca llegan, y mucho menos cuando se enarbola la afamada cultura del esfuerzo, del venir del mismo escenario socio económico, porque lo que importa, en realidad no es si fuiste rico o pobre, sino la formación académica y moral. Pepe Yunes realizó sus estudios de primaria y secundaria en su tierra natal Perote, pero el Bachillerato lo hizo en la ciudad de México ya que sus padres querían darle, siempre, una esmerada preparación académica. Se tituló como Licenciado en Administración de Empresas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), una universidad privada, laica, sin fines de lucro ni de afiliación política fundada en 1946 por la asociación mexicana de cultura, con la tesis “Administración Municipal: Servicios y Hacienda”, y su maestría en Administración Pública la realizó en la Universidad de Columbia en los Estados Unidos. Yunes Zorrilla conoce como pocos la administración pública, pues ha sido alcalde, diputado local y Federal, Senador de la República, y en materia partidista se ha desempeñado como presidente fundador de la Fundación Colosio filial Distrital de Perote; integrante de la Comisión Estatal para el Financiamiento rumbo a la XVIII Asamblea Nacional, Coordinador Estatal de Foto credencialización en Veracruz, Secretario del Medio Ambiente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional y Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en Veracruz. Pero la gente voto por Cuitláhuac García Jiménez porque al hacerlo lo hacían por Andrés Manuel López Obrador que supo aprovechar muy bien el tema que más rechazaba y rechaza la sociedad por parte de los políticos: la corrupción, y el PRI había dado malos ejemplos en sujetos como Javier Duarte de Ochoa, quien ni siquiera termino el sexenio perseguido por la polución en su administración, lo que ahora le mantiene en prisión y acaso su estancia se prolongue muchos años más si se le comprueba la desaparición forzada de personas, además de otros, entonces, Gobernadores como el de Quintana Roo y Chihuahua, por solo mencionar algunos.
PEPE YUNES, a quien no se le conocen actos deshonestos en su vida pública, no pudo luchar contra ese sentimiento popular que metió a todos los priistas en una misma cesta, y voto por un ingeniero en mecánica eléctrica egresado de la Universidad Veracruzana, con maestría en ingeniería eléctrica por el Instituto Politécnico Nacional. Y aunque parecía un hombre bien intencionado, Veracruz –tarde lo ha descubierto- requiere algo más que buenas intenciones para ser gobernable, sobre todo oficio político porque, de lo contrario, tiburones con poquita más experiencia que el gobernante en turno acaban engulléndolo, como está ocurriendo actualmente, donde los problemas han rebasado a los funcionarios a cargos de las instancias responsables, como es el caso de la seguridad donde las barbaries están a la orden del día con asesinatos cuádruples, mujeres ejecutadas por “asesinos seriales”, periodistas acribilladas por personajes que al ser detenidos son liberados porque los PM se equivocaron, mujeres eliminadas como si se tratara de un concurso, secuestros donde el Estado tiene el primerísimo lugar, y que decir de la trata tanto de varones como de féminas que se agiganta. Y eso es solo en el rubro de la seguridad, porque en materia de empleo, el Estado sigue tanto o más rezagado que previo a la pandemia, aun cuando ese mal ya se encuentra controlado o al menos eso vociferan las autoridades, aunque las instancias internaciones asuman lo contrario.
EN POCAS palabras, Veracruz es un caos, por más que el presidente Andrés Manuel López Obrador se empeñe en defender al Gobernador en turno cual si fuera Dulcinea del Toboso, argumentando que “ha resistido las tentaciones del poder” y que se ha mantenido “humilde” durante su tiempo en el cargo, y en ese tenor explica que el poder es una “tremenda tentación” que puede hacer cambiar a las personas, lo que no ha hecho con el mandatario veracruzano. A finales de Abril del año en curso, contó: “ahora que estaba en Veracruz me dio gusto que Cuitláhuac García no ha cambiado, ha resistido las tentaciones del poder, no ha cambiado en lo fundamental, pero tampoco en su manera de ser, porque el poder es una tremenda tentación, atonta a los inteligentes, y a los tontos los vuelve locos”, y desenterado de la realidad se atrevió a decir –porque su verdad es absoluta como Dios padre- que García Jiménez “no está robando en Veracruz”, y se ha mantenido humilde en su encargo como gobernador, aunque habría que ver el comportamiento de sus cercanos, pero él insiste: “Entonces veo a Cuitláhuac no solo que no está robando como sucedía antes, mi estado Veracruz, porque soy choco-jarocho, saquearon, residencias, yates, departamentos en el extranjero, ya no, no es así, eso es el fondo, pero la forma, ahí anda Cuitláhuac, no lo he visto transformarse con otro ropaje, humilde, entendiendo que el poder es humildad”, cuando debería verlo transportándose en carreteras del Estado resguardado por un centenar de policías que deberían estar cuidando al grueso de la población.
EL PROBLEMA –y tenemos que reconocerlo- es que el pueblo b…ueno sigue creyendo todo lo que dice AMLO, más que nada por el dinero que suele regalarles, y acaso por ello se debe tener mucho cuidado en la elección del 2024, pues seguir fanatizados con discursos bojos que solo prometen programas sociales pero descuidan lo medular como es la seguridad, el empleo, la salud y la educación, rubros que se encuentran en graves rezagos en Veracruz y el País, es marchar hacia atrás, peor aun cuando se permite a algunos, por falta de oficio político, robar y corromperse.
EL JUEVES, por ejemplo, se supo que otro ex funcionario municipal fue lesionado a balazos en forma artera. Se trata de Nayelli Avendaño López, quien se desempeñó como directora jurídica de la administración pasada de Castillo de Teayo. La abogada sufrió una agresión con armas de fuego, y su estado de salud se reporta grave. Pero eso ni el atentado que sufrió el síndico de Tecolutla y su esposa parecen importarle a Cuitláhuac García Jiménez, más pendiente en tomar sus últimas clases de salsa para deslumbrar en el festival de Boca del Río que, al fin y al cabo, para eso nació, además de bailarse a la población que dice Gobernar. No en vano algunos ingeniosos recomienda que el próximo domingo, en la elección de seis gubernaturas que estarán en juego, hay que tener mucho cuidado donde se coloca la cruz, porque después hay que cargarla, como ocurre ahora en Veracruz, Morelos, Sonora y tantos otros Estados gobernados por Morena. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com