Cartas a la redacción:
Abuso de autoridad, nepotismo y falta de ética es lo que se vive en el Centro de Estudios y Servicios en Salud de la Universidad Veracruzana, en la región Veracruz, el cual está a cargo de la Dra. Antonia Barranca Enríquez. Todos los estudiantes que hemos llegado a prestar servicio en alguna de sus áreas, conocemos los pésimos manejos administrativos y servicios que ahí se realizan, en el famoso CESS se vive un ambiente de amenaza continua, propiciado principalmente por los coordinadores de área, una de ellas, la de Odontología, la cual, está a cargo de la Odontóloga Allexey Martínez Fuentes, esta coordinadora se la pasa amenazando a los pasantes de que sí no cumplen con tareas no correspondientes a los pasantes de servicio social, no se les dará la carta de liberación del mismo, actividades que no corresponden a los pasantes, tal es el caso de sus tareas administrativas para “la certificación” que quieren alcanzar, que por cierto la empresa contratada para dicho proceso es de su suegra, ¿no se supone que no debe haber conflicto de interés?
También está la situación de que los pasantes no se pueden quejar del material caduco con el que se trata a los pacientes, como las anestesias con mínimo un año de caducas y que ya han causado desmayo en los pacientes o las agujas que se reutilizan para las mismas anestesias, sí parece increíble, pero las ajugas se reutilizan con solo “esterilizándolas”, estas indicaciones que son totalmente insalubres y carentes de ética, cuando son cuestionadas, la propia Dra. Allexey, termina diciendo ser totalmente válido, pues sus estudios de administración de servicios hospitalarios dicen que así debe ser, no sabemos en qué universidad patito enseñen esas prácticas carentes de ética, lástima de pacientes y lástima de estudiantes que deben aprender este tipo de conductas.
Por otro lado está el laboratorio de análisis clínicos a cargo de la Química María del Pilar Bada, el laboratorio pasa por situaciones similares, tal es el caso del uso de reactivos y material caduco para procesar las muestras de los pacientes, estudiantes y algún académico despistado que llega a solicitar sus servicios ahí, pues siempre se ha sabido de su pésimo servicio, esta química también se la pasa amenazando a los pasantes de que sí no siguen sus indicaciones muchas veces ilógicas, no les liberará su servicio social, hace cosas similares, por las cuales, fue despedida de su antiguo trabajo.
Realmente no entendemos cómo es que el personal del propio Centro se levanta el cuello por disque “ser un lugar donde se promueven valores como el respeto y la no violencia” donde vaya, hasta un violentómetro en cartel presentan en sus pasillos y los principales en violentar a los estudiantes del servicio son los propios coordinadores con sus amenazas y amedrentaciones, llegando al terrorismo psicológico, basta con preguntarle a cualquier pasante o ex pasante de servicio social de las diferentes áreas o algún trabajador del centro que sea ético y sincero y que no le importe ser amedrentado por la coordinadora general .
En realidad, algunas veces la coordinadora general llega a medio poner orden pero parece más preocupada en meter a trabajar a sus familiares al propio centro, ya que desde que llegó, ya lleva a dos colocados en el laboratorio clínico en áreas que igual ni siquiera demandan alta carga de trabajo, lamentablemente todo esto con el cobijo de la Vicerrectoría que se hace de la vista gorda. Y nos preguntamos, ¿no se supone que no debe haber conflicto de intereses en la contratación de personal? Éstas situaciones son sólo la punta del iceberg, pues en realidad en cada área suceden cosas bastante lamentables en el mismo sentido, volviéndose así un pésimo lugar para realizar el servicio social, paso universitario obligado para obtener nuestro título profesional y lo que se supone nos dará herramientas para ser mejores profesionales, lo único que podemos agradecer es que al caer ahí, nada más vamos a aprender lo que no debemos hacer en el futuro cómo personas éticas y respetuosas.
