ACONTRACORRIENTE
Manuel del Ángel Rocha
La presencia de Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación en Coatzacoalcos, de Enrique Ocho Reza, dirigente del PRI en el país, y de Carlos Aceves del Olmo, líder nacional de la CTM en Xalapa, da cuenta de que algo muy podrido existe en Veracruz, por lo que urgían concentrarse en nuestro terruño. ¿A qué vienen?. El descalabro del 5 de junio, caló hondo entre los priistas, en particular en el presidente Enrique Peña Nieto. La renuncia mediática de Javier Duarte como gobernador de Veracruz, ante las cámaras de Televisa, y en el programa de mayor audiencia nacional, es a la vista de todos una exhibición actoral para victimizarse, y llegar a la cresta de conmiseración del nutrido auditorio. Porque indiscutible, el programa tiene una gran capacidad para disuadir y crear audiencia sobre cosas verdaderamente falsas. El trasfondo de la actuación, es la aplicación de un pacto amarrado por la cúpula del poder, para desviar la atención sobre las causas profundas y verdaderas que subyacen en las corruptelas de Duarte y su grupo de incondicionales. La desviación de los recursos federales, como también locales, así como la incontrolada y creciente inseguridad (donde hay indicios de complicidad con el crimen organizado), es el plan que Gobernación y el PRI, han estado tramando para que con su manto protector, cobijen las connivencias ilegales reciprocas.
La mezquindad de quienes planean regatearle al pueblo de Veracruz la decisión soberana por haber echado del poder a los cleptómanos, hace poner en guardia a la sociedad. Es de coraje generalizado, saber que la decisión de aguantar tanto tiempo a Javier Duarte, era en virtud de darle una salida creíble (que poco les duró el gusto), y omitir la indagatoria sobre posibles dineros desviados a la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto. La tardía salida se debe precisamente a la confabulación de intereses y compromisos, mientras tanto para los veracruzanos, solo pobreza, inseguridad mayúscula, desempleo, falta de pagos, y muertos, muchos muertos en hospitales y clínicas por falta de medicamentos, estudios de laboratorio y reactivos, y la deserción de médicos generales y especialistas, ante el nulo pago nominal, y profesional. A esa suerte han sentenciado a los veracruzanos los que detentan el poder desde el altiplano, después de excluirnos durante más de 12 años de desarrollo, pero hoy, como abejas al panal, se presentan orondos como nuestros salvadores, urdiendo la forma de cómo salvar realmente a Duarte.
La trama principal radica en querer crear un conflicto falso, y confundir a la ciudadanía para evitar que Yunes Linares tome protesta el próximo primero de diciembre, pero sería algo así como dispararse un tiro en la pierna, y salir gritando que lo atacaron, cuando en su derredor , y en kilómetros no existe otra alma. Esta maniobra retrógrada pone al pueblo de Veracruz como escudo y carne de cañón, para que gobierno federal y estatal mantengan sus impronunciables negocios.
La perdida de Veracruz al PRI, le significa tentativamente también perder la presidencia de México para el 2018, que si fuese a manos del PAN, no habría problema, porque aunque sobre en el escenario se amaguen y desgañiten, no se arañan. Todo lo arreglan con pactos. Si el PRI des afilió a Duarte, y el PAN lo hace con Padrés. El enemigo real para ambos es Andrés Manuel López Obrador, y denlo por seguro, están de acuerdo. Pero el meollo del asunto hoy es Veracruz, porque mal que bien, el negocio superior es México, un manjar para ambos, y tenerlo en su mesa, es el tesoro más preciado. Y si Yunes Linares habría afirmado que no sería baraja de cambio entre las cúpulas del poder, el PRI sí le apuesta a descarrilar el tren que desea llegar a buen destino el próximo primero de diciembre, con el agregado de transparentar la carga, porque “quieren impedir que tome posesión…… he llegado a la medula de la corrupción, tengo información que cimbrara México”. Aquí está la clave del agravio a los veracruzanos, las cifras desviadas y los destinatarios, pero también el riesgo para no asumir el cargo. La presencia de los personeros de Peña Nieto en tierras veracruzanas, solo auguran soluciones para su beneficio; echarle tierrita a los despojos contra los veracruzanos, y que Duarte se vaya a disfrutar de sus riquezas a Canadá, porque sería riesgoso tener un jilguerillo en prisión, sabiendo de los millones que desvió para Peña Nieto. Ello nos interesa, pero más aun la aplicación de la justicia, porque hay un grupo de delincuentes que depredaron el presupuesto de millones de paisanos. Simple y llanamente justicia, y no la prolongación de más incertidumbre e inestabilidad, y mucho menos pretender el quebranto de la voluntad ciudadana del 5 de junio.