DESPUÉS DE LA PANDEMIA DE COVID19-I

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DESPUÉS DE LA PANDEMIA DE COVID19-I
LINO PEREA FLORES
LUNES 11 DE MAYO DE 2020
En estos días se están iniciando las reaperturas de las actividades económicas en varios países del mundo, con el agravante de que en algunos de estos países como Corea, China e Indonesia, todo parece indicar que ya comienzan a haber rebrotes de COVID19, lo que resulta inquietante ya que todo indica que las reincidencias de esta pandemia y otras, serán enfermedades que habrán de manifestarse estacionalmente en el futuro, por lo que hay que estar preparados para enfrentar estas contingencias.
Lo que parece evidente, es que ya se pueden observar ciertos indicios que son resultado de la presente pandemia, por una parte, la intensidad destructiva a nivel de salud y económico, por lo que ya nada va a volver a ser igual; por otro lado, que las repercusiones pospandemia marcarán este y por lo menos los siguientes dos años para siempre, a las presentes generaciones, con cientos de miles de muertos y millones de contagiados, más las secuelas de pérdidas económicas que se estiman se ocasionarán alrededor del planeta, con la peor recesión y posible depresión, de los últimos cien años, lo que no es cosa menor, ya que habrá millones de desempleados y aumentarán los pobres abrumadoramente.
Las propuestas para enfrentar esta crisis son diversas, desde políticas de austeridad y contención del gasto, inyecciones masivas de capital a los sistemas productivos, recortes a las burocracias, con subsidios a la población en desventaja; restricción, suspensión o cancelación de los programas de inversión de los gobiernos, disminución de los sueldos a la burocracia, intervención con mayores niveles de liquidez a las mipymes para no parar los sistemas de producción de las mismas, estímulo en los niveles de consumo de ciertos sectores de la economía, la utilización del crédito y la deuda, en forma ponderada, etc. En general, impedir que se pierdan los empleos y el poder de consumo de la clase trabajadora.
Todas estas alternativas, requieren de un conocimiento de cómo funciona cualquier economía en el mundo, sin importar su filiación ideológica, por lo que se debe dejar en manos de los expertos, su manejo y no hay espacio para las improvisaciones, so pena de crear un problema mayor al que se quiere resolver. Lo evidente es, que cualquier medida que se implemente, si no se calibra adecuadamente, puede dar resultados catastróficos casi de manera inmediata.
En este sentido, todo es según del color del cristal con que se mire e implemente la solución; por ejemplo, según los estudiosos de la economía y de las problemáticas que aquejan a nuestro país, entre ellos la investigadora y escritora de la UNAM, Sarah Sefchovich, no existe evidencia en muchos de los casos, de que la austeridad como programa de gobierno, que dicho sea de paso es una medida muy neoliberal, sea necesariamente una herramienta que sirva, para incrementar los ingresos de los más pobres. Da como ejemplos a Grecia y Portugal, después de la crisis financiera del 2009; la primera optó por el camino de la austeridad y sigue empantanado su sistema económico; el segundo se alejó de estos esquemas y está resurgiendo.
Explicando lo que sucede normalmente, esta austeridad se manifiesta a través de recortes presupuestales y en la contención del gasto, que se observa como lo señala la autora mencionada, en “…la reducción de gastos operativos y de consumo gubernamentales, reducción de la contratación de funcionarios, reducción de los suministros a empresas públicas, suprimir empleos públicos, no prolongar los contratos temporales, rebajar los salarios de altos funcionarios, suprimir diversas prestaciones sociales…”, etc.
Para nuestros efectos, la autora nos recuerda que conviene recordar lo que el premio Nobel de economía, Joseph Stiglitz ha afirmado, que ningún país ha salido de una crisis económica con programas de austeridad, pues también como lo señala este gran economista “la desigualdad y las economías deprimidas necesitan estímulos, no recortes”.
Y en este enjambre de opiniones, como siempre lo hemos comentado, en la economía no hay alternativas simples, si no soluciones inteligentes.
Comentarios: linopereaf@yahoo.com (*) Maestro en Ciencias y Doctor en Economía por la London School of Economics and Political Science, de la Universidad de Brunel y la Universidad de Londres, Inglaterra.

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