Ayer apuntábamos en este espacio la fruición con que se está moviendo Sergio Gutiérrez Luna, un diputado federal simple que trae unos centavos para chayotear, mucho ingenio y la consigna de promoverse para el 2024.
Decíamos que este morenazo, cara de esfinge, con sus espejitos y promesas ha calado más en el ánimo del Bola 8 y su segundo Cuitláhuac, que le apuestan a la zacatecana Roció Nahle, que en la ciudadanía.
Apuntábamos que lo que más envenena a la unidad de ese Movimiento de Regeneración Nacional -Morena- en Veracruz gobernada por un “honesto” que incluso está “bendito”, según el Peje, es que le muevan su tablero simple.
Pero sucedió.
Ayer, acaso minutos después de estar arriba, en las redes sociales, un artículo de fondo titulado “Gutierritos, recoge la basura priista” en donde dábamos cuenta de cómo al sedicente legislador ya le dio por venir a Veracruz cada fin de semana a enseñarnos a hacer política y a encabezar mítines multitudinarios, para que Cuitláhuac cayera en el garlito y probara la manzana envenenada.
Más rápido que aprisa el mandatario convocó a una conferencia de prensa para descalificar al atrevido diputado.
A decir -con ese lenguaje que transita entre lo jocoso y desesperante- que no conoce a quien los heraldos ya anuncian como el gobernador de Veracruz para el periodo 2024-2030 y que el susodicho debe concentrarse en la Reforma Eléctrica y no en otros temas.
¡Vaya ridículo!
En los hechos, quien en realidad salió ganando fue justamente el “Gutierritos” veracruzano quien cumple el mandato de Ebrard y Mario Delgado de desmantelar la estructura de aire de Rocío Nahle y mostrar que Cuitláhuac y sus secuaces no son nada en materia de sucesión gubernamental.
Fácil, muy fácil resultó el juego.
Poco maduro se vio el “Juanito” veracruzano, Cuitláhuac García. Sencilla que resultó romper la estructura chaira con el solo testereo, al primer round cayó noqueado.
Y cuan llenos de pavor están de que se les acabe el juego y llegue alguien que no sea de su tribu a moverles el tapete y en una de esas hasta a revisarles las cuentas.
A Gutierritos le bastó maicear a un puñado de periodistas sacarle una fotocopia a la hoja del presupuesto federal asignado a Veracruz, propiedad de Cuitláhuac y su pandilla, hacerla propia y ¡listo!
Quien en su vida se paró en Veracruz, “ni luchó con nosotros, según Cuitláhuac”, llegó a darle cátedra a los morenos de cómo alcanzar la gubernatura con acarreados… ¡del PRI!
Vino a enseñarles cómo ser gestor desde su modesta posición de diputado federal e insistir que ya son nuestros, de todos los veracruzanos, ocho mil millones de pesos para ajustar 120 mil millones de pesos de presupuesto para el 2022.
Nada complicado le resultó a don Gutierritos asomarse a los libros del desglose presupuestal de recursos federales destinados para Veracruz y hacerlos propios, para sacar de quicio al gobernante.
Lo desquició que viniera a gritar a los cuatro vientos que están por llegar -vía el Santa Claus chairo- mil 200 millones para el puerto; 7 mil millones para carreteras; 8 mil 900 millones para vacunas; 120 mil millones “para proyectos adicionales”; 10 mil millones para el Canal Interoceánico, y 10 mil millones para Coatzacoalcos.
Y como regalo de Reyes que bajarán las tarifas de la luz.
El vómito negro del llamado Cuicaras no se dejó esperar. “¡No lo conozco!”, dijo al preguntársele sobre el nuevo benefactor de Veracruz.
Con su típica gesticulación y amanerado manoteo se metió en un berenjenal ininteligible para cuestionar a Gutiérrez Luna, para descalificarlo; para recordarle su pasado panista, a su esposa que trabaja para el priismo en Sonora y jurar que “yo desde los 18 años ando en esto y nunca lo vi”.
Ayer, no antes, hasta ayer Cuitláhuac García se dio cuenta que no es el dueño de Veracruz.
Hasta ayer aprendió una vieja máxima de la política de que el poder es prestado y que tiene una fecha de caducidad.
A Cuitláhuac, visto desde la óptica de la praxis política, no le quedan 36 meses de gobierno como marca la constitución, le quedan escasos 23 meses ya que una vez que se suceda el “Destape” hacia finales del 2023 el del machete regresara a lo que fue hace tres años, nada.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo