Sergio González Levet, quien publica la columna “Sin tacto”, compañero mío desde la Facultad de Letras Españolas de la Universidad Veracruzana y luego en el semanario Punto y Aparte, que redacta bien, así a secas, y que tiene un buen manejo del idioma, le dio ayer un rasponcito a nuestra máxima casa de estudios.
Resulta que últimamente –dice– se encuentra cada vez más con perlas gramaticales (como las llamó aquel implacable crítico de la Real Academia Española, RAE, y de su Diccionario, Nikito Nipongo, en realidad el gran maestro Raúl Prieto de la Loza, también compañero nuestro por muchos años en Punto y Aparte y padre de Angélica Prieto Insunza, una bien recordada compañera de estudios nuestros, porque ya falleció y que en paz descanse), perlas que son errores garrafales en el uso de nuestra lengua que, dice Sergio, son verdaderas afrentas contra el idioma de Cervantes.
Mi compañero narró que con motivo del lamentable fallecimiento de Julia Rodríguez Tlapa, quien fue vocalista de la Orquesta de Salsa, en la esquela correspondiente que publicó la UV se consignó: “acaecida el nueve de noviembre”, dando al concepto “acaecida” el sinónimo de “fallecida” cuando en realidad (da una explicación con base en el tumbaburros de la RAE) significa “suceder” y, claro, se entiende que no es lo mismo que suceda una cosa a que fallezca alguien.
Opina González Levet, con toda razón, “que quien redactó la esquela cometió un error que no se puede permitir a la máxima institución educativa de Veracruz, que debe vigilar y sancionar el uso correcto del lenguaje, oral y escrito”. “No sé cómo se le pudo haber pasado a la maestra Norma Trujillo (la nueva titular de Comunicación Social) esta incorrección, ella que es tan puntillosa con la sintaxis y la ortografía”, agregó y remató: “Pero a darle y a renovar las revisiones, que la UV es y debe ser garante de la gramática, que tan pocos dominan en la actualidad”.
Su comentario me hace volver la vista atrás, en los años en los que nos formamos en las redacciones de periódicos en la segunda mitad del siglo pasado, en donde nos enseñaron a ser lo más exigentes con nosotros mismos en el buen uso del idioma, cuando se pagaban caros los errores de redacción (alguna vez atestigüé que Eduardo Deschamps, “Lalo” Deschamps, tuxpeño, paisano de Miguel López Azuara, quien por fortuna vive, ambas figuras emblemáticas en aquel Excelsior de Julio Scherer García; Lalo, creativo en el diseño de “Plural”, suplemento cultural de ese diario que encabezó Octavio Paz, antecedente de Letras Libres, y luego de unomásuno, antecedente de La Jornada, una noche estando ambos en la redacción del Diario de Xalapa –don Rubén Pabello Acosta lo había contratado luego de la caída de Scherer tras el golpe a Excelsior de Echeverría–, al revisar él la nota de una reportera no le gustó y sin más, delante de ella y mío, rompió las cuartillas, las hizo trizas, hizo una pelota de papel y la echó al bote de la basura. Le ordenó que la redactara de nuevo, cuando se redactaba en máquinas manuales y no había forma de rehacer nada en la pantalla como ahora. Le trajo otra, y tampoco, y otra y otra, y le dijo que no se iría hasta que no la redactara bien. La hizo a que terminara llorando, pero la nota salió al final. Se aprendía entonces con sangre, sudor y lágrimas, como dijera Sir Winston Churchill).
Hoy me alarma que casi la mayoría de los jóvenes, muchos que ostentan título académicos hasta de maestría y uno que otro doctorado, jóvenes egresados de escuelas o facultades de Periodismo, Comunicación o similares, que hoy están al frente de áreas de prensa oficiales o de otras instituciones, no saben redactar, agreden en forma escandalosa la sintaxis, patean sin piedad la gramática, y lo más sorprendente es que ya nadie no solo no los critica para que corrijan y se corrijan sino ni siquiera repara en los dislates (disparates) que envían como comunicados de prensa.
Sergio González dice que a ver si no termina como pescador de perlas gramaticales al estilo de aquel inolvidable Nikito Nipongo y material no le va a faltar.
Por lo que hace a su crítica a la UV (la suavizó bastante porque pudo haber sido verdaderamente ruda), parece peccata minuta pero no lo es, no si se toma en cuenta que ahí se forman los futuros profesionistas (es un decir), muchos de los cuales van a terminar en políticos y un día dirigiendo los destinos de un municipio, de un estado o de un país, verbigracia muchos de los actuales integrantes de la administración pública estatal, que cómo van a hacer las cosas bien si ni siquiera saben bien lo que dicen pues confunden un término con otro.
Preocupa que sucedan estas cosas (me refiero a las de la universidad) porque le dan la razón al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien el mes pasado le dedicó una semana a criticar a la UNAM y luego a todas las universidades del país de las que lo menos que dijo es que perdieron su esencia, y se teme que incluso con el pretexto de la austeridad les recorten recursos.
Ojalá y el nuevo rector Martín Aguilar no dejé pasar esta llamada de atención de Sergio González Levet y organice un taller de capacitación a todo el personal que lo acompaña pues, en efecto, nuestra casa de estudios no debe bajar de nivel sino, al contrario, superarse cada vez más.
Ayer, por cierto, Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el Senado, salió de nuevo en defensa de la UNAM y pidió no ser “tibios” y defenderla antes que a cualquier otra institución. Creo que es obvio que con su actitud se está enfrentando al presidente y que si AMLO no se modera y no deja de criticar a esa casa de estudios y de apoyar a Claudia Sheinbaum en el partido oficial habrá una gran división.
Toda la burocracia, de vuelta al trabajo presencial
No solo los funcionarios con el esquema completo de vacunación deberán volver a trabajar de manera presencial a partir del próximo martes sino, en general, toda la burocracia.
Según ha trascendido, en la última Gaceta Oficial del Estado viene contenida la disposición por lo que, así, luego de un año y ocho meses la próxima semana Veracruz prácticamente volverá a la normalidad en cuanto a las actividades en todas las dependencias oficiales.
En parte esto reactivará ligeramente la economía pues, por ejemplo, mejorarán los ingresos en el transporte público y las compras en los comercios.
El retorno se dará un día después de que el gobernador Cuitláhuac García Jiménez rinda su Tercer Informe de Gobierno.
El Carnaval de Veracruz, señal política
En el rumboso, bullanguera y casi siempre caluroso puerto de Veracruz está al rojo vivo la polémica por el Carnaval 2022, sobre el que dijo el gobernador Cuitláhuac García Jiménez que apoyará pero no con recursos.
El alcalde Fernando Yunes Márquez dijo que por primera vez en su historia corre el riesgo de no realizarse por esa falta de apoyo, mientras que el diputado local Bingen Rementería acusó que es por berrinche del gobernador y razonó con lógica: si no gobernara un partido distinto al suyo, o sea, si gobernara Morena, entonces sí habría apoyo.
Curioso, Cuitláhuac logró lo que ningún grupo panista había podido: que se unieran Fernando y Bingen.
No se hagan bolas: si el gobernador ha dicho que no habrá apoyo económico, entonces es que sabe que se confirmará el triunfo de Paty Lobeira, esposa de Miguel Ángel Yunes Márquez, del PAN. Estaría enojado, pues.