Prosa aprisa
El acarreo, testimonio de que no hay liderazgo que convoque y movilice en forma espontánea
Arturo Reyes Isidoro
El tiempoooo también es noticia, es una frase que acuñó hace mucho tiempo el meteorólogo de fuste, Isidro Cano Luna, un verdadero personaje del puerto de Veracruz, querido, admirado y respetado por todos, un referente en la información meteorológica del estado.
Este domingo, en efecto, el tiempo fue noticia, necesariamente. Sobre la una de la tarde, el área de Meteorología de la Secretaría de Protección Civil del Gobierno del Estado actualizó las condiciones que prevalecían y reportó que en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río tenían una temperatura de 32.2 grados centígrados, pero con una sensación térmica de ¡44 grados!, solo superada por Minatitlán donde había 33 grados con sensación térmica de 46 grados.
En Xalapa, a esa misma hora, la temperatura era (ya alta para los residentes xalapeños porque la temperatura promedio es de 22 grados), de 27.2 grados, con una sensación térmica de 28 grados, una diferencia de 18 grados, muy significativa para los miles de trabajadores del Gobierno del Estado y muchos maestros que viven en la capital de Veracruz a los que se presionó para que, contra su voluntad, fueran a aplaudir a la presidenta Claudia Sheinbaum a Boca del Río, lo que no hicieron.
¿Cuánto costó la movilización, el acarreo humano para ir a escuchar lo que ya se sabía? Tal vez no importaría saberlo si lo gastado no fueran recursos públicos, los que pagan todos los veracruzanos en impuestos, dinero al que pudo darse un mejor uso. Aparte los camiones que pagaron una buena cantidad de ayuntamientos.
Se supone que la intención era demostrar que Sheinbaum goza de verdadera popularidad entre los veracruzanos; que estos se mueren de agradecimiento por ella por los beneficios que reciben, pero entonces todo debió ser espontáneo o motivado por un liderazgo que no existe, ni en el Gobierno del Estado ni en Morena, así que recurrieron a la coerción, a la amenaza a los trabajadores: cooperas o cuello. Así de simple, aunque ninguno de ellos se puso a pensar que eso serán votos en contra en 2027.
Pero Sheinbaum dio las gracias “por tanto cariño”
Si la presidenta cree que los miles que vio en el estadio Beto Ávila acudieron motivados, en forma espontánea, ese es su problema, que el hombre y la mujer de poder y con poder viven siempre del engaño, incluso del autoengaño, así ha sido siempre. En su cuenta de X, tan pronto terminó el acto en Boca del Río, publicó: “Concluimos la primera parte de la gira nacional para rendir cuentas a las y los mexicanos; hoy recorrimos Coahuila, Tamaulipas y Veracruz. Gracias por tanto cariño; amor con amor se paga”.
Ni para expresar pobre mujer, no en sentido lastimoso, sino porque deveras creyó que la mayoría de los miles de acarreados aguantaron los 44 grados sentados algunos, parados otros, durante horas y horas, por “tanto cariño” que le tienen, un cariño que no se reflejó en las urnas el pasado 1º de junio cuando su partido perdió la mayoría de las alcaldías, no obstante que, como lo mencionó en su mensaje, su gobierno destina 59 mil millones de pesos en programas federales (aquí he manejado que son 60 mil, en programas de Bienestar).
Ni funcionarios creían que era cierto el acarreo
Desde que recibieron la mala noticia, la tarde del viernes, de que el domingo tenían que ir, obligadamente, el enojo cundió entre los trabajadores del Gobierno del Estado. Cuando las copias de las instrucciones a los jefes de departamento empezaron a inundar las redes, hubo molestia entre la población por la violación a los derechos laborales y humanos de los trabajadores, muchos sus familiares, pues el domingo era día inhábil y a algunos se les citó a las 10:30 y a otros a las 11:00 de la mañana para salir hacia Boca del Río, para un acto programado en la agenda presidencial hasta las 5:45 de la tarde, inhumano porque el viaje es de solo hora y media.
Tan pronto trabajadores me empezaron a hacer llegar las notificaciones que les hacían y las compartí entre mis lectores, conocidos míos del Gobierno del Estado se comunicaron conmigo para decirme que era falsa la información, otros para preguntarme con sorpresa de dónde había sacado yo lo que estaba informando, y unos más decirme que no tenían conocimiento de que se hubiera dado tal instrucción. Qué pena. Ellos mismos estaban sorprendidos de que continuara la práctica del acarreo humano, de trabajadores, instaurada por el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez a través del Rey del Acarreo, Eleazar Guerrero Pérez.
Los testimonios que se publicaron después en las redes y en algunos medios y los hechos no dejaron ninguna duda de que el acarreo en el morenismo llegó para quedarse, porque en poco más de 20 días los sufridos trabajadores tendrán que ir al Zócalo de la Ciudad de México para aplaudir de nuevo a Sheinbaum con motivo de su primer año de gobierno.
Esa práctica es el mejor testimonio de que al menos en el Gobierno del Estado y en la dirigencia de Morena no hay liderazgo que convoque y movilice a militantes y simpatizantes de la causa guinda y por eso tienen que recurrir al acarreo. También se comunicaron conmigo operadores que fueron de gobiernos priistas para recordarme que ellos llenaban no el estadio de beisbol sino el de futbol “con pura gente de Veracruz y de Boca del Río” sin molestar a los trabajadores ni del Gobierno del Estado ni de los ayuntamientos de la zona conurbada, o sea, los actuales ni eso pueden.
Qué pena con los que se brincaron del PRI a Morena porque decían que no estaban de acuerdo con sus malas prácticas. Ahora callan, incluso avalan el atropello a los trabajadores y no amenazan con que van a renunciar como lo hacían cuando eran priistas. Están perdiendo toda autoridad y en el futuro no tendrán cara con qué salir a darse baños de pureza.
Sheinbaum nunca conectó con la mayoría
Vi la transmisión del acto en vivo y recogí testimonios de asistentes, que me iban reportando el ambiente por dentro, en las gradas y abajo, en el campo. Sheinbaum se desgañitó remarcando lo que ha hecho o piensa hacer su gobierno en Veracruz e incluso hacía pausas de varios segundos esperando la ovación, pero nunca la hubo de la multitud, si acaso algunos aplausos de los funcionarios que estaban abajo cerca del templete. “Estábamos hartos, chocados, desde temprano ahí”, me dijo una maestra.
La señora nunca conectó con los asistentes, las gradas parecían un cementerio, nunca logró motivar a los deshidratados trabajadores. Los camarógrafos de la televisora oficial hacían paneos por todo el estadio buscando la imagen que rescatara el acto, pero ni aplausos y silencio, ninguna demostración de júbilo, nada que dijera que todos estaban contentos.
Y para colmo de ellos, demostraron una gran falta de experiencia cuando la tarima donde estaban las machuchonas y los machuchones la colocaron de cara al sol, de tal forma que las cámaras mostraban cómo Sheinbaum y Nahle estaban suda y suda que nada más faltó que les escurriera el maquillaje, y cómo la presidenta parpadeaba cuando estaba hablando porque el sol le daba de frente. Trabajadoras, a manera de consuelo, me comentaron que por lo menos, aunque fue solo por media hora, vivieron y sintieron la tortura a la que los sometieron a ellos que llegaron desde el medio día al inmueble.
En su cuenta de Facebook, la gobernadora Rocío publicó una fotografía panorámica de la asistencia y posteó: “Así es como nuestro pueblo apoya a nuestra querida presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en su primer informe, con unidad, lealtad y el cariño de nuestro pueblo”.