Desde su aparición el 2 septiembre de 1843, el semanario The Economist ha sido catalogado como uno de los medios de comunicación más liberales del mundo. Y no podía ser de otra manera; su línea editorial apoya la libertad económica, el libre comercio, la globalización, la inmigración, el liberalismo cultural y la libertad individual.
Antes de salir a la luz, sus artículos y reportajes pasan por un riguroso tamiz de confirmación de datos, lo que le ha ganado la confianza de sus miles de lectores, entre los que destacó Carlos Marx, que lo tuvo desde muy joven como su publicación de cabecera hasta su muerte en 1883.
Pocas han sido las ocasiones a lo largo de sus 177 años de existencia, que The Ecomonist ha criticado a personajes políticos por corrupción, deshonestidad o abuso de poder. Pero cuando lo hace el coscorrón provoca dolores de cabeza que tardan en menguar. Y esta vez el coscorronazo fue para Andrés Manuel López Obrador al que le dedicó su portada con el título de El falso mesías de México.
La publicación afirma que el tabasqueño es un “peligro para la democracia” debido a sus políticas publicas ruinosas llevadas a cabo por medios inadecuados. Y agrega que su peligrosidad consiste en que sufre de lo que el periodista venezolano Moisés Naím llamó “necrofilia ideológica”: un amor por ideas que ya han sido probadas en el pasado y fracasaron.
La forma como el presidente se burla de las reglas, dice The Economist, es una de las razones por las que las elecciones del 6 de junio importan. “Los votantes deberían frenar al presidente hambriento de poder”. Y tendrán la oportunidad de hacerlo rechazando a su partido en las urnas.
Aparte de acusarlo de manejar pésimamente la economía, el semanario lo acusa de su responsabilidad en la muerte de más de 400 mil personas por el Covid (no de las 222 mil 657 que dicen que hubo hasta ayer) y de no cumplir su promesa de cerrar la brecha social.
Si con poquito se enchila, el Presidente debió ponerse lo que le sigue a furioso, tan es así que el canciller Marcelo Ebrard dio respuesta inmediata a la revista con una misiva plagada de lugares comunes que comienza así:
“Hace apenas unas semanas tuve el gusto de conversar con el editor internacional de su revista. Aproveché la ocasión para exponerle los puntos fundamentales de la profunda transformación política, económica y social que está viviendo México desde hace dos años y medio…” y por ahí se va. Pero más adelante lamenta que el editor no haya sido “sensible” a uno solo de sus argumentos.
¿Cómo quiere ver sensibilidad en un periodista que sabe que en dos años y medio del gobierno de Andrés Manuel hay 10 millones más de pobres, 12 millones de desempleados, más de 80 mil asesinatos dolosos, casi 3 mil niños con cáncer muertos por falta de medicamentos, casi medio millón de fallecidos por la infame manera de atacar el Covid y un decrecimiento de -8 por ciento?
En lugar de denunciar ¿hay que ser sensible ante un fulano que denuesta, agrede, humilla y miente en sus mañaneras? ¿Hay que bajar la cabeza ante quien ha violado una y otra vez la Constitución que juró guardar y hacer guardar? ¿Acaso hay que hacerse de la vista gorda y no denunciar que el Presidente tiene bien metidas las manos en el proceso electoral y está demoliendo la democracia?
En contrapunto con los medios internacionales que en su momento aplaudieron la defensa que hizo Benito Juárez de la soberanía nacional y condenaron el martirio de Francisco I Madero al que catalogaron como uno de los más grandes demócratas de Latinoamérica. A Andrés Manuel López Obrador no le ha ido nada bien cuando lo mencionan en sus planas The New York Times, The Washington Post, The Wall Street Journal, El País y The Financial Times, solo por mencionar algunos de los más importantes del orbe.
Negado para la crítica como es, a todos los ha descalificado e incluso los ha tachado de conservadores. ¿Será que diga lo mismo de uno de los medios de comunicación más liberales del mundo?
Seguro que sí; segurísimo que sí.
Noticia de ocho sería que aceptara sus yerros y le diera la razón al semanario.
Elecciones 2021
UNA PAPA MUY CALIENTE. La papa que el PRI estatal puso en manos del OPLE y la Fiscalía General de la República, está tan caliente que puede causar algo más que quemaduras de segundo y tercer grado. Se trata de una denuncia contra el candidato de Morena a la alcaldía de Xalapa, Ricardo Ahued, sobre presuntos apoyos que ha estado recibiendo del gobierno de Cuitláhuac García. La bronca para el gobierno estatal y para el propio Ricardo, es que esos apoyos no se han podido ocultar. Uno de ellos fue aquella marcha organizada a principios de las campañas por burócratas que fueron obligados a asistir so pena de perder su chamba. Este jueves y en conferencia de prensa el líder del tricolor en Veracruz, Marlon Ramírez Marín, dijo que las denuncias están respaldadas por videos, fotografías de funcionarios públicos, empleados del gobierno estatal y municipal, automóviles, recursos materiales y documentación recopilada mediante un trabajo de investigación, pero además, aportada por la ciudadanía. Agregó que es responsabilidad de su partido poner a consideración de las autoridades ese material, pero subrayó que sería muy grave que teniendo los indicios, ni siquiera se hiciera una investigación. “Por eso lo hacemos del conocimiento público y de las autoridades, le corresponderá a Ricardo Ahued, explicar esto y a la autoridad administrativa correspondiente hacer el deslinde de las responsabilidades”. Marlon indicó que Ricardo Ahued siempre se ha manejado como una persona impoluta, recta, decente y que no utiliza el cargo para aprovecharlo a su beneficio, por lo que lo está invitando a que explique qué hacen en sus mítines funcionarios estatales y municipales y automóviles oficiales. El dirigente priista dijo que esta campaña a la presidencia municipal de Xalapa, “tiene demasiada atención, por decirlo de una manera elegante, del Gobierno de Veracruz”. Quizá la FGR le dé largas al asunto o eche la denuncia al cajón del olvido, pero el OPLE debe dar una respuesta contundente y cuando antes a estos señalamientos que aunque eran de todos sabidos, nadie había denunciado. Reitero, la papa está muy caliente, veremos qué sucede.