“El fracaso del mando naval en la policía municipal de Xalapa”

’14/09/2025’
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“El apresuramiento es padre del fracaso”. – Heródoto de Helicarnaso.

Los datos no mienten: mientras Veracruz puerto y Coatzacoalcos lograron reducir la percepción de inseguridad en el segundo trimestre de 2025, Xalapa registró un retroceso. La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, publicada el 24 de julio, reveló que la capital veracruzana pasó de 59.7 % en marzo a 64.4 % en junio en percepción de inseguridad. Se trata de un incremento que debería encender las alarmas, sobre todo porque desde hace varios años el mando de la policía municipal se encuentra en manos de marinos.

La justificación para entregar el control de la corporación a la Secretaría de Marina fue, en su momento, la supuesta incapacidad de las autoridades locales para hacer frente a la delincuencia. Se pensaba que la disciplina militar y la “estrategia naval” garantizarían mejores resultados. Sin embargo, el tiempo ha demostrado que la lógica castrense no siempre se traduce en eficacia en la vida cotidiana de una ciudad con dinámicas sociales complejas como Xalapa.

La ENSU también muestra que, aunque los conflictos vecinales disminuyeron —pasando de 35.8 % a 27.5 %—, la ciudadanía no percibe una mayor seguridad. Esto significa que la presencia de marinos en las calles no genera confianza en la población; al contrario, parece acrecentar la sensación de vulnerabilidad. La seguridad pública exige proximidad, sensibilidad social y capacidad de mediación, características que difícilmente se logran bajo un esquema de mando naval.

Basta comparar con lo que ocurre en otras ciudades del estado: en Coatzacoalcos la percepción de inseguridad cayó casi diez puntos, de 79.1 % a 69.8 %. En Veracruz puerto bajó de 63.3 % a 53 % en un año. Ambos municipios, pese a sus retos históricos, muestran avances gracias a un trabajo más cercano entre autoridades civiles y ciudadanía. ¿Por qué en Xalapa no? La respuesta es clara: porque se ha mantenido un modelo rígido y vertical que privilegia el control militar sobre la construcción de confianza ciudadana.

Cabe recordar cómo era la policía de nuestros abuelos y padres: los uniformados eran conocidos en los barrios, caminaban las calles, saludaban a los vecinos y eran parte de la vida comunitaria. Existía empatía, respeto y hasta amistad. Esa cercanía se traducía en confianza y en la percepción de que la autoridad estaba ahí para servir, no para intimidar.

Hoy, la estrategia federal de seguridad está en manos de un civil, con un énfasis en el modelo de policía de proximidad. Este enfoque busca que el policía se baje de la patrulla, camine, converse con los ciudadanos, conozca sus problemas y actúe de manera preventiva. Ese modelo es incompatible con un mando naval, porque la lógica militar privilegia la verticalidad y la distancia con la población.

La filosofía de proximidad requiere oficiales cercanos, confiables y con legitimidad social, no jerarquías militares ajenas a la vida comunitaria.

A lo anterior se suma la paradoja: la Secretaría de Marina atraviesa un desgaste de legitimidad, pues coyunturalmente se le vincula al denominado huachicol fiscal, un escándalo que mantiene en jaque a empresarios, marinos y funcionarios.

Xalapa requiere una policía municipal con mando civil, profesionalizada y cercana al ciudadano. Lo contrario será insistir en un modelo fracasado que ya mostró sus límites.

Al tiempo.

 

astrolabiopoliticomx@gmail.com

“X” antes Twitter: @LuisBaqueiro_mx

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