Línea Caliente
El Peje, emperador de España… ¿también de la Nueva España?
Por Edgar Hernández*
¡Rubén Ríos Uribe, entre el sarcasmo y la estupidez!
Hacia rato nos habíamos olvidado del frustrado aspirante a la alcaldía de Córdoba y célebre por las madrizas que le pone a su pareja sentimental cada vez que se emborracha, o sea diario.
Emanado de lo mejor de Morena, Rubén Ríos Uribe, quien llega a la diputación local gracias a la tómbola -proceso de selección al azar que tiene implementado ese partido para recoger la basura política- tuvo la ocurrencia, acaso genialidad o tal vez el acatamiento del mandato de sus superiores, de adelantar una inminente invasión a España para tumbar al rey y ungir a Andrés Manuel López Obrador como emperador.
Ríos Uribe, nos filtra una fuente confiable, será el próximo titular de Sedena y “Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas Invasoras”, que en breve habrá de integrar a un ejército de patriotas chairos que serán avituallados con armas de precisión, arcabuses incluidos, incautados a Hernán Cortés.
Por lo pronto, se tiene previsto llamar a filas a los descendientes de Cuitláhuac, no el de ahora ¡Por favor!, sino de los emperadores Mexicas y tlaxcaltecas, que son re´buenos para los madrazos, para que se incorporen al reclutamiento que en breve comenzará, según trascendió.
No tendrán cabida los aspiracionistas, tampoco los fifis, menos los clasemedieros, los “neoliberales conservadores”, ni gente que llegue con títulos de maestrías y doctorados en Harvard porque son corruptos y bien transas.
Será un ejército integrado por el pueblo bueno.
Para la cruzada invasora se aprovechará la flota de trajineras de Xochimilco para entrar de manera silenciosa al Puerto de Palos y desde ahí comenzar la lucha con rituales y sacrificios humanos, para convencer por las malas al espurio Rey de España que abdique en favor de AMLO.
Santa Lucia, será la base aérea para simular los despegues a la península ibérica -con tanto polvo no se ve nada- y las tropas viajarán en Interjet, ¡Perdón, esa no!, en Aeroméxico, Volaris y Viva-Airbus para que los españoles crean que los invasores son turistas que llegan en vuelos comerciales.
Se ha pensado asimismo que el abasto de la flota aérea será con Gas-Avión que se surta desde “Dos Bocas” (en realidad lo comprarán en Estados Unidos, como siempre, pero ahí llevarán el combustible para fingir poder y autosuficiencia).
También se tiene prevista una ruta de evacuación por la vía del Tren Maya para que en caso de que las cosas no salgan bien, los elementos de Ríos Uribe escapen rumbo a Yucatán y fundar una capitanía.
No se dio finalmente cabida al Escuadrón 201 que participó con sus tetramotores en la segunda Guerra Mundial, porque los aviones ya están muy madreados y solo son cuatro que están en calidad de basura en los hangares militares, pero además de lo que se trata es que quienes participen sean los descendientes de los constructores del Templo Mayor, pero no el de cartón del Peje, sino del de hace 500 años.
Lanceros, expertos en lanza piedras con hondas y a la sordina la gente de Ovidio, también habrán de sumarse.
Categóricamente se ha dispuesto en bando imperial de Palacio Nacional, que las autodefensas no participen ni los colectivos que toda la vida se la pesan haciéndola de tos.
Consumada la conquista, el siguiente paso, de acuerdo a un documento confidencial preparado por el área de inteligencia de Ríos Uribe y filtrado a este reportero, será la conformación del gabinete que acompañará al nuevo Emperador
Los de Morena que nos son unos improvisados y menos ocurrentes ni tontos, ya lo tienen todo fríamente calculado a fin de que una vez consumada la conquista de España, le cambien en simultaneo el nombre a México por Nueva España y se integre un equipo de puro chingón para la integración de los gabinetes de las dos monarquías, dos en una.
Ya se empezaron a barajar los primeros nombres de quienes estarán al frente de la Secretarías de Estado, que serán algo así como Calpullis, casas de gobierno pues, sencillitas.
De entrada, solo serán puros descendientes de Acacitli, Opochtli Iztahuatzin y Atotoztli. También se ha pensado en la décima generación de los Tezcatlán Miyahuatzin y Cucuacuauhhpttzáhuac.
Los que de plano no serán incluidos serán los Cuauhtémoc ni los Cuitláhuac, por no ser descendientes directos y porque el primero, o sea Cuauhtémoc Cárdenas, es muy conflictivo y al segundo porque como que ya le quieren dar pa´tras a pesar de ser muy diestro para el machete.
Habrá desde luego, en el equipo de trabajo conquistadores aliados como los Ebrard y Müller, también los Sheinbaum, Zoe y Bartlet, pero siempre muy vigiladitos.
Para la comarca veracruzana, que seguro regresará al nombre de la Villa Rica, se ha pensado en una especie de virreinato que encabezaría el artífice, el genio del sarcasmo, el columnista de pacotilla, en madreador de mujeres, el del bigotito ralo y cara de chiste, el reconocido y admirado -excelso y de buen diente para el pozol o pozole- Rubén Ríos Uribe. Aplausos.
Este grupo de la Cuarta Transformación hace todo tan inteligentemente que debería a la de ya, plantearse la reconquista y recuperación de la mitad del territorio que nos quitaron esos jijos de la fregada de los gringos.
Ese sería un gran avance antes de que termine el sexenio, siempre pensado que allá en el norte ya todo está construido y pavimentado.
Es cosa de cambiarle el nombre a Disneylandia por Pejelandia y bautizar a los estados de la Unión Americana con nombres menos complicados porque que es eso de Delawere, Connecticut o Arkansas está muy cabrón.
Pero además como allá todo mundo habla idiomas que ni entendemos, habría que imponer el esquema de un dialecto indígena que podría ser el náhuatl, el chol, o el nuestro (el totonaca) o quizás, ya de perdida el mazateco o totzil, eso lo dejaremos a criterio o consulta ciudadana… que no organice el INE, desde luego.
En realidad, lo que se pretende es enriquecer todo este gran proyecto que se inicia con la invasión a España, hasta antes de la era Rubén Ríos, el secreto mejor guardado hoy revelado por tan distinguido aborigen.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo