A MANERA DE… EDITORIAL
De mal en peor, cosa que ya no es novedad, en el Tribunal Superior de Justicia, donde solo dos mujeres han sacado la casta buscando defender la autonomía del Poder Judicial, mientras el resto, nos referimos al cuerpo de Magistrados en general, se tiran al piso ante las indicaciones del Consejo de la Judicatura y ser más que el vocero de Cuitláhuac García Jiménez, Erick Patrocinio Cisneros y de Eleazar Guerreo, quienes han convertido todas las oficinas gubernamentales de la entidad, en su horda, reconociendo el valor de Beatriz Hernández Rivera y Concepción Flores Saviaga.
Ahora resulta que ya cualquier pelagato da órdenes en los Juzgados de la entidad, a nombre del florero, ya que marchito por cierto, llamado Isabel Inés Romero Cruz. Esta mujer, que con facilidad superó a Sofía Martínez Huerta en la ronda de críticas por redes sociales y medios de comunicación tradicionales, todo mundo sabe que es un simple títere, pero que cada día contribuye a enlodar más lo que quedaba del prestigio en el Poder Judicial.
Primero fue uno de sus auxiliares, un tal Tomás, quien se convirtió en el mensajero oficial para las instrucciones y arreglos de Isabel Inés Romero Cruz, como fue el caso de entronizar y proteger a un acosador sexual, como el tal “Juez Domínguez”, allá en San Andrés Tuxtla; Domínguez le sabe muchas coas a Isabel Inés y lo mejor era darle parte del pastel, para que guardara silencio.
Luego fue Said Guerrero, supuesto Secretario Adjunto del Consejo de la Judicatura, el delicado hombre fuerte y detentador del Poder.
Ahora apareció un tal Pascual Villa Olmos, quien vía telefónica decide los destinos de los asuntos, con instrucciones a los jueces del Estado.
Para todo esto, lo más sencillo es pasarse las disposiciones de la Ley, por el arco del triunfo; la historia del Poder Judicial de Veracruz, con “Chavelita”, se acerca al despeñadero, en los capítulos siguientes.
Otro de los consentidos del movimiento 4T, curiosamente también llegado de Baja California Sur es Luis Iván Juárez Segovia, director de la Casa de la Cultura Jurídica en esta Ciudad Capital.
Este sujeto, es otro acosador de mujeres y quienes lo conocen, señalan que solamente es un disfraz, pues atrás de ellos se encuentra un distinguido militante de la Cofradía del arcoíris.
Si, adivino usted, estamos en presencia de alguien que lamentablemente sin el mayor mérito, aunque quizá, eso constituya una de las llamadas fortalezas que le permitan permanecer dirigiendo a una Institución como ésta, perteneciente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pues ya sabe usted que el tercer sexo es el sello distintivo de nuestros tiempos y en Veracruz está como el COVID-19, imparable, desde la cabeza hasta los pies.
Interprete usted esto último.
Pero retornando con el tema del actual director de la mencionada casa, estamos entonces en presencia de uno de los peores momentos de este Centro Cultural, pues conocemos que ya hay quejas ante las instancias correspondientes, por la discriminación y maltrato que este delicado sujeto, realiza contra los prestadores de servicio social que tiene la mala fortuna de caer en sus manos.
Una verdadera vergüenza para la Atenas Veracruzana y la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Pero como se conoce ampliamente, en Veracruz no pasa nada, discurso gubernamental explotado al máximo.