La fotografía que se difundió el viernes del tramo de carretera de Ojo Zarco a Jacales, municipio de Alto Lucero, destrozado a causa de las lluvias, cuya conclusión supervisó el gobernador Cuitláhuac García Jiménez apenas el 13 de julio pasado, no deja ninguna duda de la mala calidad de la obra, lo que implica un daño patrimonial y una responsabilidad, por omisión, de la Unidad Administrativa de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas, SIOP.
Lo que sí deja duda es por qué el gobernador, en lugar de hacer válida la fianza de la empresa que realizó la obra, asumió la responsabilidad y ayer en forma sorpresiva declaró que su administración cuenta con el presupuesto para reparar las afectaciones. Atribuyó el destrozo del concreto hidráulico a un deslave, que “sucede en todos lados”.
En un video que el propio titular del Ejecutivo difundió el 13 de julio pasado recordó que la carretera desde Alto Lucero, la cabecera, hasta Madroño, que incluye el tramo de Ojo de Zarco a Jacales, se realizó en tres etapas. “Vean la calidad de carretera”, presumió del último tramo, ahora afectado. En lugar de un acto inaugural realizó un recorrido por la obra acompañado por el secretario de Infraestructura y Obras Públicas, Elio Hernández, y por la diputada federal Claudia Tello.
Lo que procedía era que la Contraloría General del Estado (que es lo mismo que la Carabina de Ambrosio) abriera una investigación y realizara una auditoría técnica para saber en dónde estuvo la falla y quién es el responsable, aunque se supone que la calidad de la obra estuvo bajo la supervisión de un residente de obra de la SIOP, sin olvidar que tanto el gobernador como el secretario de Gobierno, los 1 y 2 del poder, son ingenieros, si bien uno electricista y el otro agrónomo, aunque alguna noción técnica del asunto deben tener.
En el mundo de los contralores saben muy bien que muchas obras no se licitan, se adjudican en forma directa para favorecer determinados intereses o a empresas de amigos o socios, a cambio de un moche, y se simula que depositan una fianza. Este podría ser el caso, y el daño patrimonial, que sí lo hay, lo terminarán pagando todos los veracruzanos, con sus recursos que pagan en impuestos.
Al asumir el gobernador la responsabilidad en forma directa y anunciar que su gobierno pagará la reparación o reconstrucción, deja la idea de que está protegiendo a los responsables y ahora ni siquiera se buscó un chivo expiatorio al que culpar. Simple y sencillamente dijeron borrón y cuenta nueva. Como decía Javier Duarte, aquí no pasa nada, muy al estilo también de este gobierno de la 4T. ¿De quién es la empresa que construyó?
El nuevo Rector
El nuevo rector de la Universidad Veracruzana (UV), Martín Aguilar Sánchez, se reunió el martes pasado con el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, según se difundió en el portal de la casa de estudios.
En unas breves líneas se dijo que “para conversar sobre los temas sobre educación superior, en donde el mandatario estatal reiteró el respeto a la autonomía universitaria”. Nada más. ¿No habría quedado mejor redactado el texto: para conversar sobre los temas de educación superior? (los subrayados son míos).
Habría estado bien que se dieran más detalles. No es malo que haya diálogo, pero ¿el rector pidió la audiencia o el gobernador lo invitó? La UV es autónoma. La foto en el despacho de Cuitláhuac es como las que se manejan de los funcionarios del gobierno, subordinados, empleados suyos, y el rector, obviamente, no lo es, o eso se cree.
Habría estado mejor que se informara si trataron sobre el presupuesto de la casa de estudios para 2022, si habrá aumento al subsidio estatal, si pretenden algún recorte o si se mantendrá como está.
Se mochó 20 mil pesos de su compensación
Habrá sido coincidencia, pero un día después se anunció que Aguilar Sánchez redujo en 40 por ciento la compensación mensual que recibe en sus percepciones, y que se hizo efectivo a partir de la primera quincena desde que entró en funciones.
“Ésta (nótese, con acento) es la primera medida que toma su administración en cuanto al manejo austero, responsable y disciplinado de los recursos públicos que recibe la UV, propuesto en el proceso de designación rectoral para construir una nueva Universidad, acorde a las circunstancias que vive el estado”.
Si así lo decidió por iniciativa propia, no está mal. Pero en aras de la transparencia necesaria y de la cual la casa de estudios debe ser un ejemplo y modelo, se hubiera dicho en forma abierta en el boletín a cuánto tiene derecho en su compensación y cuánto es lo que se rebajó, para que la sociedad sepa (no se olvide que es una universidad pública, que se sostiene con recursos públicos) cómo se gastan sus recursos en la UV.
Fui al Tabulador de Mandos Medios y Superiores Administrativos 2021. su sueldo tabulado es de 75,480.02 pesos, pero en total, por otros rubros, acumula 95,941.82 pesos, y tiene deducciones mensuales (por impuestos, cuotas al IPE, etc.) por 33,412.31, aparte su prima vacacional y su aguinaldo. Vendría recibiendo, pues, neto, unos 62,500 pesos mensuales, en números redondos.
En cuanto a la compensación, es de 50,732 pesos, pero como se bajó 40 por ciento, le vendrían quedando otros 30 mil pesos, en números redondos. Su responsabilidad es alta y, como comúnmente se dice, de todos modos se raya, y bien.
¿En qué consiste la nueva universidad que se pretende, “acorde a las circunstancias que vive el estado”? ¿Habrá apretón general de cinturón en cuanto a recursos? Hubiera estado bien que se clarificara.
Quiere una institución crítica
Lo que me gustó fue que en la ceremonia con motivo del 77 aniversario de la casa de estudios, el domingo 12, llamó a la comunidad universitaria a “colocarse a la altura de las circunstancias”, reafirmó el papel de la UV contra la intolerancia y la violencia, se pronunció en defensa de las libertades, del estado laico y de la movilidad social.
Ahí sí dijo que propone reconfigurar la universidad hacia una institución crítica, participativa y humanista, cuyos esfuerzos centrales se basen en los derechos humanos y la sustentabilidad.
Otra cosa que me agradó fue que recordara a Aureliano Hernández Palacios, a Gonzalo Aguirre Beltrán, a Fernando Salmerón, a Alfonso Medellín Zenil, a Othón Arroniz, a Emilio Carballido y a Sergio Galindo, y yo hubiera incluido al doctor Rafael Velasco Fernández, entre tantos prohombres que consolidaron la casa de estudios y su prestigio.
AMLO criticó visita de Abascal ¡y trajo a dos dictadores!
Ante la agresión a migrantes, el pasado 7 de septiembre titulé la columna “Izquierda y ultraderecha, ajenas al dolor humano”. Lo mismo por la garrotiza del gobierno de la 4T a los migrantes que porque en el municipio de Veracruz, de gobierno panista, pretenden desalojar de sus tumbas unos 500 restos humanos, sin pensar en el dolor de sus familiares.
También comenté la metidota de pata de los senadores panistas que se identificaron en vivo y a todo color con los ultraderechistas del partido VOX de España, de lo que se aprovechó el presidente López Obrador para tirarles lodo en su mañanera.
Pero bien dicen que cae más pronto un hablador que un cojo, porque, como bien comentó el viernes Macario Schettino en El Financiero, con la invitación que hizo AMLO a venir a México al presidente cubano Miguel Díaz-Canell y al de Venezuela Nicolás Maduro, dictadores, represores de sus pueblos, verdaderos sátrapas, tiró por la borda el regalo que la facción conservadores del PAN le había dado con la invitación al ultraderechista Santiago Abascal.
Están parejos. Ni a cuál irle. Al final, aunque en posiciones opuestas, son iguales. Lo cierto es que hoy ni quien se acuerde de Abascal, en cambio todos tienen muy presente las visitas del cubano y del venezolano a suelo patrio, a quienes presumió el tabasqueño. ¡Puaf!