“Hay diversiones tan grandes que se miden por el número de muertos”. (Álvaro de Albornoz y Salas).
El monero Xolo lo ilustra ilustrativamente en la ilustración “Carencia de siempre”: una choza improvisada como escuelita (como muchas otras que seguramente han visto en nuestro rico país), apenas sosteniéndose con tablas maltrechas, techo de viejas láminas de cartón y dos ventanas cayéndose, y se lee “Nueva escuela mexicana”; alguien de adentro dice: “Tenemos libros de texto nuevos, pero no tenemos agua ni luz…”
“La Tierra es para quien la trabaja”, dijo… ¿Zapata?; podríamos parafrasear: “La Pobreza es para quien la trabaja”. Luego entonces, ¿quién trabaja la Pobreza? Tienen un minuto para contestar. Y si no, regrésense a la primaria. A ver cómo les va.
Voy a lo que voy. La Pobreza tiene sus desesperaciones y tristezas que se sobrellevan, sí, con grumos de pan, una o dos tortillas con sal y chile cuando hay. Dicen quienes padecen la Pobreza que ésta se ausenta, por momentos, con la ayuda sincera, desinteresada. Entonces deja de gruñir la panza y a continuar la vida, con la esperanza de que mañana será otro día y habrá más migajas, con suerte, en el basurero, o quizás se avizoré por ahí algún político con su comitiva y… ¡Bendito Dios! Porque las despensas indispensables para el buen convivir político y social sirven para algo, cierto, pero se aparecen de vez en cuando. Pero no nos pongamos exigentes, ahí están las dádivas –¿limosnas?
Las acciones para disminuir la Pobreza avanzan como cangrejo, al igual que la justicia, dando vía libre a los desmanes que padecemos. ¿México estará siempre sosteniendo la Pobreza? Sí, y sirve para muchos o, más bien, para pocos, si no, como carajos podremos seguir mintiendo que pronto tendremos un futuro maravilloso; hay que tener fe, esperanza y caridad. ¿En serio el cielo prometedor?
Vamos a gatas, pero vamos, dicen, con la conformidad y mediocridad por delante que caracteriza al México que nunca ha podido posesionarse en el Primer Mundo (¿quién lo prometió?). Claro, son otros tiempos, pero la misma escenografía con otros actores ahora remasterizados de ocurrencias y ridiculeces, donde las ideas y argumentos brillan por su ausencia, pues de lo que se trata es de ganar votos, ya se verá después que hacemos con la Pobreza.
El Coneval informó que el número de personas en situación de pobreza en México pasó de 55.7 a 46.8 millones de personas entre 2020 y 2022, lo que significó una disminución de 8.9 millones. ¡Bravo!
¿Y la Pobreza extrema? ¿Y qué pasa con la educación y el acceso a la salud? Pa’ tras. Ahí están los números, números y más números, cifras, estadísticas, otros datos…
Mi estimado Fernando Césarman me comentó que los mercados llenos de comida son espejismo de la pobreza. Tan tan…
Nota despistada: Ahora que estuve un poco enfermo fui a parar a Urgencias de la Clínica del IMSS No. 11 de Xalapa, donde en los pasillos estábamos pacientes impacientes esperando ser atendidos, otros sentados recibiendo sueros y, los menos, encamados pero olvidados, pues la dosis de medicamento es cada cuando se acuerdan. Digo, ahora que sobreviví no a la enfermedad –nunca se pusieron de acuerdo con el diagnóstico-, sino al pésimo servicio médico y, de pilón, sin doctores especialistas, pero sí completamente desorganizados, soñé, soñé y soñé con el sistema de salud de Dinamarca, y al despertar pensé que ya estaba absolutamente sano. Pero no: la realidad es elocuente.
Ya saben, la verdad se oculta bajo un manto de mentiras.
Los días y los temas
La escritora Gisela Leal, autora del libro La Soledad en tres actos, en entrevista se le planteó: “Es más optimista como ciudadana que como escritora”. A lo que expresó: “Sí, la verdad, sí. Es verdad que el bien y el mal están todo el tiempo presentes, pero creo que el ser humano por naturaleza es bueno. En el camino se va topando con cosas que lo van deformando desgraciadamente pero, en esencia, todos quisiéramos avanzar hacia una luz. Me gustaría pensar que ese es el destino final”.
A la pregunta: “¿El poder siempre corrompe?” Gisela Leal contestó: “¡Uf! Creo que, si te pones en el poder, estás poniendo mucho más difícil el no ser corrompido por él. No creo que inevitablemente suceda. Pero wow, lo difícil que es mantenerse sin romperse frente a él, y no lo vemos nada más en la política. O sea, wow cómo la religión crea personajes que dices, wow, el poder que tiene de deformar.”
“¡Tengo el poder!”, ¿verdad He-Man?
De cinismo y anexas
Bueno, no hay más, por ahora, salvo lo que escribió Benjamín Barajas. “Sólo el cinismo nos salva de la vergüenza por los fracasos cotidianos.”
Hasta la próxima.