Aplaude la militarización * Votará libre y “en conciencia” * Un historial de incongruencias * Esteban va sobre la nómina del Congreso * Amado ignoró una orden de auditoría: Orfis * Tesorera presentó informe financiero a destiempo * Partido Colosista no quiere “chapulines” * Y designa a Liliana Orantes
MUSSIO CÁRDENAS ARELLANO
Publicada en mussiocardenas.com
4 de noviembre de 2024
Por las venas de Fernando Yunes también corre sangre de traición. No es diputado aún y ya festina los superpoderes a la Guardia Nacional, obra cumbre de Andrés Manuel, una de las vertientes de la militarización.
Cuenta las horas en que el Congreso le abra las puertas y le dé pase de impunidad. Y entonces, como buen Yunes, votará en “conciencia”, como lo hiciera su hermano Miguel Ángel matando la reforma judicial.
Y por cada voto traidor, no habrá día en que no sienta el odio que flota a su alrededor y reciba toneladas de improperios y cascadas de mentadas y el grito –ya un himno– que nunca los dejará: “traidor, traidor, te vendiste al dictador”.
Fernando aceita la trastada y prepara el camino. Se regodea en el voto que empodera a los sardos. Aplaude a diputadas y diputados panistas de Chihuahua que dieron el sí a la ley que entroniza a la Guardia Nacional.
“Felicito a los diputados de Acción Nacional en Chihuahua –dice con filo–, donde gobierna la panista Maru Campos por votar en libertad y conciencia. Esa es la línea que debe seguir un legislador. ¿Los van a expulsar del partido? ¿Los tildarán de traidores? ¿Desaparece su comité? Espero que no”.
Ojalá que sí. Los debieran echar a todos. Y que los marquen con el fierro en la piel con el signo de la traición.
Esos panistas y los Yunes –ahora amorenados– andan en la órbita de López Obrador y Claudia Sheinbaum, reviviendo al fantasma de la militarización. El poder militar es el verdadero poder.
Y eso a Fernando Yunes, como a su hermano Miguel Ángel, quien dio el voto a favor, quien avaló que la Guardia Nacional quede adscrita a la Secretaría de la Defensa Nacional, les vale un pito.
Les valen los derechos humanos. Les vale que esta Guardia Nacional MILITAR realice tareas de investigación. Les vale que estos sardos con ínfulas de policía ministerial allanen domicilios sin orden judicial y que se cobijen en el fuero militar atropellando a la población civil.
Porque todo eso quedó avalado en la reforma a la Ley de la Guardia Nacional. Y el voto de Chiquiyunes fue a favor. Y el aplauso de Fernando Yunes se dejó escuchar.
Ellos –Fernando y los Migueles Yunes– están para complacer a la nueva dueña de la granja, Claudia Sheinbaum, la presidentA arbitrariA, y más todavía al propietario de la parcela, aquel que los Yunes del Estero llamaban “loco”, “Hitler”, “Pinochet”, “Mussolini”, “viejo guango”, un tal Andrés Manuel López Obrador.
Fernando Yunes ya pinta para el chaquetazo. Aplaude a diputados panistas “por votar en libertad y conciencia”. Y precisa: “Esa es la línea que debe seguir un legislador”.
O sea, un partido opositor, el PAN, los postula, Marko Cortés sirve a los Yunes ex azules para agenciarse senaduría y diputación local, y una vez en el Senado y Congreso de Veracruz, se vota “en libertad y conciencia” porque “esa es la línea que debe seguir un legislador”.
Mejor se hubieran postulado como candidatos independientes, a ver qué tantos votos les darían sus bases, si les alcanzaba para ser primera minoría en la elección de senador o lograr una curul en el Congreso de Veracruz.
Los Yunes dejaron la chaqueta de opositor y se pusieron la chaqueta guinda. Son chaqueteros, pues.
Hace tiempo que Fernando Yunes perdió la vergüenza. La desterró del alma. Llenó el hueco con cuotas de soberbia, desdeñando la prudencia y la razón. Se llenó de ego. Se enlistó en las filas de la ambición.
Hace tiempo que dejó los escrúpulos y el pudor. Se le fue apagando la decencia. Y se volvió un simulador. Podía andar con almas nobles y con gente de mala estampa a la vez. Eso, cuando era senador y más tarde ya siendo alcalde de Veracruz.
Imprudente, pues, se le vio un día en la mesa de un narco. Sabía que el narco era eso, narco. Y ahí se quedó.
Desató una tormenta. El junior del Clan Yunes, Fernando, en la mesa de Hernán Martínez Zavaleta, alias “El H” o “Comandante H”, jefe de plaza de Los Zetas en Coatzacoalcos, quien antes, pero muy antes, fue segundo de a bordo de Javier Solís Garduza, lugarteniente de Osiel Cárdenas Guillén, líder del Cártel del Golfo.
Aquella celada se pudo evitar. Ocurrió el 13 de agosto de 2016. Cuando aún iba en camino, Fernando Yunes fue alertado que lo sentarían con “El H” en Cosoleacaque, en un encuentro con panistas del sur de Veracruz. Lo instaron a cancelar. Dijo que no. Unas palabras y se marcharía. Ni una foto, instruyó.
El “Comandante H” cayó un año después. Ordenó el crimen de una familia –padre, madre y cuatro niños– en Coatzacoalcos, el 24 de junio de 2017, y cinco días más tarde fue aprehendido en Villahermosa, Tabasco.
Dos semanas después, el 12 de julio, Martínez Zavaleta quiso jugar rudo. Difundió fotografías y reseñas, y aquello fue una golpiza en la prensa. Pero al final lo pagó.
Su banda fue desmantelada, unos muertos, otros encarcelados, y unos más de los que nadie volvió a saber. Y él, condenado a 20 años en prisión por el crimen de la familia, trasiego de droga, huachicol y extorsión.
Pero los tiempos cambian. Hoy, es Fernando Yunes Márquez el que enfrenta una orden de aprehensión por desvío de recursos públicos durante su gestión como alcalde de Veracruz y por falsificación de documento y fraude procesal. Y aún así será diputado local porque la negociación de los Yunes no sólo sirve para ayudar a Shienbaum-AMLO a matar al Poder Judicial sino para que Fernando y Miguel Ángel se sirvan de la impunidad.
Llega como plurinominal del PAN. Y a partir de este 5 de noviembre, al instalarse la nueva Legislatura, votará “en libertad y conciencia” y porque –así lo predica– “esa es la línea que debe seguir un legislador”.
Halló el atajo fácil. Aunque sus labios digan que seguirá en el PAN, sus palabras suenan a matraca de la Cuarta Putrefacción.
Fernando también tiene sangre de traidor.
METADATO
Va Esteban Bautista por la nómina, sus vicios y beneficiarios en el Congreso de Veracruz. Va por aquellos que ganan más que Claudia Sheinbaum y quieren más salario que Rocío Nahle. Va por todo aquello que el líder saliente, Juan Javier Gómez Cazarín, le hereda. Y lo va a auditar. Sentencia el diputado, líder de Morena y cuasi presidente de la Junta de Coordinación Política: “No puedo atentar en contra de los derechos laborales, pero si yo encuentro a alguien que está por encima del sueldo de la presidenta de la República o del propio Gobernador, tenemos que ajustar” (Al Calor Político, 31 octubre 2024). Y apunta: “Quiero checar cómo queda la situación laboral de los compañeros que laboran aquí, en qué estatus está, si hay demandas, las prestaciones hasta qué alcance tuvieron y de cuánto fue el incremento al salario”. El calambre se sintió hasta Hueyapan, tierra de Gómez Cazarín, ese que anda como alma en pena sin agarrar cargo en el gobierno federal, y en Jáltipan, terruño de Domingo Bahena Corbalá, el ex panista que mutó al duartismo y luego se acomodó en Morena y que desde la secretaría general del Congreso de Veracruz condujo la administración y, por supuesto, las relaciones laborales a las que hace referencia el diputado Esteban Bautista Hernández… Amado Cruz vuelve a incurrir en incumplimiento ante el ORFIS. Una y otra vez le piden que acredite y exhiba, EN TIEMPO Y FORMA, las actas de las sesiones de cabildo en que se aprobaron los estados financieros del ejercicio 2023; en la que se haya discutido el proyecto de presupuesto de egresos para el ejercicio 2024 de las comisiones municipales del Ayuntamiento; en la que se haya integrado el Consejo Consultivo Municipal de Medio Ambiente y Desarrollo sustentable; en la que la tesorera municipal, Grace del Carmen Mendoza Chesty, presentó ante el cabildo el corte de caja del movimiento de caudales del mes de enero a diciembre del 2023. Debió haberlo realizado el primer día de cada mes y siempre lo hizo con retraso de dos semanas. El Órgano de Fiscalización Superior de Veracruz les dio 15 días para entregar informes y no lo hicieron. Hubo un desfase de tiempo de 170 días. Y cuando presentaron las actas quedó evidencia que las sesiones se realizaban a destiempo y hubo negativa a una orden de auditoría. La determinación del ORFIS es categórica: Hubo incumplimiento “por haber hecho caso omiso a la Orden de Auditoría y no por inconsistencias en el desarrollo de sus obligaciones”. Y hay un punto más: “no cumplió con el requerimiento de información realizado por este ente fiscalizador dentro de los tiempos que marca la Ley, consecuencia de ello fue la observación de incumplimiento en la entrega de la información a Auditar; la fecha que tenía como límite de entrega fue el 12 de marzo del 2024, entregando dicha información hasta el 30 de agosto del 2024”. O sea, 170 días de retraso. Viene un año tormentoso para el alcalde de Coatzacoalcos, Amado Cruz Malpica. Ignorar a Rocío Nahle, aliarse con los succionadores de la familia Robles y sembrarle minas en el camino, tiene un costo. Y ese costo Amado lo paga… A la colección de partidos políticos de Liliana Orantes se suma esa cosa llamada Partido Republicano Colosista. Su líder, o lo que sea, Gonzalo Nabor Lanche desdeña la posibilidad de incorporar “políticos reciclados o chapulines”, como si Liliana Orantes Abadía nunca hubiera militado o hubiera sido postulada por alguna organización política previamente. A don Gonzalo Navor habría que citarle que Liliana Orantes pasó por Movimiento Ciudadano, PAN, PRD, se trató de meter al PRI donde la repudiaron, PVEM, Todos por Veracruz y ahora salta, como chapulín” al Colosista, partido que por supuesto, usurpa la imagen del ex candidato presidencial priista asesinado en 1994, Luis Donaldo Colosio Murrieta, y con el que nada tiene que ver su hijo, el senador Luis Donaldo Colosio Riojas. Ni idea tiene Gonzalo Navor de los circos que suele armar, incluido un caso de violencia en el fraccionamiento Balcones del Mar, la nada célebre Liliana Orantes, su nueva adquisición…
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