Prosa aprisa
Fidel, el único gobernador que hizo pública su declaración patrimonial
Arturo Reyes Isidoro
El domingo, Xalapa será escenario del homenaje póstumo que se le rendirá al único político mexicano que siendo gobernador de Veracruz hizo pública su declaración patrimonial, sin estar obligado entonces a ello, en un acto de transparencia sin precedentes en los anales de la historia política del país: Fidel Herrera Beltrán.
El miércoles 3 de agosto de 2005, el diario Notiver del puerto de Veracruz publicó el facsímil de la declaración que había entregado el 29 de enero de ese año a la Contraloría General del Estado, en tres anexos, y que se podía consultar en la página oficial del Gobierno del Estado bajo la clave de control OR2KMV.
En una especie de subtítulo en letras resaltadas en negro, el medio jarocho de referencia resumía: “Por primera vez en la historia un gobernador del estado de Veracruz da a conocer su fortuna, desde sus ingresos, sus casas, sus departamentos, sus terrenos, sus coches, sus joyas, sus esculturas, sus pinturas, su rancho, sus vacas, sus toros…”.
En la nota respectiva, firmada por Luis Rodríguez Zavala, se decía en el primer párrafo:
“En 56 años de vida, el gobernador Fidel Herrera Beltrán y su esposa Rosa Borunda de Herrera perciben remuneraciones por 421 mil pesos mensuales, tienen como familia 6 casas, 5 departamentos, 3 terrenos con valor superior a 47 millones, la más vieja adquirida en 1976 y la más reciente en 2003, joyas, esculturas, pinturas y diversas obras de arte por 70 millones 200 mil pesos, 9 vehículos Ford, Toyota, Honda, GM y la infraestructura agropecuaria del rancho, incluido ganado angus, 500 vacas y 25 toros con valor de 17 millones, por herencia”.
El reportero resaltaba el “gran valor histórico, la decisión personal de ser transparente para que las veracruzanas y los veracruzanos sepan a cuánto asciende el patrimonio de su solvente mandatario estatal” y decía que con ello Fidel ganaba “credibilidad, transparencia, honestidad, ética”. En su larga nota informativa daba detalles de cómo habían adquirido su fortuna y ubicación de los bienes, con todo detalle.
Era 2005 entonces, hace 20 años, era una rara avis en un PRI que ya se distinguía por la corrupción que imperaba entre sus integrantes, entonces en el poder y en el gobierno, cuando difícilmente alguien que llegara a un cargo no se enriquecía ante el nunca agotado asombro de los mexicanos, que veían cómo cada sexenio salían oleadas de nuevos millonarios, que habían llegado al poder con una mano atrás y otra adelante, rentando casas modestas o departamentos o viviendo en casas de interés social.
Fidel nunca rehuyó hablar de su fortuna, pero siempre le recordó a los reporteros que “la rica” era su esposa, Rosa Borunda, quien procedía de una potentada familia ganadera de Chihuahua, mientras que nadie ignoraba que él tenía su origen en Nopaltepec, un poblado del municipio de Cosamaloapan, donde había vendido dulces de niño y a orilla de la carretera tomaba el camión que iba a Tuxtepec, Oaxaca, para cursar su secundaria.
Ni antes ni después algún otro gobernador o la actual gobernadora lo imitaron, y en lugar de andar con mucha alharaca, como ahora los de la 4T, que dicen vivir en el castillo de la pureza, que alardean que se comen la caca a puños de la transparencia, que presumen que no “son iguales” a los priistas corruptos, que se dan baños de honestidad; Fidel, en lugar de jactarse en discursos o conferencias mañaneras, actuaba con hechos. Tan solo el hecho que consigno vale el reconocimiento que se le hará, aunque todavía sería mejor que, por ejemplo, la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso local, Tanya Carola Viveros Cházaro, de Morena, que reparó en el uso del recinto o edificio legislativo para el acto del domingo, lo imitara y diera a conocer su declaración patrimonial y explicara el origen de su patrimonio.
Fox, del PAN, lo quiso hacer Secretario de Gobernación
Cuando el PRI perdió la Presidencia, siendo gobernador, a Fidel Herrera Beltrán le tocó gobernar el estado con dos presidentes opositores: Vicente Fox y Felipe Calderón, del PAN. Al primero se lo llegó a ganar al grado que le dijo un día que si no era porque pertenecía a otro partido político, lo convertiría en secretario de Gobernación; el segundo, en cambio, chocó con él.
Habíamos ido a una gira de trabajo por el sur del estado y volamos de regreso al puerto de Veracruz donde comerían (mariscos) Fox y Fidel con sus respectivas esposas. El 1 de junio de aquel 2005 había renunciado Santiago Creel a la Secretaría de Gobernación para ir en busca de la candidatura presidencial por el PAN, para el periodo 2006-2012, de modo que cuando vino Fox estaba acéfala la Segob. Hasta 2006, cuando el panista estuvo en la Presidencia, la relación con Fidel fue la mejor y trabajaron en forma conjunta; apoyó a Veracruz sin hacer distinción de militancia.
La situación cambió cuando llegó Calderón. No le gustó que Fidel reclamara lo que consideraba que le correspondía a Veracruz. Laguna Verde, sus rutas de escape en caso de accidente y un centro de monitoreo fueron un tema de discordia. Habilidoso como era, el político de Nopaltepec pudo llevar bien el gobierno no obstante que tenía en contra al presidente panista. Mientras estuvieron en el mando, nunca conciliaron.
El sí era verdaderamente cercano al pueblo
Si algo puede definir o caracterizar la figura de Fidel como gobernador es que, sin tanta alharaca como los de la 4T, fue cercano, verdaderamente cercano al pueblo, y, además, como él mismo un día se autocalificó, un verdadero y auténtico veracruzanólogo.
Y es que no había rincón del estado que no conociera. A mí mismo, que desde 1974 había empezado a recorrer el estado como reportero con Rafael Hernández Ochoa, me sorprendía cuando de pronto, en giras de trabajo, por ejemplo en el norte, en la Huasteca, desviaba la ruta original y ordenaba meternos por brechas que yo no tenía idea que existían.
Era muy madrugador o de plano no dormía
Como mandatario estatal fue muy trabajador, nos llamaba la atención su vitalidad y nos preguntábamos a qué horas dormía. Aún recuerdo que un día mi compañera Benita González, entonces conductora del noticiero de radio más escuchado en Coatzacoalcos, en Radio Hit, me platicó que a veces le marcaba ¡a las 3 de la mañana! para pedirle que entrevistara a tal o cual persona sobre tal o cual tema.
Nunca dijo que copiara la costumbre del dictador dominicano Leónidas Trujillo, pero cuando se presentaba la ocasión recordaba que el sátrapa de Centroamérica se paraba a las 4 de la mañana y que mientras se rasuraba y luego bañaba escuchaba los noticieros de radio (en su libro La fiesta del chivo Vargas Llosa narra esa costumbre). Era, pues, Fidel, madrugador, y desde antes de que alumbrara la luz del día ya había revisado las síntesis de medios que le enviaban de la Ciudad de México, había visto noticieros de televisión y escuchado los de radio. No se le escapaba nada.
Por ello, era común que agarrara fuera de lugar a sus funcionarios colaboradores. A veces los sorprendía todavía durmiendo de modo que cuando les preguntaba qué había sobre tal o cual tema que manejaban los medios, no sabían qué responderle. Los ponía como camotes, les ordenaba que de inmediato entraran a precisar o a aclarar en la radio o que viajaran, por ejemplo, a Veracruz, así, como estuvieran, para que los entrevistaran en Telever a fin de que dieran su versión. Así era.
Se atendía en el Hospital Regional de Veracruz
Otro hecho que lo pinta cómo era sucedió un día en una gira de trabajo, si mal no recuerdo por La Mixtequilla, o por la zona de Isla-Playa Vicente. Al tratar de agarrar un pez en una granja criadero de mojarras, el animal se contorsionó y lo cortó en una mano. Entonces, en lugar de tomar de inmediato el helicóptero o el avión para irse a atender al mejor y más caro hospital de la Ciudad de México o de los Estados Unidos, como habían hecho otros antecesores suyos en casos así, nos trasladamos al Hospital Regional de Veracruz. Ahí lo curaron y hasta aprovechó para recorrer el nosocomio y saludar a todo el personal.
Mucho más puede decirse de él, desde aquel día de 1969, cuando apenas tenía 19 años de edad y el entonces secretario de Gobierno, Juan Maldonado Pereda, de quien era su secretario particular, se lo recomendó al gobernador Rafael Murillo Vidal para que hablara ante el recién destapado candidato presidencial, Luis Echeverría Álvarez, a nombre del priismo de Veracruz, pues querían un orador joven. A partir de entonces Echeverría lo adoptó y Fidel inició su brillante y destacada carrera política. Descanse en paz Fidel.
Y de repente, todos se volvieron expertos en temas papales
Qué chocantés. Resultó que con el nombramiento del nuevo Papa ¡todos se expresaban en latín! y todos eran expertos en el tema. Me sepultó un aluvión de mensajes que me llegaron y en todos me decían Habemus papam, en latín (que creo que muchos ni siquiera saben lo que significa), en lugar de decírmelo en cristiano, en un español sencillo, Tenemos Papa. ¡Ah! Y minutos antes de saberse el nombre del prelado, también todos se me expresaban en italiano: anunciaban (igual, me cayó un aluvión encima) que ya había habido fumata blanca en lugar de un sencillo humo blanco. ¡Y muchos me daban su opinión sobre el nuevo sucesor de San Pedro como si hubieran jugado canicas de niños con él! Resultó que todos eran cosmopolitas. Qué extravagantes. Me sentí indefenso, ¡ay! (iré a tirarme unas frías este fin de semana para volver a mi estado normal).