- Los “abuelismos” formaron parte del colorido lenguaje mexicano
- “Desconchinflado”, “pipirín”, “muina”, “patatús”, “tirria”
- Ahora la “chaviza” ha creado sus propias expresiones
Por Miguel Angel Cristiani Gonzalez
Como en anteriores entregas de la columna Bitácora Política no ocupamos de comentar los cambios que se han venido dando en la forma en que nos informamos y cuáles son las páginas web que tienen el mayor número de visitantes, uno de nuestros queridos lectores no hizo el favor de enviarnos una relación de algunas frases y expresiones que han quedado en el olvido, porque han caído en desuso.
Ahora los jóvenes o la “chaviza” ha creado sus propias expresiones, muchas de ellas utilizadas en canciones de rap o nuevos ritmos, como la palabra “perreo” que según nos explican el perreo es un estilo de baile. Puede ser rápido y agresivo o lento.
Pero que a los de nuestra generación, a la mayoría, nos resulta desconocida y menos su significado.
Así las cosas nos encontramos en la actualidad con que “Desconchinflado”, “pipirín”, “muina”, “patatús”, “tirria”, entre otras, son voces, expresiones y locuciones mexicanas utilizadas por nuestros abuelos que poco a poco se han ido olvidando y desvaneciendo en el tiempo y que ahora recordamos para las nuevas generaciones. Esa gala retórica e ingeniosa, de humor pícaro está en extinción:
Los “abuelismos” que formaron parte del colorido lenguaje mexicano de nuestros viejitos, palabras y frases que escuchamos alguna vez en las reuniones familiares o jugando el barrio antes de la llegada de los videojuegos, el internet y la televisión de paga se extinguen.
Recordemos algunos “abuelismos” que nos acompañaron y nos enseñaron nuestros viejitos.
Achichincle. Acompañante incondicional, también es un ayudante y adulador.
Achicopalarse. Depresión, agobio, aflicción temporal.
Argüende. Murmuración falsa, chisme, intriga.
Borlote. Escándalo, gritería, desorden, tumulto.
Chicho. Dícese de aquel que se veía, suponía o era muy valiente, sabiondo, bravucón, bueno para los trancazos.
Chochear. Dar el viejazo, comenzar con las conductas seniles.
Cotorrear. Plática bastante animada entre amigos.
Chilpayate. Expresión equivalente a niño, chamaco, morrito.
De pipiripao. Equivalente a mediocre.
Desconchinflada. Artefacto descompuesto, que ya ni dándole un golpe funciona.
Desguanzada. Que ya dio lo que tenía que dar, que todo está agotado.
El pipirín. Manera de nombrar a la comida, la hora de llenar la muela.
Endilgar. Atribuirle algo desagradable a alguien.
En un de repente. Un imprevisto, algo inesperado, una sorpresa total.
Enyerbado. Brujería con hierbas para atrapar al novio, esposo o amante.
“Gonzalitos” de oficina… Responsable y humilde empleado de gobierno que asume sus obligaciones oficinistas con alegría. Es el abuelo del actual “Godínez”.
Gorrón. Sinvergüenza que nunca paga sus cuentas o coopera para la causa.
Granjear. Hacer méritos para ganarse la voluntad de otros.
Guateque. Fiesta donde se come, bebe y baila alegremente.
Hacer de tripas corazón. Esfuerzo grande, aguantar, seguir de pie y resistiendo.
Itacate. Provisión de comida para el largo camino y que es parte de los alimentos de la fiesta, la reunión, la pachanga.
Mal paso. No resistir a la tentación de la “carne” prenupcialmente.
Me sabe la boca a centavo. Coraje o mal rato que deja una marca desagradable.
Mitote. Fiesta casera, la palabra proviene del náhuatl mitotl, una danza practicada por los aztecas en la que los participantes se adornaban vistosamente.
Muina. Rabieta, un enfado, un enojo. Existió el verbo “amuinar”.
Ni fu ni fa. Indecisión plena, ambigüedad pura, también utilizada para expresar falta de importancia.
Ni yendo a bailar a Chalma. Carencia de toda esperanza para remediar algún mal, es decir, ya valió. Y es que al pueblito ubicado en el estado de México peregrinaban los indígenas para bailarle a Tezcatlipoca también conocido como Oztétotl o Dios de la Cueva- y obtener favores de él.
No sé por qué diantres. Frase para suavizar un enojo o una maldición invocando al diablo, pero que lo sustituye utilizando el eufemismo diantres.
Quién quita y… Posibilidad, probabilidad de que suceda, casi casi un volado.
Patatús. Enfermedad emocional y psicosomática empleada para el chantaje, era la palabra de la premonición al mareo y el desmayo por un acto aventurero ajeno.
Pelmas. Abreviatura de pelmazo, lento, poco preocupón, desobligado, flojo, el clásico ai’ se va.
Prángana. El sin dinero, sin oficio y sin beneficio, holgazán pues.
Sanseacabó. Expresión enfática que da por terminado un asunto.
Santas Pascuas. Expresión mínima para poner punto final y sin pleitos a un problema.
Sarampahuilo Ingenuo, tonto, lerdo, poco avispado, que fácilmente lo hacen pato. Se le cuelga el milagrito al azorrillado y se le dice Compa’ Sarampis.
Soponcio. Mareo de las abuelitas y mamás preocuponas.
Sulfurarse. Exaltarse, cuando la sangre sube a la cabeza.
Tanganito. Chaparro, corto de piernas o de cuerpo.
Tate sosiego. Llamado a permanecer quieto.
Tilico. Flacucho, casi esquelético.
Tirria. Mala voluntad hacia alguien, tirándole al odio.
Traqueteo. Muchas veces el mismo camino y se notan las marcas del tiempo andado.
Vaquetón. Palabra para señalar al “ni-ni” del siglo pasado.
Zangolotearse. Moverse de manera continua y violenta.
Quítame tu Piojero. refiriéndose a una prenda olvidada
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