Con ese título convocó el estimado Arquitecto Jorge Flores, a dialogar vía zoom el pasado día trece de este mes. La respuesta fue amplia y rica en participaciones. Es evidente el interés en hablar sobre nuestro municipio. Por el nivel cualitativo y la pluralidad en las opiniones expuestas se puede considerar una iniciativa exitosa y con futuro. En medio de la terrible crisis de salud y económica que nos golpea es prudente enfocar las fortalezas de Xalapa, la actuación de sus autoridades y las perspectivas en plazo inmediato. En lo que el foro en cuestión define agenda, estrategia y metodología apunto algunos aspectos como contribución. Antes debo felicitar a Jorge y a los participantes por mostrarnos la vitalidad ciudadana que caracteriza a Xalapa.
Sin que pretenda exclusividad, pues surgirán muchas iniciativas similares, este foro puede llegar a tener un gran protagonismo de cara a la renovación del Gobierno Municipal el próximo año. Si hace las cosas correctamente, con madurez y lejos de tentaciones politiqueras, puede llegar a ser referente en propuestas de políticas públicas y canal de participación electoral con sentido ciudadano. Debe cuidar no ahogarse en deliberaciones infinitas, en abordaje de todo y nada y ser muy escrupuloso en sus definiciones de política electoral.
Sin disminuir la importancia de los problemas de Xalapa, algunos de coyuntura y otros de tipo estructural, yo pondría el acento en los aspectos políticos y en la participación ciudadana. Sin duda se debe trabajar en una agenda sobre la problemática municipal. Merecen especial atención el déficit de agua potable, la movilidad urbana, el destino final de los desechos, la seguridad ciudadana, etc… Seguramente se dispone de estudios y diagnósticos en forma abundante y clara. Es decir, hay mucho material de estudio de donde partir más lo que se agregue con datos actualizados y visiones modernas.
Considero que Xalapa tiene un serio problema de carencia de liderazgo político. Hay autoridades formales y seguramente hacen lo mejor que pueden. Pero eso no basta. La dinámica municipal, con sus complejidades en problemas, necesidades y expectativas participativas, demanda un Gobierno de activa y amplia convocatoria, de presencia cercana con la sociedad y diálogo cotidiano, hasta en los detalles, con la gente. Esa sería limitación se ha hecho evidente en la actual crisis del coronavirus. En estos días se ha notado una ausencia casi total del Cabildo y del presidente municipal. Puede ser que anden por ahí haciendo algo, pero no se sabe. No basta que hagan acuerdos y circulares o que se plieguen mecánicamente a las autoridades Estatales y Federales, se requiere operación en el terreno, hacen falta dando la cara, alentando y explicando directamente a la ciudadanía.
Sin entrar en debate con los temas de la partidocracia, que son nacionales y requieren otros espacios de análisis, si quiero decir que considero a los partidos en general como un obstáculo para la representación ciudadana en el Cabildo. Lo explico. Cada partido integra sus listas de regidores por acuerdos cupulares y basándose en sus equilibrios internos. No hay ningún criterio técnico o de representación ciudadana. Los aspirantes a ediles hacen algún tipo de carrera o mérito exclusivamente Partidario. Lo de menos para esos grupos es si saben o pueden hacer algo por el municipio. Es un enorme vicio de origen. Además, en general los Partidos políticos difícilmente pasan de ser membretes. Sin vida orgánica y sin actividades de estudio es realmente muy poco lo que pueden aportar al municipio en términos de ideas y propuestas.
No se trata de desconocer o pelearse con los partidos, al menos pueden servir como registro electoral, pero sí de plantear que están rebasados para efectos de dotar de una representación plural y profesional en el Cabildo a la ciudadanía. La alternativa superior y realista, a mi juicio, es el impulso de un poderoso movimiento ciudadano, maduro y generoso, que tenga como objetivo ser mayoría en el Gobierno Municipal. Ese sería un motor de la interlocución ciudadana y de las respuestas firmes a la problemática xalapeña. Es totalmente viable lograrlo con miras altas, con humildad y anteponiendo el interés colectivo.
Recadito: es fuerte la sensación de vivir en un ambiente político bananero.
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