*Por ello aceleraron el caso de la Barredora contra Adán
*Gobernadores no defienden Augusto López Hernández
HAN SIDO tan dados en criticar al pasado, de culpar de su ineptitud a enemigos imaginarios y fabricar villanos para ofrendarlos al “pueblo” y que los linchen, pese a que la población “buena” ya no se traga ese cuento, aunque debe fingir hacerlo porque teme perder las prerrogativas que recibe a través de programas sociales, que el fantasma de todo lo que reprochan o fiscalizan del pretérito se les ha convertido en un fantasma que les persigue y acorrala. Tacharon de huachicoleros a los gobiernos que antecedieron a la Cuarta Transformación, y ha sido en los regímenes de MoReNa cuando más tomas clandestinas han aparecido, y mayor robo de combustible se ha experimentado, porque mire usted: de 60 mil barriles diarios de gasolina robada que se comercializaban en el sexenio de Enrique Peña, la cifra se disparó a 340 mil barriles diarios en el mandato del morenista Andrés Manuel López Obrador, según cifras de la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (ONEXPO). AMLO, sin embargo, asumió medidas drásticas para pretender simular que combatía el robo de huachicol, parando temporalmente a las gasolineras y ductos, y comprando miles de pipas para transportarlo, provocando caos con del incremento del delito. Y es que, con 60 mil barriles hizo un escandalazo, cerró ductos, metió las pipas y dijo que primero la patria, y de pronto los 60 mil barriles ilegales de Peña Nieto se convirtieron en 340 mil barriles diarios de gasolina, y nadie dijo nada, en tanto la fiel Presidenta Claudia Sheinbaum lo defiende, pese a la refinería clandestina surgida en tiempos de Cuitláhuac García Jiménez, en Coatzacoalcos, o el decomiso, en operativos, realizados en los municipios de Ramos Arizpe y Saltillo, en Coahuila de varios vagones de tren que transportaban combustible de manera ilegal, tratándose del mayor decomiso de este tipo en lo que va de la administración, con un total de 15 millones de litros de hidrocarburos asegurados, además del decomiso de un buque con 10 millones de litros de diésel ilegal en el puerto de Tampico, Tamaulipas. El País está co-gobernado por la delincuencia, en tanto se pide al pueblo bueno unirse para combatir a enemigos imaginarios, cuando el enemigo se encuentra en casa.
EN ESE tenor, se recurre a los enemigos públicos número uno de México encarnados en Felipe Calderón Hinojosa que gobernó al país de 2006 a 2010, y en su secretario de seguridad Genaro García Luna, actualmente preso en Estados Unidos, pero se protege al senador, ex secretario de Gobernación y ex gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández (aun cuando se le desprestigia), y a Hernán Bermúdez Requena, ex secretario de Seguridad Pública del tabasqueño, quien enfrenta una orden de aprehensión por delincuencia organizada, secuestros, asesinatos, robo de combustible y otros delitos, pero ahora se aduce que Adán no sabía las actividades de su ex funcionario pese a que lo tuvo en su gobierno y lo exhibía como el mejor policía. Ya lo dijo la acelerada y lenguarica dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde hace dos años, refiriéndose a Calderón y García Luna: defienden a Calderón con el argumento de que no conocía las actividades de García Luna, y si esto fuera cierto, como Presidente de México demostraría haber sido un Presidente desinformado o en otra caso, cómplice, pero ahora que le toca a Adán a Augusto y Bermúdez Requena, guarda sepulcral silencio, y dice que se está investigando, y al igual que Ramiro López Obrador, secretario de Gobierno de Tabasco, responden: no somos iguales, y los memes no se hacen esperar: por supuesto que no son iguales, resultaron ser peores.
YA ARROPADO por la Presidenta Claudia Sheinbaum que prefiere el desprestigio personal que ejercer justicia; negar lo innegable para evitar daños a MoReNa de cara al 2027, y cuidar que a AMLO no se le toque ni con el pétalo de una rosa, Adán Augusto López Hernández se presentó en la sesión del Consejo Nacional de Morena, y por primera vez de viva voz desde que estalló el escándalo, reiteró que ya presentó su opinión sobre el caso Hernán Bermúdez Requena, su ex secretario de Seguridad Pública de Tabasco, señalado por presuntos vínculos con el grupo delictivo La Barredora, y con cinismo defendió que al inicio de su gestión como gobernador de Tabasco, recibió una administración que venía de ser encabezada por el PRD y que estaba en primer lugar en secuestros, pero no reconoció los graves delitos que sometieron a ese Estado al tener luz verde el grupo criminal la Barredora, protegida por Bermúdez Requena. A su llegada a la sesión del Consejo morenista, al que acudió la plana mayor del partido guinda, incluidos gobernadores, senadores, diputados federales e integrantes del Consejo, López Hernández señaló: “Yo lo que tenía que decir, ya lo informé y espero que las autoridades hagan su trabajo, sus investigaciones”. Lo hizo a toda prisa, sin detenerse a responder las preguntas, al momento en que bajó de su automóvil en un hotel de Paseo de la Reforma donde se organizó.
Y LUEGO salió con las frases trilladas con las que los adoctrino López Obrador: “Hay mucha politiquería en todo esto. Ya debe conocer las cifras de cómo se realiza posiblemente el delito. Durante los dos años y ocho meses que estuve ejerciendo el cambio de gobernador, a principios del 2019, Tabasco era el primer lugar en secuestro”, y acto seguido quiso aclarar su ausencia de foros políticos, la que terminó cuando Claudia Sheinbaum lo invito a decir su verdad: “No me desaparecí, simple y sencillamente estaba trabajando”, y acto seguido consideró que es un momento de cerrar filas en torno a la presidenta, en torno al gobierno (pero ¿cerrar filas porque o contra quien?). Lo que llamó la atención es que los Gobernadores del partido guinda evitaron dar declaraciones sobre el tema, y aseguraron que no les corresponde pronunciarse.
SE ESTARIA confirmando entonces que el hecho de revivir el caso Hernán Bermúdez Requena, no es otra cosa que poner un alto –desde la cúpula del poder- a los afanes sucesorios futuristas de Adán Augusto López, como en su momento lo harán contra el zacatecano, Ricardo Monreal Ávila y todo aquel que se mueva antes de tiempo, pues gente cercana a Sheinbaum asegura que en la sucesión del 2030 no habrá buena sino bueno, y que este podría ser el actual Secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, quien brincaría del cargo que ejerce a la Secretaria de Gobernación para darle el cariz político que necesita, y de ahí a la candidatura presidencial en el 2030. Omar es el servidor leal, el Claudia Sheinbaum de López Obrador, y en sus manos el País se convertiría en otro Nayib Armando Bukele Ortez (para los cuates Nayib Bukele), y ojala fuera cierto para pacificar, de una vez por todas al País. Por lo pronto, hay que meter orden en el morenismo y esperar que Dios lo cuide y nada le suceda, y ver los cambios que se avecinan en el 2027. OPINA carjesus30@hotmail.com
