Cartas a la redacción:
Por la mañana, un abogado se puso muy mal, recibió atención médica de la doctora del Tribunal. El señor se veía pálido y desvanecido en la silla. No supieron cómo actuar, ni la doctora, ni los oficiales. Llamaron a la ambulancia que jamás llegó, tenía más de 200 de glucosa, ningún superior del TCA estuvo atento, algunos del personal y la secretaria de Acuerdos estuvieron moviéndose para solucionar tal situación. Llegó el hijo del señor al cual le avisaron, sin embargo, el abogado falleció llegando a la clínica. El TCA no está preparado para este tipo de urgencias, en la enfermería han sido ya varios abogados, quienes se han sentido mal y no saben cómo atenderlos.
Hoy es el Informe de la magistrada presidenta del Tribunal de Conciliación y Arbitraje, el cual, hablará sobre el trabajo que ni siquiera ella misma tiene idea. La magistrada Itzel Castro Castillo es sólo la imagen, siendo el Licenciado Alejandro Dávila Vera el que maneja todo, aunque a ella no le parezca, ese fue el trato desde un comienzo. Alejandro Dávila Vera e Itzel Castro son personas muy groseras, despectivas y se sienten superiores a todos los que conforman dicho tribunal, humillándolos, en vez de hacer su trabajo como debería.
No tienen ni medicamentos ni lo que se necesita en la enfermería para una emergencia, mucho menos alguna silla de ruedas.
La magistrada debe poner orden, ella sólo es la imagen, no reconoce a todo el personal y ella se pasea como pavoreal sin atender situaciones internas, mismas, son de mayor importancia. Cuando no tiene ni idea de lo que es estar como presidenta, cree que estar todo el día en su oficina, con eso aparenta trabajar, criticando a sus antecesores cuando fueron sus “jefes” y fue apoyada por ellos. Pero ella vive y vivirá siendo solo la imagen y sombra de Alejandro Dávila, el corrupto que todos conocemos.