Fotografías en poder del columnista dan testimonio de que por encima de la división de Poderes, de la obligada distancia que debieran guardar los titulares del Ejecutivo y del Judicial para evitar conflictos de intereses, en Veracruz por encima de eso está la amistad.
El lunes pasado, 29 de mayo, como lo ameritaba la ocasión, en su residencia particular la magistrada Ailett García Cayetano, presuntamente emparentada con el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, celebró su cumpleaños con una cena.
Ahí estuvieron departiendo, como los grandes cuates que seguramente son, el propio gobernador y la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Lizbeth Aurelia Jiménez Aguirre, quien también anda de dama de compañía del secretario de Gobierno Eric Cisneros.
Por supuesto, había otros magistrados y otros invitados. Pero seguramente esos convivios en nada influyen para que la togada falte a su autonomía a la hora de tomar decisiones y no haga caso ni siquiera a alguna insinuación que le quieran hacer.
Me dio gusto verlos divertirse mejor incluso que como Dios manda, pues la austeridad republicana y la pobreza franciscana es solo para los pobres. Qué bueno que la hayan pasado bien.
Las fotos me dejaron pensando si acaso por eso el gobernador y los suyos, en cambio, fueron a desearle lo peor a la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, paseándole frente a su oficina unos ataúdes con su foto y su figura, porque mantiene en alto y hace respetar su investidura, hace valer su autonomía y por encima de la amistad pone la división de Poderes.
Domingo crucial, para el futuro del país
Este fin de semana llegamos a la víspera de un domingo crucial para la vida pública del país por las elecciones en los estados de Coahuila y, en especial, del Estado de México.
Por donde quiera que se le vea y sea cual sea el resultado de la jornada, será histórica y decisiva sobre el rumbo que puede tomar el país de aquí al 2 de junio de 2024 cuando se elegirá al nuevo presidente.
Pero primero es el 1 y luego el 2. Primero lo primero. Lo que suceda bien se podrá tomar como un ensayo de lo que puede o habrá de pasar el próximo año.
Porque sin duda se trata de una elección de Estado, se esperaría que Morena no solo ganara, sino que arrasara en forma abrumadora. Eso será lo normal, si sucede.
Si se atiene uno a las encuestas, Morena y sus satélites deberán ganar las elecciones en el Estado de México y la alianza opositora en Coahuila. De acuerdo a las mediciones, es más posible que suceda lo segundo.
Tan será decisiva para perfilar el futuro la elección en el Estado de México que el gobierno federal y todos los gobiernos de los estados morenistas se volcaron en apoyos y recursos a la candidata guinda.
En forma abierta los morenistas han violado la ley electoral, atenidos, como están, a que tienen el poder y a que creen que lo seguirán teniendo y entonces podrán gozar de total impunidad.
La oposición, conformada en una alianza, ha hecho lo que ha podido, con la desventaja de que no tiene los recursos económicos, materiales y políticos que la candidata oficial.
El claro ejemplo del apoyo con recursos públicos para la candidata guinda lo dio el gobierno de Veracruz con el activismo de sus funcionarios en aquel estado, con el uso de vehículos oficiales, con la propaganda de casa en casa parte de la guerra sucia contra la oposición.
Pero soy de los que no da por hecho ya el triunfo morenista, aunque hará uso de todas las trampas que tanto criticó al PRI. Sé que maniobraron para registrar en su padrón electoral a muchos veracruzanos de la huasteca, quienes por eso podrán votar el domingo allá.
Si Morena arrasa, entonces cabrá esperar que van a llegar muy fuertes y fortalecidos a la elección dentro de 12 meses y que prácticamente asegurarán el triunfo presidencial, sea quien sea su candidato.
Pensar en un triunfo de la oposición el domingo lo veo complicado, pero no imposible. Pero en el supuesto de que perdiera por poca diferencia de votos, entonces López no podrá dormir tranquilo porque sabrá que los mexicanos que no están de acuerdo con él luchan y se aferran para que no se haga del poder absoluto.
Por lo pronto, esperemos una jornada pacífica, civilizada, en orden. Sí Morena arrasa, para quienes no estamos de acuerdo con tantas violaciones a la ley, con tantos atropellos a la ciudadanía, con tanta violencia, con tanta impunidad, con tanto intento de destrucción de las instituciones, con tanta opacidad para que no se conozca el uso de los recursos públicos, con tanta corrupción, deberá ser motivo para no bajar la guardia y seguir luchando por lograr el México que esperábamos y que no llegó.
La lección de Coahuila
En el norte se espera el triunfo de la “Alianza Ciudadana por la Seguridad” (PRI-PAN-PRD) que, igual, se enfrenta a Morena y su gobierno.
En esa entidad, aun antes de la elección, los coahuilenses ya viven una primera victoria: la de la congruencia y la dignidad, y las dirigencias nacionales del PVEM y del PT una vergonzosa entrega al gobierno y una gran traición a los ciudadanos que confiaban en sus siglas y en sus candidatos.
Mostrando lo que son, unos negociantes de la política, unos vividores de los recursos públicos a cambio de su lambisconería, de su abyección, de su lacayismo, de su servilismo, de su vileza, de su repugnancia y su ser rastreros, al final dejaron solos a sus candidatos y se vendieron al gobierno para sumarse a la candidatura de Morena.
Pero tanto Ricardo Mejía como Lenin Pérez, uno del PT y el otro del PVEM, en una actitud que los enaltece se rebelaron y decidieron seguir adelante con sus candidaturas, prácticamente ya ciudadanas. No van a ganar la elección, pero han ganado ya un lugar en la historia de su estado como políticos dignos, comprometidos con su causa y merecedores de todo respeto.
Y ahora en forma totalmente desvergonzada, el “dirigente” nacional del Partido Verde, Manuel Velasco Coello, se convirtió en aspirante presidencial en alianza con Morena. Eso era todo lo que perseguía: que le abrieran un espacio para continuar medrando con los recursos públicos.
No tiene ninguna posibilidad de ganar, y eso bien lo sabe, pero va por un hueso, por una chichi para seguir mamando del dinero que es de todos los mexicanos. No merece más que el repudio ciudadano junto con sus achichincles que, igual que él, van en busca de un lugar donde seguir viviendo sin trabajar a costa de los recursos públicos.
El Verde en Veracruz se encaminaría a lo mismo que hizo en Coahuila
En el caso de Veracruz, he leído por ahí que el señor Alberto Silva quiere ser o se proyecta como candidato a la gubernatura de ese desprestigiado “partido”. Igual, no tiene ninguna posibilidad de ganar, además porque si se decide le pesará su pasado con el grupo político priista que más daño le ha causado a Veracruz en su historia, pero, me imagino, se va a inscribir o va a hacer todo el intento por ser candidato precisamente para negociar con el gobierno. No se llenan.
En su oportunidad publiqué en este espacio que siendo coordinador de Comunicación Social, un día me llamó el director de Prensa para avisarme que ya me había enviado el material, la información, que yo ya sabía.
Extrañado, le pregunté de qué material o información me hablaba. “A mí me dijo Alberto que te lo hiciera llegar, que tú ya sabes, que es parte de tu compromiso por los 100 mil pesos mensuales que te está dando”.
Me fui para atrás. Dada mi relación amistosa con mi interlocutor le pregunté si me lo decía en serio, si no me estaba jugando una broma. Me aseguró que era la instrucción que le habían dado y lo que le habían dicho.
Nunca dudé que seguramente el señor Silva o algún cómplice suyo estaba cobrando ese dinero (robándoselo) utilizando mi nombre. Pues resulta que ahora se promueve ya para algún cargo político (he visto su publicidad en Facebook) o para ser candidato y en la víspera de las elecciones declinar a favor del abanderado de Morena y cobrar bien a cambio, ya sea en efectivo o con un cargo.
Coahuila, pues, nos ha dejado ya algunas lecciones y también algunas cosas que podemos esperar, algunas para bien, otras para mal. Vamos a estar atentos el domingo.
Dejan en prisión a cafetaleros y a exalcaldesa
Pues no. Se amachan. Pese a la declaración pública del gobernador de que se trata de un delito menor, su gobierno decidió ratificar la orden de imponer un año de prisión preventiva a los cafetaleros y a la exalcaldesa Viridiana Bretón detenidos hace una semana.
Seguramente van a intentar hacerles lo mismo que a los otros detenidos políticos: mantenerlos retenidos el mayor tiempo posible como venganza porque apoyan la aspiración de Sergio Gutiérrez Luna a la gubernatura, y colateralmente de Adán Augusto López a la presidencia.
El presunto delito da para que lleven en libertad bajo fianza el proceso por la acusación que les hacen. Es Veracruz no es un secreto que la violación a la ley por parte de las autoridades es una práctica común.
Habrá que esperar las consecuencias políticas.