Una vez más, línea falaz, autoría de Edgar Hernández, se lanza en contra del Senador Dante
Delgado, no sólo eso, ardido porque no le echan ni un lazo, suelta su veneno atreviéndose
a mencionar calumniosamente el apoyo de su familia, sin dar la menor evidencia, algo que
no haría teniendo de frente a alguno de sus integrantes, su honorabilidad no está a
discusión y mucho menos en duda ante cualquier instancia legal, su actitud es irresponsable
y cobarde.
No es la primera vez que desmienten una columna de célebre calumniador, además, premio
nacional de periodismo, mención asignada mediante influencias y favores al poder, sabe
cómo y porque.
Tuve el gusto de tratar a Don Fernando Gutiérrez Barrios, a quien conocí en Orizaba en la
casa de mi gran amigo, el finado Don Alberto Morales Espinoza, su cuñado a quien guardaba
enorme cariño, en otras ocasiones lo acompañé a visitarlo en sus oficinas y, otras tantas,
tuve la fortuna de coincidir con el célebre Don Fernando, en casa de Tito, como le llamaban
sus amigos a Don Alberto en la Ciudad de México. A Dante Delgado lo trate personalmente
en 1990, en sus oficinas de Palacio de Gobierno en Xalapa, por invitación de su querido
amigo Don Alberto Morales.
En un sinnúmero de conversaciones que atestigüe, pude constatar que tanto Don Alberto,
como Don Fernando, tenían a Dante Delgado, como político y funcionario público, en un
concepto extraordinario, pero lo más relevante era que entre los tres había una amistad
verdadera, a prueba de cualquier envidia y odio. No es verdad que en esa relación de
fraternal amistad hubiera habido capítulos de vergüenza y agravio.
Lo escrito por la pluma de Edgar es una verdadera infamia, no es la primera vez que lo
desmienten, es su estilo pegar con estridencia para ver que cae, tan nada es cierto de lo
que escribe, que Dante Delgado fue el gobernador sustituto de su gran amigo, porque
gozaba de toda su confianza y aprecio, me consta, si hubiera una pizca de verdad en todas
las barbaridades que escribe, tengan por seguro que un personaje como Don Fernando, tan
determinante y enérgico, jamás hubiera dado su confianza y su recomendación, su propio
texto injurioso se contradice cuando dice cosas contrarias a lo que ocurrió.
Miembro fundador de Convergencia por la Democracia, viví de cerca, en primera fila, la
elección para Presidente de la República y Senadores, cuando por azares del destino estos
dos grandes amigos fueron contrincantes. Nunca escuche, absolutamente de nadie, una
expresión negativa de Don Fernando, nunca lo permitiría Dante Delgado, un hombre
respetuoso, Estadista valiente que todo dice de frente siempre con conceptos políticos, sin
denigrar, ni ofender. Lo más que se diría es que Fidel Herrera, por el gran prestigio de Don
Fernando, se montaba en sus valencianas para lograr la senaduría, no mentían, así fue.
Casualmente, hoy que viene a Veracruz para defender la integridad y los derechos de
ciudadanos agraviados por el abuso de poder, reactivan la pluma miserable. Cuando la
decadencia llega a la vida de un hombre, sus palabras se cargan de mentiras e inmundicia,
no le importa el descrédito, se resignan a ser objeto de ruindad, así van vociferando, la
calumnia como instrumento que venden al mejor postor.