A manera de… Editorial
LA “CHABELITA” Y ADRIANA, PARA VERGÜENZAS
Veracruz en algún tiempo pretérito se distinguió por ser asiento de una de las mejores y más prestigiadas Facultades de Derecho en América; la Facultad d Derecho de la Universidad Veracruzana fue el templo del conocimiento donde vertían su sapiencia ilustres jurisconsultos veracruzanos, a quienes no me atreveré a enumerar en este comentario por que daría pauta a otros universos que nos alejarían del objetivo original.
Y tal introducción viene al caso, analizando que Doña Isabel Inés Romero Cruz, por su edad debió ser alumna de la antes nombrada Facultad, y alumna de las lumbreras que formaron generaciones de abogados allá por los años setentas.
Maestros que hoy, reprocharían a esta alumna, el desprestigio para tan excelsa profesión al violar el estado de derecho desde la más alta posición dentro del Poder Judicial del Estado de Veracruz.
La Magistrada Presidente del Tribunal Superior de Justicia Doña Isabel Inés Romero Cruz, ha pisoteado su Título de Licenciada en Derecho y al Tribunal Superior de Justicia, y no hare énfasis a que también enloda su investidura, pues tanto el nombramiento como magistrada y después como Presidente del T.S. J. son harto cuestionadas.
Dejarse ofender, menospreciar y denostar por el Gobernador del Estado, tal vez no lo tome a mal para su persona, pero no dimensiona que esos arranques de enojo que ha tenido el gobernante y ha espetado a la Presidente del Tribunal Superior de Justicia, automáticamente se transmiten a todo el Poder Judicial, a los letrados en Derecho y a la sociedad en su conjunto que aún confía en la impartición de justicia, pero cuando se es servil y gaznápiro como la famosa “Chabelita” eso no tiene la menor importancia, el chiste es servir al patrón.
Y caso aparte, es la flamante presidente de la mesa directiva del congreso del estado, que en su reducido currículo presume, para vergüenza de tan prestigiada Institución, ser egresada de la carrera de Derecho de la Universidad Cristóbal Colon; obvio es que no se pueden pedir preas al olmo, pero ya que la representante popular (muy popular) se llena la boca al manifestar a los medios de información lo que a continuación transcribo:
“… Ante esto la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso de Veracruz, Adriana Linares Capitanachi, asegura que no habrá reinstalación de los magistrados con amparos en contra de la remoción dictada por el Congreso del estado hasta que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emita su resolución. “Es un proceso en el que muchas veces se leen encabezados, pero no se estudia el trasfondo de lo que es jurídicamente pertinente hacer. Tenemos que respetar esos tiempos, (los magistrados) se fueron a otras instancias y nosotros estamos esperando a que la Suprema Corte dé su resolución y se tendrá que acatar lo que con derecho corresponda”. La diputada insistió en que esperarán a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para determinar lo procedente, por lo que debido al tiempo que le resta a la actual Legislatura es posible que le toque a la siguiente…”
Lo que la presidente de la mesa directiva del congreso del estado desconoce, es que la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ya se pronunció al respecto, obviamente en favor de los impetrantes del Amparo y Protección de la Justicia de la Unión.
Y que la orden tajante del Segundo Tribunal Colegiado en materia Administrativa del Séptimo Circuito que instruye al Juez Décimo Octavo de Distrito de dar vista la Ministerio Publico de la Federación para que actúe en consecuencia por la violación al Artículo 209 de la Ley de Amparo que en la parte que interesa dice: “… con el apercibimiento que de no hacerlo será denunciada al Ministerio Público de la Federación por el delito que, según el caso, establecen las fracciones III y IV del artículo 262 de esta Ley…”
Y pues tal notificación le fue echa a la actual presidente de esta mesa directiva aun en funciones, y no a la siguiente, coma de forma tan peregrina quiere escurrir el bulto.
Que lástima por estas personas que se ostentan como Licenciadas en Derecho.
El brazo de la ley es lento, pero seguro.