“Hay mentiras que alcanzan tan alto grado
de verosimilitud que a veces es preferible no mentir”.
Carlos Drummond de Andrade.
De acuerdo, no somos números, datos, estadística, pero de que afuera y adentro nos estamos muriendo, ni quien lo dude, ya sea por los “bichos”, enfermedades varias, muerte natural, muerte por la violencia, el desenfreno y descomposición social, desapariciones, suicidios y un chingo de etc., hasta aseguran que ahora sí los marcianos llegaron ya, como dice la canción, lo que me recordó la pregunta irónica de Ramón Gómez de la Serna: ¿Y si las hormigas fuesen ya los marcianos establecidos en la tierra?
De cualquier modo, hay que seguir usando tapabocas o cubrebocas, guardar la sana distancia y quedarse en casa, si tienen la tienen, comer sano, quienes puedan, porque bien es sabido que hay millones de coterráneos que no tienen ni pa’ la tortilla con sal del día. La pobreza aumenta, esa pandemia que padecemos desde hace un tiempecito en el mundo y en México, vaya que los ricos más ricos, y los pobres más jodidos. Entristece y encabrona, sobre todo por aquellos que se aprovechan de las circunstancias. En fin, ciertos políticos y autoridades deberían ponerse cubrependejadas (quizás mejor bozal) para que ya no digan tantas…, y vayan mejor pensándole, accionando en serio y controlar, “desterrar a los bichos” que algunos hacen más daño que el coronavirus.
Bien lo dijo Carlos Drummond de Andrade, los métodos modernos de negocio harán obsoleta la antropofagia. Y ya que mencioné “bozal”, Ramón Gómez de la Serna escribió la greguería siguiente: “Lo más terrible del perro con bozal es que no puede bostezar”.
Así anda el mundo, sin brújula. Unos dicen que ya nos llevó la chingada; otros que sí saldremos de esta; los hay que pos ahí se verá. La feria de la vida sigue; depende a lo que le apuestes, con cuánto y… Pos nos podemos arreglar, se carcajea la muerte.
Ya sabemos que las recetas para salvar el mundo son bien recibidas por un mundo, que en absoluto las cumple, dijera Carlos Drummond de Andrade, quien también afirmó que nadie está preparado para morir, pero esto no implica ninguna diferencia; uno se muere de todas maneras.
Cuando al escritor holandés Cees Nooteboom se le preguntó “¿Cree que tenemos que cambiar la forma de vivir, las prisas, el amontonamiento?”, contestó: “Somos incurables, habrá la misma prisa, estamos viendo que hay gente que no tiene capacidad de reflexionar sobre lo que ha pasado. Soy cínico porque creo que los hombres son incurables”. (elpais.com, 29/04/20).
Ustedes dirán.
Los días y los temas
Confinado, casi finado, alargado, tirado, adormilado, cansado, dándome ánimos para continuar; dándoles ánimos a mis seres queridos o no; checando, pensando, reflexionando, creando y etc., ahí cada quien hace lo que puede y les permiten, me encontré una selección de Greguerías de Ramón Gómez de la Serna, de la cual les comparto algunas, para alivianarse de la cuarentena. En la próxima les comparto más.
Cuídense mis fans.
De cinismo y anexas
Greguerías:
*La inmortalidad del cangrejo consiste en andar hacia atrás, rejuveneciéndose hacia el pasado.
*La jirafa es un caballo alargado por la curiosidad.
*El más pequeño ferrocarril del mundo es la oruga.
* Las moscas son los únicos animales que leen el periódico.
*Al oír la sirena parece que el barco se suena la nariz.
*Los ojos de las estatuas lloran su inmortalidad.
*Lo peor del golpe en la cabeza es la burla del chichón.
*Son más largas las calles de noche que de día.
*El que se ahorca espera que se rompa la cuerda, pero son tan malvadas las cuerdas que nunca se rompen en esa ocasión.
*Meteorología: mentirología.
*Los recuerdos encogen como las camisetas.
*La felicidad consiste en ser un desgraciado que se sienta feliz.
*Mientras nos bañamos se nos ahogan algunos recuerdos.
Ahí se ven.