“Sin libertad de pensamiento, la libertad de expresión no sirve de nada.” (José Luis Sampedro).
¿Y dónde está el piloto?… No, no, no, nada de eso, aunque parece que estamos en automático, yéndonos sin rumbo quién sabe hacia a dónde. Mejor, ¿dónde está la empatía?, ¿dónde la tolerancia?, ¿dónde la justicia?, ¿dónde la amistad?, ¿dónde el amor genuino?, ¿dónde nosotros mismos? ¿Cómo sabes si la Tierra no es más que el infierno de otro planeta?, interroga Aldous Huxley, y no está lejos de la realidad, sobre todo ahora que la ciencia avanza, pero la humanidad se estanca o retrocede, como que estamos ciegos, sordos y mudos, por decir lo menos. Acordémonos lo que dijo François Mauriac: de nada sirve al hombre ganar la Luna si ha de perder la Tierra. Ahora sería el infinito y más allá.
El pasado cinco de junio fue el Día Mundial del Medio Ambiente. Ajá, ¿y cuál fue la diferencia respecto a los años anteriores? Estamos como los cangrejos. La ONU afirma que “la Tierra se enfrenta a una triple emergencia planetaria: el clima se calienta a un ritmo demasiado rápido para que las personas y la naturaleza se adapten; la pérdida de hábitat y otras presiones sobre la naturaleza han conllevado a que aproximadamente 1 millón de especies estén en peligro de extinción; y la contaminación continúa envenenando nuestro aire, tierra y agua.” No pos sí.
Asómese tantito y verá cómo anda el mundo. Despierte y se dará cuenta que estamos peor que ayer y el mañana no promete más que pesares. ¿Será porque la vida no vale nada? ¿O porque nos vale madre la vida? La ONU insiste en que la vida sostenible sea nuestra primera opción. ¿Qué es eso? ¿Cómo se come? : “La sostenibilidad puede aplicarse a múltiples aspectos. Desde la energía, los sistemas de protección de la biodiversidad, el comercio mundial o el transporte, pasando por cómo vivimos en nuestras ciudades, cómo y dónde se invierte nuestro dinero, nuestros sistemas alimentarios y hasta lo que hacemos para divertirnos.” Eso, eso, eso: a la chingada todo, a divertirnos, al costo que sea, total, de algo nos vamos a morir. Eso se llama egoísmo con condimentos de avaricias y etc., porque primero lo primero: “yo”. Las generaciones futuras verán qué chingaos hacen.
El Papa Francisco expresó hace unos días: “Y mientras la furia de la destrucción y la muerte arrecia y la confrontación se recrudece, alimentando una escalada cada vez más peligrosa para todos, renuevo mi llamamiento a los líderes de las naciones: ¡no lleven a la humanidad a la ruina, por favor! No lleven a la humanidad a la ruina”. Ruin humanidad. ¿Así o con manzanitas? ¿Manzanitas contaminadas?
Los días y los temas
Abro un paréntesis: (el próximo lunes 13 de junio del presente, mi estimado amigo, el fotoperiodista y escritor Julio Méndez Vallejo presenta su libro La delgada línea, a las 13:00 horas, en el Auditorio Sebastián Lerdo de Tejada del Palacio Legislativo, aquí mismito en Xalapa, ubicado en la Av. Encanto s/n. esq. Av. Lázaro Cárdenas. Invitados están; no se lo pierdan.). Cierro el paréntesis.
El pasado 27 de mayo, Joan Manuel Serrat recibió el reconocimiento Doctor Honoris Causa por la Universidad de Costa Rica. En su discurso expresó: “En los últimos años, ha sido extraordinario el crecimiento tecnológico y científico que hemos experimentado. Pero también ha sido muy grande la pérdida de los valores morales de nuestra sociedad. Se han producido daños terribles a la naturaleza, muchos de ellos irreparables. Y es vergonzosa la corrupción que desde el poder se ha filtrado a toda la sociedad. Más que una crisis económica, diría que estamos atravesando una crisis de modelo de vida. Y, sin embargo, sorprende el conformismo con el que parte de la sociedad lo contempla, como si se tratara de una pesadilla de la que tarde o temprano despertaremos. Espectadores y víctimas parecemos esperar que nos salven aquellos mismos que nos han llevado hasta aquí.” ¡Madres!
Luego agrega: “Mientras tanto, que los músicos no paren de hacer sonar sus instrumentos y que los poetas no dejen de alzar la voz. Que los gritos de la angustia no nos vuelvan sordos y que lo cotidiano no se convierta en normalidad capaz de volver de piedra a nuestros corazones.” Elemental, mi querido Watson.
De cinismo y anexas
La escritora Cristina Rivera Garza escribió: “Los gobiernos del pasado y los actuales han sido indiferentes e indolentes ante las muertes y desapariciones de miles de mujeres en México”.
Ahí les dejo la tarea.