Nunca antes tuvo más razón Voltaire al afirmar aquello de que había que “defender con la muerte” el derecho a decir las cosas aunque no se esté de acuerdo con ellas.
En esta víspera del Día de la Libertad de Expresión, de nuevo, nos toca poner a los muertos:
Primer lugar en el mundo en asesinato a periodistas ¡Le ganamos a Ucrania! Primer lugar para ejercer el periodismo. Primer lugar en agresiones, descalificaciones e insultos a los representantes de los medios, y primer lugar en impunidad al pretender esclarecer los crímenes de odio contra los comunicadores fabricando culpables.
Comprobado está que no somos iguales.
Somos solo un objetivo de exterminio para cumplir con el capricho de imponer una dictadura, maquillada de una izquierda revolucionaria, llevando como brazo armado, no al ejército, ni a la Guardia Nacional, menos a la Armada de México, sí al crimen organizado que, comprobado está, cogobierna con López Obrador.
Así lo comprueba la cascada de evidencias, dichos, afirmaciones y la documentación que avala la alianza Gobierno-Cartel de Sinaloa.
Los deslices de la DEA sobre las aportaciones millonarias de “El Chapo” a las campañas electorales de Morena, el mea culpa del propio López Obrador –“No me gusta decirle El Chapo, Joaquín Guzmán ¡Ofrezco disculpa!”; el “No se pierde nada con saludar a la mamá el Chapo”, y “lo de Ovidio, cuya liberación fue para evitar una masacre de cientos de personas”.
O esa inolvidable perla del no pasa nada “los sicarios uniformados en Sinaloa no son problema, también los hay en Jalisco”.
Hoy, luego de la jornada electoral del domingo en la que sienta sus reales el crimen organizado en al menos dos plazas, Quintana Roo y Tamaulipas, queda a claro quienes son los que organizan los comicios, quienes lleva a los votantes, les da su dinero y los amenaza si no cumplen.
El binomio Gobierno-Cartel, tiene el control total.
Por eso se ganan las elecciones; por eso el control territorial; por ello se asesina a la disidencia, por eso el extermino de la prensa.
En la víspera del Día de la Libertad de Expresión necio resulta recordar que desde que López Obrador llegó al poder se han contabilizado mil 945 agresiones contra la prensa en el país, que tan solo en lo que va del año han muerto 37 periodistas y que Veracruz va a la cabeza de asesinatos con 9 caídos y una fábrica de culpables que no tiene madre.
Sin embargo, nuevos tiempos habrán de llegar a nuestra abollada democracia en donde hay dos tipos de muertes: o te matan a sangre y fuego o te matan de hambre.
A las dos alternativas la prensa libre habrá de sobrevivir.
Pd.- En términos personales, en está víspera en donde las organizaciones periodistas se reúnen para reconocerse entre sí, vale el agradecimiento al “Club de Periodistas de México A.C. Delegación Veracruz”, quien honra y premia a la emisión del programa “Línea Caliente”, que se trasmite en redes sociales con la “Presea de la Libertad de Expresión” que va acompañada de una medalla y un pergamino alusivo.
Los periodistas Claudia Guerrero, Armando Ortiz y quien esto escribe serán galardonados en una entrega de reconocimientos nacionales más que con sabor a nostalgia con un señalado olor a muerte.
Es por ello que poco alienta a este columnista haber servido 52 años en el periodismo; haber recibido cuatro premios nacionales, dos internacionales, 2 medallas, el “Micrófono de Oro”, la “Orden Rubén Darío” y estímulos de tres presidentes por las “aportaciones a la lucha por la democracia”, para que al final del camino nos encontremos con la dictadura perfecta del Peje.
Tiempo al tiempo.
Premio Nacional de Periodismo