En la segunda quincena del mes pasado estuvo a debate, lo que me pareció saludable para la vida pública de Veracruz, el tema de la deuda del gobierno.
En su papel como oposición, Movimiento Ciudadano (MC), a través de su dirigente estatal Sergio Gil Rullán, detonó la polémica.
Resultó saludable porque el Gobierno del Estado se vio obligado a responder más que nada para evadir la responsabilidad como el causante y no para negar que existe.
En forma responsable, el secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, quien mejor conoce del asunto, dio una explicación con detalles de cuál es la situación.
Gil Rullán comparó a Cuitláhuac con Duarte
El 19 de julio Gil Rullán comparó al gobernador Cuitláhuac García Jiménez con Javier Duarte de Ochoa: “es el nuevo Duarte de Veracruz”, expuso y denunció que la deuda pública era ya de 47 mil millones de pesos.
Contrario a como había venido reaccionando ante otros señalamientos, esta vez lo tomó con buen humor: “Respeto, pero no le voy a entrar, nada más que respeten. Cómo es eso de compararme con Duarte. Eso no se vale. Que no ofendan, no manchen, eso de compararme con Duarte yo no me llevo así. No me voy a subir al ring, no se manchen, no hagan esas comparaciones”. Ofreció que Lima Franco saldría a hacerle el quite, lo que así sucedió.
Deuda, de las más grandes del país, pero en semáforo verde en Hacienda
En las ediciones del lunes 25 de julio tanto en El Financiero como en El Economista, los dos medios especializados en finanzas del país, en declaraciones el secretario de Finanzas dejó en claro lo siguiente:
– Deuda la hay y no solo eso, sino que “es cierto que es de las más grandes del país”, aunque “hoy en día está en semáforo verde por parte de la Secretaría de Hacienda, lo que significa que es sostenible y que no es un problema para el estado”.
– En 2018, cuando inició la actual administración, la deuda era de 59 mil 654 millones de pesos (mdp) (en un video aparte explicó que de esa suma 44,354 mdp eran de deuda bancaria y el resto de deuda al SAT, al ISSSTE, a la UV y otros). Tres años después, al cierre de 2021, o sea, a diciembre pasado, había bajado a 53 mil 353 mdp.
– En lenguaje técnico, “en el balance” se ha reducido en 6 mil 300 mdp.
– Dentro de dos años, en 2024 la actual administración planea dejar una deuda menor a los 59 mil mdp en que la recibieron, “quizás en 55 mil o 56 mil mdp, dentro del balance” y la intención es dejarla lo más baja posible.
Pero aparte hay pasivos que están “fuera del balance”, que son los que se llaman “cuentas de orden”, o sea los que se tiene con proveedores y contratistas, algunos que se vienen arrastrando desde el gobierno de Fidel Herrera Beltrán.
Según Lima Franco, sobre esos pasivos no hay certeza si se les debe o no, lo que genera preocupación, según las calificadoras.
El joven titular de Finanzas declaró que en 2018, cuando asumieron el gobierno, esos pasivos sumaban “cerca” de 27 mil 553 mdp. El monto actual aproximado es de 21 mil 822 millones.
Afirmó que se han reducido 5 mil 730 mdp, básicamente porque estas cuentas se han depurado.
Dijo el economista de Poza Rica: “La preocupación de las calificadoras es que si esto es pasivo, que lo metamos al balance. Hemos estado trabajando en tratar de ir depurando, y lo que sí se deba, tratar de pagarlo”.
O sea, en total en 2018 recibieron una deuda de 87,207 mdp. Según sus cuentas, en total la han reducido en 12,032 mdp, de tal modo que a diciembre pasado se debían en total 75,175 mdp. Argumentó que la reducción se ha debido a la austeridad del gobierno, a la disciplina financiera y a la lucha contra la corrupción.
Con Fidel comenzó el desastre; Duarte lo amplió
No tengo idea cuál fue el propósito real de Gil Rullán de hacer la denuncia sobre la deuda y por qué la hizo en el momento en que la hizo. Creo que mejor hubiera pedido ir al fondo del origen y exigir castigo para los causantes del gigantesco desfalco al erario (la mayoría vive), aunque ciertamente el principal responsable del desastre financiero de Veracruz, Javier Duarte, ya está en la cárcel.
Se cita como referencia que la deuda comenzó en el gobierno del licenciado Miguel Alemán Velasco. Hace casi 15 días, el director del despacho jurídico Alemán Velasco y Asociados, Lorenzo Lazo Margáin, cercanísimo colaborador del entonces gobernador (fue Jefe de la Oficina del Programa de Gobierno, de lujo), en una carta dirigida al columnista José Luis Ortega Vidal le hizo una aclaración por un comentario que publicó.
Le recordó que el Gobierno Federal omitió el pago de participaciones federales de la nómina magisterial del estado, ante lo que el Congreso estatal aprobó la contratación de deuda para hacer frente al compromiso. Trabajé en esa administración y lo que recuerdo es que, por diferencias, el entonces presidente panista Felipe Calderón castigó al gobierno alemanista reteniéndole 3,500 millones de pesos. Hasta el último día de su mandato intentó que le dieran a Veracruz los recursos que le correspondían, pero no lo logró.
La deuda, a lo bestia, comenzó en el gobierno de Fidel Herrera Beltrán. Duarte nunca informó en qué situación había recibido las finanzas, pero un comentario que publicó el 28 de enero de 2011 Fray Bartolomé en su columna “Templo Mayor” del diario Reforma daba una idea. Dijo que, sin mencionarlo por su nombre, Javier pintaba su raya con Fidel al anunciar personalmente el Programa Reducción del Gasto Corriente 2011, que sería de 25 por ciento, lo que permitiría ahorrar a la administración pública estatal 6 mil millones de pesos, con lo que evidenció públicamente “el desastre en las finanzas de Veracruz”.
Fue la entonces presidenta de la Comisión de Hacienda del Congreso local, Karime Aguilera Guzmán (creo que por ahí anda ahora en el morenismo), quien 23 días después de que Fidel había entregado el gobierno le declaró a Regina Martínez que había dejado una deuda de 25 mil millones de pesos (Proceso, 23/12/2010). Aún recuerdo que Duarte enfureció y le ordenó que se retractara públicamente. Pero ya lo había revelado.
El 16 de diciembre de 2016, recién llegado a la gubernatura, Miguel Ángel Yunes Linares declaró a Veracruz en “emergencia financiera”, en “dimensiones que superan todo lo imaginable”: 56 mil millones de pesos, lo que representaba más de la mitad del presupuesto estatal entonces. O sea que Duarte duplicó la deuda y un poco más.
Yunes poco podía hacer en dos años (su objetivo prioritario era empujar la candidatura de su hijo del mismo nombre para que lo sucediera) y hoy sabemos, por lo que reveló Lima Franco, que entregó una deuda por 59 mil 654 millones. En realidad, se dedicó solo a administrarla.
El sucesor heredará deuda por 56 mil mdp
Ahora, el que viene atrás que arree. Quien suceda a Cuitláhuac, lo adelantó ya el secretario de Finanzas, recibirá una deuda de entre 55 y 56 mil millones de pesos, prácticamente lo mismo que recibió Yunes en 2016, equivalente a lo que dejó Duarte.
Creo que irremediablemente la austeridad continuará y que quien venga deberá ser un buen administrador, además de que deberá nombrar a un secretario de Finanzas tan competente como Lima Franco. Es condenable que solo Duarte esté en la cárcel cuando hubo otros cómplices de la crisis financiera que vive Veracruz y no deja de ser triste y preocupante que seamos todos los contribuyentes los que estemos pagando la enorme deuda y sus consecuencias, y que nuestros hijos y nuestros nietos la heredarán y continuarán con esa terrible carga.