* El mayor costo laboral de la epidemia es en Veracruz
* La indolencia y el descuido en medio de todo
Marco Antonio Aguirre Rodríguez
Decir que en Veracruz se ha hecho la peor gestión de la pandemia en México, es acertado.
La situación es tan grave que el mismo subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, en su conferencia diaria sobre la situación del Covid en el país, afirmó que la pandemia en el estado de Veracruz está “en ascenso y dispersión”.
La situación es tan grave que incluso habló por teléfono con el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, en una platica que se presume no fue tan amistosa.
Aquí, en Veracruz, es donde más necesidad existe de equipo, instrumental e insumos médicos, porque los servicios de salud del estado han sido ineficaces para cubrir la necesidad.
La Secretaría de Salud de Veracruz ha tenido más de una compra de productos en los que se nota que favorecen a un proveedor, incluso con sobreprecios.
Hoy existen múltiples testimonios de personal de los servicios de salud en el estado que reclama que no les entregan ni siquiera el equipo de protección necesario para poder trabajar con un mínimo de seguridad.
Puede ser que usted conozca o haya visto casos de personal de salud que se queja de esto.
Bueno, la confirmación de que en Veracruz la epidemia está más fuera de control que en otros puntos del país, fue el anuncio de que se enviaban 130 ventiladores respiratorios a la entidad.
Aquí los hospitales están tan desbordados, que incluso tuvieron que abrir espacios temporales para la atención de los pacientes con Covid, con síntomas leves, fuera de los mismos nosocomios.
Los hospitales -por desgracia- están llenos de personas en situación grave.
Tan malo es lo que ocurre en Veracruz, que a Cuitláhuac García y a su equipo ni siquiera se les ocurrió agradecer el envío.
Vaya, tampoco han dicho para cuándo se espera la llegada de esos equipos ni como se van a distribuir.
Mucho menos han mencionado cómo se va a resolver la insuficiencia de medicamentos e insumos médicos.
Esta epidemia está en ascenso y dispersión en Veracruz. De eso no hay duda
Es el diagnóstico que López Gatell emitió. Y él tiene el pulso de los 32 estados del país.
Por lo pronto, al 14 de julio, son 14 mil 591 casos confirmados y 2 mil 63 defunciones en la entidad.
Y pueden ser más, muchos casos más, porque Veracruz es uno de los estados donde menos se hacen pruebas de Covid-19.
Los casos de “neumonía atípica” (la denominación con la que disfrazan el Covid-19 ante la falta de pruebas) pueden ser más, muchos más, al igual que las defunciones con éste sobrenombre.
En el gobierno de Veracruz, son los místicos del encubrimiento.
EN VERACRUZ, EL MAYOR COSTO LABORAL DE LA EPIDEMIA EN EL PAÍS
Los costos de la pandemia también se pagan en perdida de empleos para la población y en el descenso más que notorio del nivel económico del país.
El periódico El Economista elaboró la medición de cómo la pandemia ha provocado la perdida de empleos en el país y destaca que el número de empleos que se perdieron en Veracruz en el segundo trimestre del año (es decir abril, mayor y junio) es lo correspondiente a 97 meses de creación de nuevos empleos formales e inscritos en el Seguro Social (https://www.eleconomista.com.mx/estados/CDMX-con-la-mayor-merma-laboral-por-Covid-19-Veracruz-el-que-mas-lo-ha-resentido-20200715-0012.html )
Es decir, en Veracruz hay la misma cantidad de empleos formales que hace 8 años.
Se perdieron 50 mil 531 plazas.
En la Ciudad de México es donde mayor disminución de plazas hubo, con 172 mil 236. Pero éste número de fuentes de trabajo corresponden a las que se generaron en 32 meses.
Para la capital del país, la recuperación será mucho más rápida que para Veracruz, aún cuando es mayor el número de empleos perdidos.
El desastre de los 97 meses de creación de empleos que se perdieron, es de tal tamaño que el estado que tiene un mayor daño después de Veracruz es Guerrero, pero ahí el daño es de 4 meses.
En Veracruz la afectación es más del doble.
El problema de Veracruz es que en los últimos gobiernos estatales se ha carecido de una real política de fomento del empleo o tan siquiera de mejora de la economía.
Y eso incluye, obviamente, a la administración estatal de Cuitláhuac García.
Pero lo más grave es que ésta situación puede durar mucho tiempo más, precisamente por esa carencia de política de defensa del empleo y de los ingresos de las familias veracruzanas.
Mientras dure la pandemia se seguirán perdiendo empleos.
Cuando termine la contingencia la pelea será encarnizada entre los estados por jalar inversiones y crear fuentes de ingresos.
Y en eso nuestro gobierno estatal tiene un gran rezago.
O sea que cuando comience la carrera, ya estaremos en desventaja, todo por el mal gobierno que existe ahora.
Los que se consideran los grandes místicos de Veracruz ya demostraron que son bastante
LA INDOLENCIA Y EL DESCUIDO EN MEDIO DE TODO
La mala gestión de la pandemia es producto de la misma indolencia y descuido con el que se lleva el gobierno del estado, esas actitudes repetidas que han hecho que se pierdan recursos para inversión pública y que exista poca confianza en el gobierno local.
Una de las últimas muestras de que éste es el actuar de las autoridades del gobierno del estado es indolente y descuidado, es su “Decreto por el que se Determinan Medidas Temporales de Inmediata Aplicación para Reducir la Aglomeración y Movilidad del 15 al 31 de julio de 2020” por el Covid-19, donde aplicaron restricciones para 38 municipios, pero en un principio se olvidaron de incluir a Veracruz, el municipio con mayor registro de casos de esa enfermedad y defunciones por esa causa.
Sólo se dieron cuenta de su “olvido” después de que en redes sociales y diversos comunicadores reclamaron la omisión.
Finalmente sacaron el número extraordinario 280 de la Gaceta Oficial del estado, sólo para hacer la corrección.
Si se les pasa algo tan visible como el municipio de Veracruz, ¿cuántas cosas más no estarán dejando pasar por la indolencia y el descuido?.
Muchas, muchas más.
Por eso es que en Veracruz se hace la peor gestión de la pandemia en el país.
Y por eso es que hasta las autoridades del gobierno federal lo deben reconocer.