En los recientes cuatro meses, al menos, he caminado intensamente las calles de Xalapa. Tanto las rutas de siempre, por donde es común pasar, como las paralelas o medio escondidas. Lo hago para actualizarme y , queriendo o no, para adherirme los colores, formas, olores y rostros de mi entrañable ciudad. Camino entre una y dos horas, y me falta tiempo, solo detenido por la oscuridad. Camino con y sin rumbo fijo, por zonas, para recordar y conocer. Tengo que confesar que de este ejercicio en sentido amplio concluyo que no conocía a Xalapa, como la palma de mi mano, tal y como suelo manifestar. Es una ciudad grande, amplia, diversa en muchos sentidos, vivaz con todo y Covid. Es posible, una pena, que la mayoría de los xalapeños no conozcamos muchos lugares que, por su singularidad, deberían ser del conocimiento general. Tengo muchas anécdotas que iré contando. Mientras, he ido publicando fotografías y videos; hay un registro de cientos de materiales gráficos a la mano. De esas andanzas doy cuenta de algunas observaciones:
Siendo una ciudad ubicada en zonas altas y accidentadas, resalta las características de sus calles y casas. Somos una ciudad de subidas y bajadas, extremas en algunos casos, de casas construidas tan alto que parecen colgar de los cerros; de escalinatas casi infinitas, de hasta trescientos escalones. El cerro de Macuiltepetl es la referencia más clara para ubicarse desde cualquier punto de la ciudad. Observo un alto porcentaje de urbanización que nos hace una ciudad comunicada y con acceso a los servicios básicos. Somos un municipio verde, con muchos parques y poblados de árboles y flores. Es un rasgo sobresaliente. Junto al verdor, tanque de oxígeno e imagen grata, también se localizan un buen número de áreas recreativas y deportivas de carácter público. Es de las políticas y programas exitosas por su utilidad social. Prevalece la imagen de la Virgen de Guadalupe en estatuas y cuadros, las primeras instaladas en cuartitos con ventanales, los segundos colocados en paredes, todos con flores y luces; en menor medida pero con buena presencia también está la imagen de San Judas Tadeo. Es lamentable que no haya suficientes parques con internet gratuito. En estos tiempos de ausencia en las aulas, la niñez y juventud xalapeñas lo necesitan con urgencia.
En una cohabitan al menos ocho ciudades. Eso es XALAPA: diversa y desigual. Tenemos el centro histórico, cuya antigüedad y belleza se resisten a ser devastadas. Están como testimonio de nuestro origen los barrios antiguos. Tenemos varios fraccionamientos de interés social surgidos de mejores tiempos de justicia social (Infonavit, IPE, Fovissste, etc.). Abundan las colonias populares, las más vivas y pobladas. Hay varias zonas de nivel medio. Son distinguibles fácilmente los fraccionamientos más exclusivos. Todavía sobreviven a la mancha urbana y al olvido algunas Congregaciones. El tipo de ciudad ocho sería la de las zonas marginadas, la mayoría se ubican en terrenos más que accidentados o son producto de invasiones. Tiene que haber un eje que atraviese con sentido de equidad a esas ocho XALAPAS. Esa es la gran tarea social y democrática del Ayuntamiento. Que haya acceso a los mismos servicios y sea homogénea la calidad de vida como colectivo.
Las únicas maneras que veo para darle proyección a nuestro municipio, fortalecerlo, es con la participación ciudadana. Pero tiene que haber mecanismos y reglas claras. Tiene que construirse la confianza, premiarse y protegerse la participación de la gente. Además, es condición indispensable contar con un Ayuntamiento fuerte, autónomo, transparente y comprometido. Sin eso no saldremos de la medianía en todo…
Recadito: voy como candidato ciudadano en alianza con Podemos.