Lanzan vivas a un indigenismo que mantienen marginado

’16/09/2025’
’16/09/2025’
’16/09/2025’
’16/09/2025’
’16/09/2025’
’16/09/2025’

*Lanzan vivas a un indigenismo que mantienen marginado

*Rezago social y pobreza extrema laceran a esa población

*Miles deambulan por las calles en busca de conmiseración

 

BASTA DE simulación. Los pueblos indígenas y afro mexicanos o afroamericanos, los que la noche del Grito de Independencia fueron alabados por todos los Gobiernos Estatales morenistas, de acuerdo a la instrucción que recibieron desde la Presidencia de la República, y que replicó la propia Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, son los que enfrentan los rezagos más significativos en educación, salud y condiciones de vida deplorables, con tasas de analfabetismo muy altas y mayor pobreza que la población no indígena, y de esto no pueden culpar solo al pasado priista o panista que ha gobernado al País, ya que Andrés Manuel López Obrador lo sabía, y no hizo nada por remediarlo. De esa manera, los pueblos y comunidades indígenas llegaron al último tramo de la presidencia de López Obrador sin la tan celebrada reforma en materia de derechos y cultura indígena, porque Morena no quiso legislar en la materia a pesar de haber tenido mayoría entre 2018 y 2021. Pero no solo eso: en los spots de su primer informe de gobierno, AMLO dijo hasta el cansancio que las promesas se cumplen, pero el Presidente Andrés Manuel ordenó recortar 40 por ciento del presupuesto asignado a los pueblos y comunidades indígenas. Históricamente, ellos representan la marginación de este país. Son a los que Guillermo Bonfil Batalla, etnólogo, antropólogo y escritor mexicano denominó como el México Profundo, y fue a ellos a quienes AMLO les hizo la promesa histórica de que serían primero que todos los demás. Por ello fue que, en su ceremonia de toma de protesta, la pública, en el zócalo, los representantes de los pueblos indígenas le otorgaron el bastón de mando y lo ungieron, siendo simbólico e inédito para la historia reciente de México. Por ello extrañó el recorte que si bien se realizó a través de la Cámara de Diputados, ese tipo de decisiones las toma el Presidente. En ese sentido, el recurso del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) bajó 40 por ciento, de 6 mil millones de pesos a 3 mil 500 millones, lo que causó conmoción entre los pueblos originarios que padecen índices de pobreza y marginación hasta tres veces más alto que los que presenta el resto de la población del País.

 

 

 

PERO LA instrucción fue lanzar vivas a los pueblos indígenas y afromexicanos, de los cuales, según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hay en México 39.2 millones de personas que se auto identifican como indígenas, representando aproximadamente el 30 por ciento de la población del país, y 7.4 millones hablan alguna lengua autóctona de 3 años o más, cifra que equivale al 6.1 por ciento de la población en ese rango de edad, según el Censo de Población y Vivienda de 2020, mientras que la población afroamericana o afromexicana, (de la que formó parte Vicente Ramón Guerrero Saldaña, quien se desempeñó como el segundo presidente de México, entre el 1 de abril de 1829 y el 17 de diciembre de 1829, tras caer abatido por la traición de criollos, mestizos y españoles), o al menos los que se identifican como tal, suman 2 millones 576 mil 213 personas que enfrentan una discriminación estructural definida como prejuicios, actitudes y conductas discriminatorias arraigadas en la sociedad. Los afromexicanos se encuentran concentrados principalmente en las regiones de la Costa Chica en Guerrero y Oaxaca, y la zona del Río Papaloapan en Veracruz y zona centro. Estas comunidades han sido históricamente invisibilizadas, sufriendo negación de su existencia, a pesar del reconocimiento constitucional de los pueblos afromexicanos y la presencia de una comunidad significativa en el país. Y aunque las principales concentraciones están en el sur y el golfo de México, la población afrodescendiente está distribuida en todo el territorio mexicano. Lo lamentable es que a pesar del reconocimiento de los pueblos afromexicanos, muy pocas entidades federativas o dependencias gubernamentales incluyen a estas comunidades en las decisiones que les afectan directamente, como lo menciona Conapred.

 

 

 

POR TODAS esas razones, existe una necesidad de saldar la deuda histórica con este sector social, incluida la auténtica población indígena, y no los payazos que se disfrazan en cada ceremonia disque para entregar bastones de mando o realizar limpias a los gobernantes, mediante la generación de políticas y programas integrales que consideren su interculturalidad e intraculturalidad. Y es que la auténtica población indígena se caracteriza por su cultura, celebraciones, lengua, creencias y sistemas tradicionales que les han ido arrebatando. Para variar, el rezago educativo en la población indígena es un problema generalizado, con un 47 por ciento de sus integrantes en esa situación en 2024, según cifras del INEE. En ese año, el 19.2 por ciento de la población indígena de 3 a 17 años en el país presentaba rezago educativo, cifra mayor que la de la población no indígena. Por ello las tasas de analfabetismo son significativamente más altas en la población indígena, con un 19.8 por ciento de los hablantes de alguna lengua autóctona. Por si no fuera suficiente, las brechas de género son notables con las mujeres indígenas y monolingües, mostrando un nivel de asistencia escolar menor que los hombres.

 

 

 

ES LAMENTABLE por ello, que se siga usando a los indígenas para enviar un mensaje al resto de mexicanos de que se atiende a nuestros orígenes, cuando uno de cada cuatro personas indígenas se encuentran en situación de pobreza extrema, una proporción considerablemente mayor que en la población no indígena. Los indicadores de carencia social son altos para esa población, especialmente en lo referente al acceso a servicios básicos en la vivienda. Ahora que si hablamos de salud, los rezagos están intrínsecamente ligados a los de educación y pobreza, contribuyendo a un ciclo de desventaja que se perpetúa en generaciones. En ese tenor, existe una alta incidencia de atraso en infraestructura social básica, incluyendo condiciones de vivienda y bienes dentro del hogar, y los factores que contribuyen a esas privaciones son la falta de acceso a servicios básicos.

 

 

 

Y ENTONCES, uno de pregunta: ¿es necesario seguir usando al indigenismo para legitimarse, cuando en los hechos se mantiene una política de indiferencia, de tal suerte que infinidad de mujeres indígenas deambulan por las calles de las ciudades ofertando artesanías que nadie les compra, pidiendo limosas con niños en brazos o haciendo malabarismos para obtener unos centavos, mientras que los varones, al estilo del “milusos”, la afamada película que los retrata, buscan cruzar la frontera con Estados Unidos donde se emplean de cualquier cosa por unos pesos, o se suman en los semáforos como limpiaparabrisas?. Sin duda, una política muy farsante o tramoyistas para justificar lo que no se hace, pues nuestros orígenes no quieres alabanzas ni vivas en eventos como el 15 de Septiembre, sino hechos, políticas reales que los arranquen de la marginación y los incorporen a auténticos programas de producción y empleo que les ayude a salir de su miseria, y no solo recibir migajas para acallarlos. Sheinbaum tiene la palabra aunque, por lo visto, aun no quiere ser ella sino el símil de Andrés Manuel López Obrador. OPINA carjesus30@hotmail.com

Artículos similares

’16/09/2025’

Columnas Veraces

Lo más leido

Verified by MonsterInsights