“La verdad se robustece con la investigación y la dilación; la falsedad, con el apresuramiento y la incertidumbre.” – Tácito.
Avanza el reloj electoral en Veracruz, el 6 de junio parece estar lejano, pero no lo está tanto.
El proceso comicial avanza en medio de una crisis de seguridad que ha costado la vida a al menos 3 precandidatos en las últimas semanas.
Para un dirigente político estatal se consumen las horas para demostrar su postura definitoria frente a lo que se avecina y con ello, poder eliminar las versiones que lo ubican como un posible traidor de su causa.
Al menos el domingo 14 de febrero fue de horror para sus aspiraciones y planes, pues la intentona de burlarse de su militancia quedó descalificada ante la derrota en el proceso interno de su partido al menos en el puerto de Veracruz.
Y es que la evidente ayuda recibida desde las oficinas del Palacio de Gobierno, han ido desde ponerle el mismo Tribunal Electoral Estatal (TEV) a su disposición, para respaldar por la vía judicial los intentos tramposos para inflar el padrón de militantes del PAN, hasta intentar por todos los medios impugnar el proceso.
Y ciertamente que el del domingo no fue un proceso regular, claro que no, pues todo el aparato del Estado estuvo a disposición del mismo Joaquín Rosendo Guzmán Avilés “El Chapo” y sus aliados porteños, en la figura del derrotado Bingen Rementería Molina y su padre el senador Julen Rementería del Puerto, quienes no pudieron ganar el proceso interno del PAN por la candidatura a la alcaldía porteña.
Mientras tanto, el intento por imputar hasta los robos de frutsis y pingüinos del pasado han salido a relucir, en el afán de empañar e impedir la candidatura Yunista, sabedores que, con ello, les va su permanencia en ese instituto político.
En los corrillos políticos advierten que las horas políticamente definitorias de El Chapo están corriendo, tanto que se especula, pudieran pasar a enrolar las filas de Morena, sí las triquiñuelas no funcionan, porque obviamente en el PAN no tiene ya lugar.
Tal es la actitud de este personaje, para congraciarse con su jefe inmediato, que se afirma ofreció continuar empañando y alargando las negociaciones para ampliar la coalición tripartita.
Un ejemplo clarísimo de este perverso juego se da con la nominación a la alcaldía de Nautla, en donde la actual alcaldesa Daicy Faibre Montoya, emanada de Acción Nacional, simplemente ya no responde a los intereses albiazules, pues se afirma ha sido cooptada por el embrujo seductor del mismo responsable de la política interior de Veracruz.
Al punto que el propio Guzmán Avilés se empeña en imponer candidato en un sitio donde no tiene ya control político-partidista, por ende, la salida lógica sería respaldar al actor social o político más fuerte, perteneciente a los partidos integrantes de la “Coalición Veracruz Va” y desde el PAN Estatal respaldar.
Pero no, El Chapo lo que quiere es imponer un candidato que obstaculice al actor políticamente más fuerte de los partidos PRI y PRD con el afán de hacerle el caldo gordo a Morena.
Ejemplos similares se están dando en otros municipios como Tezonapa en donde revienta posibilidades al imponer a mujeres, intentando con ello, escudarse en la equidad y el género, pero volviendo a obstaculizar al candidato más fuerte, para nuevamente hacérsela fácil a Morena.
Xalapa es otro claro ejemplo de estas horas políticamente definitorias para su carrera, al no firmar el acuerdo de Coalición y eliminando la posibilidad a mismos militantes del PAN, empecinados en querer imponerse, a sabiendas que no ganan ni su seccional, pero dejado en la indefinición y volviéndole hacer el caldo gordo a Morena.
Todo para cumplir los caprichos del vicegobernador con facultades plenipotenciarias de Secretario de Turismo con licencia de guía de turistas acapulqueño.
Bueno se rumora inclusive que el negocio por las candidaturas suena a moneda de cambio, que la cifras no bajan de los seis ceros, al punto de que hasta los correligionarios señalan que intercambia hasta corcholatas, taparoscas y porque no hasta bitcoins. ¿Será?
Al tiempo.
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