Londres, México y Mazatlán premian a Martínez Wolf

’17/11/2024’
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*Pero Veracruz brilla por su ausencia pese a los aportes

*Científico, defensor del habitad, marino y gran escritor

 

DE LUIS Martínez Wolf se podrían decir muchas cosas en ambos extremos de la balanza, pero siempre se impondrá que se trata de un científico, sin lugar a dudas, hombre de letras –autor de varios cuentos, algunos inspirados en su hija Anamar y su esposa Angelita y otros en las culturas originales-, defensor del medio ambiente al que ha arrancado secretos para fabricar pócimas capaces de contener y hasta curar ciertos tipos de cáncer, y él, Martínez Wolf es el ejemplo viviente a un mes de cumplir 90 años de azarosa existencia, al lograr vencer tres tumores o carcinomas, uno de estos tan agresivo que fue necesario extirparle las cuerdas bucales pero no la vida. Luis es un hombre sorprendente: articulista de temas siempre polémicos y de actualidad, a veces intolerante e indolente, rallando en ocasiones en la intransigencia, pero siempre un ser humano cuya plática se disfrutaba –y decimos se disfrutaba porque perdió la voz, lo que muchos bromistas de sus amigos festejan porque, simple y llanamente, no los dejaba hablar una vez que se apoderaba del micrófono-. Un día del 2004, sorprendió a la Marina Mercante de Veracruz tras anunciarse que la  Organización Marítima Internacional (OMI) entregaría el Internationale Maritime Prize (IMO) en Londres, Inglaterra al irreverente Martínez Wolf, siendo el primer marino mercante mexicano en ser galardonado con ese importantísimo premio anual. La decisión no gustó a algunos envidiosos que desearían ser como el capitán que alguna vez metió cuatro barcos de carga por el Canal de Panamá, cuando todos decían que era imposible por el tamaño de los mismos. Luis viajó a Inglaterra –lo que no era inusual pues ha recorrido casi todos los mares del planeta-, y recibió el galardón acompañado de su familia y de un amigo al que invitó, que según cuenta, le salió más caro que los boletos del viaje de ida y vuelta. El egoísmo de sus compañeros, pese a ser el Presidente del Colegio de Marinos Mercantes de Veracruz no se hizo esperar, le lanzaron críticas, lo despojaron del cargo, y un día Martínez Wolf, con el premio en la mano y varias copas de vino tinto, un elixir que durante muchos años hemos compartido, se apersonó afuera de las instalaciones del Colegio y les arrojó por una ventana la estatuilla: -ahí tienen su put…premio, bola de resentidos- les espetó y se retiró del sitio entre mentadas de ambas partes, porque Luis era de armas tomar como buen marino.

 

ME PODRIA pasar el día y las pantallas contando anécdotas de ese hombre que admiro y quiero, con el que he convivido infinidad, cientos de veces, en ocasiones en el patio de su hogar, en la cocina, en el comedor, en la sala, en la mesa de un bar, y aún recuerdo cuando el 31 de Diciembre 2002 explotaron varios puestos de venta de artificios pirotécnicos en el mercado Hidalgo, en el municipio de Veracruz. La tragedia abarcó varias cuadras a la redonda con saldo de 28 muertos, 50 lesionados, la mayoría por inhalación de humo tóxico, así como vehículos, puestos fijos y edificios quemados. Luis y yo tomábamos unos vinos tintos en el bar de un hotel frente al mar como lo acostumbrábamos cada fin de año, antes de partir cada cual con sus respectivas familias a la cena de fin de año, costumbre que a veces disgustaba a nuestras familias porque cuando por fin llegábamos a los festejos íbamos, como se dice en el folcklor jarocho: a medios chiles, pero ese día, al enterarnos de la noticia a pocos metros de donde estábamos, hasta lo mareado se nos quitó.

 

LUIS, DECIAMOS, es extraordinario, aunque tal parece que “no es profeta en su tierra”, frase del evangelio de San Lucas atribuida al mismo Jesús de Nazaret, quien después de haberse preparado por 40 días en el desierto regresó a su pueblo, leyó las escrituras en la sinagoga, como de costumbre, y anunció su cumplimiento. Los asistentes, que lo conocían desde pequeño tomaron sus palabras como una herejía y lo llevaron afuera para tirarlo al despeñadero. Y eso, tal vez le pasa a Luis, pues siendo reconocido internacionalmente e, incluso, en México por el Presidente Felipe Calderón con el Premio Nacional Marítimo, un año después de haber recibido el internacional en Londres, en Veracruz nunca se le hizo algún reconocimiento, aunque no lo necesita ya que el próximo sábado 11 de diciembre, un mes antes de cumplir 90 años, el destacado científico originario del puerto de Veracruz y el único marino mercante mexicano que ha sido galardonado con el Premio Marítimo Internacional, será objeto de un nuevo reconocimiento por parte de la comunidad marítima mexicana. A través de una carta dirigida por Felipe de Jesús Hernández Ascencio, Capitán de altura  M. M. N. (1972), Contratista de Trabajo Marítimo en General (1980) y Perito Marítimo Independiente, le hacen llegar al homenajeado una formal invitación para que asista a la Escuela Náutica Mercante de Mazatlán, “Cap. de Altura Antonio Gómez Maqueo” para la develación de la placa de bronce conmemorativa “que en tu honor y reconocimiento se instalará en el área de salones de clases de nuestra Alma Máter”. En el documento, Hernández Ascencio señala que la placa “está realizada en bronce naval y con calidad artística, mide 1.10 M. x 0.90 M. y tiene un peso de 14 Kilos. Nos permitimos adjuntar su imagen escaneada con una relación de los nombres de tus colegas y amigos impulsores de esta iniciativa justa y obligada, que tiene como finalidad imperiosa el registro valioso de nuestra cultura marítima según se vaya acumulando en nuestras memorias y se conforme así, el legado histórico para quienes vendrán después”.

 

LA PLACA dice: “A la comunidad marítima internacional, a todo el público en general: Por el presente nos permitimos honrar al C. Jefe de Máquinas, IMN Luis Martínez Wolf, miembro de la generación 1948-1952 de la hermana Escuela Náutica Mercante de Veracruz “Cap. Alt. Fernando Siliceo y Torres”, quien se ha distinguido en forma por demás sobresaliente en sus innumerables proyectos dirigidos hacia el progreso técnico de la profesión marítima y al cuidado esmerado del medio ambiente y los recursos naturales, siendo el primer marino mercante mexicano en ser galardonado con el premio anual, correspondiente al año 2004 (IMO Internationale Maritime Prize) que otorga la Organización Marítima Internacional (OMI), distinción que honra a la Marina Mercante Mexicana.  Honor a quien honor merece”. Firman: “Sus colegas y amigos de la Escuela Náutica Mercante de Mazatlán “Cap. De Altura Antonio Gómez Maqueo”. Vade Mare Ad Gloriam. Diciembre de 2021”. Sin duda, muy merecido reconocimiento para un hombre que ha dedicado su vida a la profesión del mar, así como al estudio y cuidado del medio ambiente y los recursos naturales, de tal modo que también fue reconocido por el Gobierno de México, durante el sexenio de Felipe Calderón, quien le otorgó el Premio Marítimo Nacional, aunque el Gobierno de Veracruz, su tierra natal brilla por su ausencia, aun cuando su calidad como científico marino de gran talla lo demanda. Enviamos desde aquí un abrazo al amigo de excepción, colaborador de este Portal Gobernantes.com y el 11 de Enero, Dios mediante, volveremos a chocar las copas que la Pandemia nos obligó a guardar. OPINA carjesus30@hotmail.com

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