ACONTRACORRIENTE
Manuel del Ángel Rocha
Tras una semana de movilizaciones, el magisterio veracruzano se apresta a continuar con su movimiento hasta que le sean liquidadas las quincenas y demás prestaciones que le adeudan. La falta de pagos a otros sectores, que habían sido quienes se manifestaban, ahora toca a la parte organizado más numeroso de Veracruz. Las autoridades estatales, no conformes con crear un profundo malestar en la sociedad veracruzana, y sobre todo con los entes productivos a los que les adeuda pagos por sus servicios, prestaciones, bienes, obras y demás, ahora hace que hasta el sábado los maestros tengan que manifestarse, ante el ardid por un pago quincenal que nunca llegó.
Al gobierno de Javier Duarte poco le importa si el magisterio estatal no cobra sus quincenas, o los pagos por interinatos que le adeudan desde hace dos o tres años. Si caen en cartera vencida por no cubrir sus créditos con empresas a las que SEFIPLAN cobró, pero no enteró la parte correspondiente, o si protestan o no contra la Reforma Educativa. Nada le interesa, ni el magisterio, ni aquellos que le reclaman por su falta de reciprocidad financiera. El gobierno tiene hoy entre sus prioridades, la urgencia de mantener en secrecía los dineros públicos desviados, que durante seis años depositó, puntualmente, en lugares donde pocos pudieran localizarlos. Pero parece que el SAT, ya los encontró.
Solo dos días estuvo negociando el líder del SUTSEM, Ricardo Diz Herlindo, donde lo prometido por las autoridades de la SEV, no le fue cumplido, y entonces las bases de diferentes sindicatos tomaron el control de los plantones y bloqueos carreteros, en por lo menos 25 municipios del estado. En sentido inverso, algunas autoridades del gobierno, ha filtrado, que de seguir la ausencia en aulas, los mentores serán objeto de sanciones administrativas, como descuentos, y hasta actas por abandono de empleo. Creo sinceramente que no se atreverán, aunque el impudor que los caracteriza nos dice que sí. Su despropósito de negar su responsabilidad, es de paranoia, cuando Veracruz es escarnio nacional, incluso a nivel mundial, por el caso de los periodistas asesinados. Casi a la par de la mala fama del presidente Enrique Peña Nieto. Gobiernos que caminan opuestos a las necesidades de sus pueblos, sin que su credibilidad les importe un comino.
Su protagonismo y antagonismo, se deben a quien hoy sorprendemos con los cerillos en la mano incendiando Veracruz: Javier Duarte, porque éste magisterio no pertenece a la CNTE, sino a un sector, que ha abandonado la sumisión de su rol de profesor-casa-aula y viceversa, para darle significado propio a su vida como seres políticos, capaces de adoptar el nuevo rol al que están siendo llamando por su circunstancia; ser sujeto de su emancipación, dentro de esta realidad que está transformando la vida social y económica del estado. Las bases magisteriales están adoptando la conciencia de que puede caminar sin sus líderes, que siempre han sido cooptados por el poder económico del gobierno, para cuestionar esa relación clientelar que les ha postrado de rodillas, al grado de mendigar sus propios derechos, y su salario ya ganado.
Este magisterio que siempre había mostrado una minoría de edad política, con respecto a su mismo gremio en otros estados, pero que hoy al parecer está abandonado ese nivel, para ser, por antonomasia, los que siempre han debido ser; intérpretes de las condiciones políticas y sociales de Veracruz. Y empujar su ascensión a otro nivel de participación, que coadyuve en la construcción de otro profesorado, muy alejado de la concepción dúctil y mediática de la mas-media, clase gremial-social que reproduce todos los vicios impuestos por un cómodo sistema de vida, donde lo único importante es él, su quincena y la farándula, que sin minimizarle esos rubros, son su individualización, alejado de los problemas de la comunidad. Parte del actual activismo, radica en algo muy concreto; su bolsillo, sin dinero y sin prestaciones. Rubro fundamental en la relación laboral entre el patrón y el trabajador. “Me pagas, trabajo”. Como agregado al trabajo del maestro, está la parte reproductiva profesional, que va de la mano de las condiciones del entorno social y político de su comunidad. Que mejor enseñanza que ser el portador de la voz, en primera persona, sobre la inseguridad social y laboral de Veracruz. La maduración de otro magisterio, que con sus acciones puedan estructurar otra organización, reconociendo en una sola conciencia gremial, la voz del maestro cantando al unísono “magisterio, al grito de guerra, el acero aprestad y el bridón, y retiemble sus centros…”. Formar alumnos, analíticos, reflexivos, solidarios, con alto sentido ético y por supuesto, útiles a Veracruz y México, es hoy, el mismo nuevo reto del mentor veracruzano.