Entre lo utópico y lo verdadero
Por Claudia Guerrero Martínez
11 de septiembre de 2025
Manuel Huerta crea su estructura política para el 2030 por MC a la Gubernatura de Veracruz
***Luis Ramírez Baqueiro pone sal a la herida en el “Imperio Gasolinero” de Veracruz.
***Medios de comunicación y periodistas de poca monta escriben elogios de este violador sexual en contra de mujeres y callan para beneficiar al improductivo senador, quien critica a Morena, a Claudia Sheinbaum, a Rocío Nahle y todo aquel que le estorbe en su proyecto.
***La Universidad Veracruzana y su presupuesto son los patrocinadores de las aspiraciones de Huerta y ambiciosos operadores.
Como mujer, me solidarizo con las víctimas y no hago acuerdos con violadores sexuales, como el caso del improductivo senador Manuel Huerta “El Ladrón” de Guevara. Y menos, con un oportunista, quien se ha hecho millonario a costa de un partido político tan cuestionado, de los moches entregados desde la administración del exgobernador Patricio Chirinos, de la política porril y programas sociales en Veracruz.
Y como paga elogios, ahora lo muestran como el paladín de la crítica al interior de Morena, cuando él mismo es cuestionado por sus excesos, “manos largas” y un consumado acosador sin un ápice de vergüenza. Lo triste, que la FGE de Veracruz lo protege, lo alerta a que se sienta protegido, a que sea el perro rabioso y nadie lo detiene, ni sus palabras con gran peso por el resentimiento y ser parte de grupos ambiciosos de poder, inbañables y con aliento a drenaje.
Y Morena lo mantiene por los grupos de poder que lo protegen, citando a Verónica Hernández Giadans y a Martín Gerardo Aguilar Sánchez, quien está en la Rectoría, gracias a los amarres de Huerta “El Ladrón” de Guevara y la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana. Y desde ahí, se patrocina a medios de comunicación, a periodistas que lucubran escenarios y falsean la verdad histórica, por $100 o $200 pesos, vendiendo sus plumas y se desprestigian ante la opinión pública, al defender a un violador sexual.
Son los mismos, quienes no voltean a ver a las víctimas sexuales de Huerta. Mujeres que levantan la voz y las humillan como si no valieran nada. Hasta las mismas juezas de control, durante las audiencias, regañan a las víctimas por haber denunciado a sus victimarios y cuestionan por qué “se dejaron violar”, sin tomar en cuenta el tiempo, forma y espacio, siendo humilladas y cuestionadas por la opinión pública y lo más triste, una mujer como fiscal general en la FGE de Veracruz prefiere hacer amarres y atender las órdenes de su “novio” y exsecretario de Gobierno, quien está coludido con grupos criminales y hasta él mismo, le incrusta en el organigrama a un operador llamado “El Pámpano” para que sea él quien en verdad ordene dentro de las áreas sensibles de la Fiscalía veracruzana.
Y Manuel Huerta hace ruedas de prensa cerca del Palacio de Gobierno, con miras a la Gubernatura de Veracruz, en 2030 y apoyado por MC. Su apariencia sucia y apestosa, lo soportan los reporteros, pues no les queda de otra que entrevistarlo, ya que el medio de comunicación tiene un convenio con este impresentable. Así que a taparse la nariz y acercar los micrófonos, para tomar audio y luego, con una toallita desinfectante, limpiar la saliva, aliento a jugos gástricos, con olor a animal muerto. Un apestoso político, quien se pelea con el jabón, con actuales políticos y con los dirigentes de Morena, al no tener el control y sus opiniones ya no son tomadas en cuenta.
***Luis Ramírez Baqueiro pone sal a la herida en el “Imperio Gasolinero” de Veracruz.
Vaya columna Astrolabio Político de mi amigo Luis Ramírez Baqueiro, quien además nos ha apoyado jurídicamente en nuestra defensoría y bajo el también apoyo de la Comisión Estatal para la Atención y Protección a Periodistas (CEAPP) y compartimos la liga: https://periodicoveraz.com/el-derrumbe-del-imperio-gasolinero-en-veracruz/ donde hace una radiografía de la mafia e imperio gasolinero en Veracruz, involucrando a millonarios empresarios gasolineros investigados por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Federal, a cargo de Omar García Harfuch, por los delitos de huachicol fiscal y robo de combustible.
Con el título “El derrumbe del imperio gasolinero en Veracruz”, el columnista expresa: “El golpe asestado por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana contra una red criminal dedicada al huachicol fiscal ha cimbrado los cimientos de una de las estructuras empresariales más poderosas y polémicas de Veracruz: la de los gasolineros. La detención de 14 empresarios, marinos y funcionarios, anunciada por Omar García Harfuch, no solo exhibe la magnitud del saqueo al erario mediante el robo de diésel, sino también la fragilidad de un modelo de poder construido al amparo de la complicidad entre autoridades y delincuencia. https://www.infobae.com/mexico/2025/09/07/revela-harfuch-nombres-de-empresarios-marinos-y-funcionarios-detenidos-por-red-de-huachicol-fiscal-en-tampico/
Entre los nombres que hoy circulan en los partes informativos del gobierno federal resalta el de Gilberto Bravo Torra, un hombre cuya historia retrata con crudeza el ascenso meteórico que sólo es posible en un sistema corroído por la corrupción”.
Y va más allá el periodista: “Hoy, ese imperio tambalea. El operativo conjunto que permitió las detenciones en Tampico revela no solo una red sofisticada para el robo y comercialización ilícita de combustible, sino también la manera en que empresarios locales construyeron fortunas inexplicables, siempre bajo el manto protector de autoridades complacientes y, en muchos casos, con la participación activa de grupos criminales. El impacto de estas detenciones es doble: jurídico y político. Jurídico, porque abre un proceso que podría derivar en la desarticulación de una de las mafias más poderosas del sector energético regional. Político, porque expone la manera en que empresarios que durante años se presentaron como “hombres de bien” en realidad cimentaron su influencia sobre prácticas delictivas. Para Veracruz, este escándalo es una llamada de atención. No se trata de un hecho aislado, sino de la evidencia de cómo el negocio de las gasolinas ha sido un terreno fértil para el lavado de dinero, la evasión fiscal y el financiamiento paralelo de campañas políticas. El caso de Bravo Torra es apenas la punta del iceberg de un fenómeno que hunde sus raíces en los años de mayor descomposición institucional… Al tiempo”.
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